40. Consumidores

1.3K 70 5
                                    

¿Y ahora qué? Él me había dado sus explicaciones, yo le había consolado, había estado allí porque él me necesitaba, él me hacía sentir bien y él me protegía, y había quedado evidente que yo le hacía sentir algo... Le hacía sentir, él confiaba en mí ¿pero eso que significaba? ¿Eso dónde nos dejaba?

— Es mejor que te vayas a dormir- murmura Adam apoyándose en el umbral de la puerta de mi habitación. 

— ¿Estás seguro que no vas a necesitarme?- pregunto pasando el cepillo por mi pelo intentando evitar su mirada. 

Él sonríe de lado un poco avergonzado — Voy a ducharme, así que acaso de que me quieras acompañar, creo que no, no necesito tu ayuda. 

¿Era raro decir que había echado de menos esos comentarios?

— Sigues siendo un idiota Adam- murmuro entre risas y él se sienta en mi cama con una pequeña sonrisa mirándome mientras termino de peinarme.

— Ya le he escrito a Chad y le llamaré luego para aclarar un par de cosas- murmura y respira hondo. Dejo el cepillo en su sitio y me siento al lado de Adam en mi cama, él evita mi mirada — Creo que necesito tiempo a solas... Para pensar que va a ocurrir ahora—él se gira a mirarme— Para que elijas perdonarme

Yo niego con la cabeza restándole importancia y le abrazo, él no se lo esperaba pero no tarda en corresponderme el abrazo, que aunque dura poco, es reconfortante. 

—Si necesitas algo, sabes donde estoy, no tengas miedo a despertarme- explico mientras le aparto el pelo del flequillo de los ojos.

Eso hace que una verdadera aunque pequeña sonrisa aparezca en su rostro. 

—Lo tendré en cuenta- él seguía mirándome a los ojos esperando algo más, los dos esperábamos algo más, pero los dos sabíamos que no era el momento. Él rompe el trance y se levanta de mi cama — Descansa Enana. 

— Buenas noches Adam- es lo último que logro decir antes de que él cierre la puerta.

(...)

Había sido una noche muy complicada, no había podido dormir porque mi cabeza no paraba de darle vueltas a un único nombre "Adam".

Tenía muchas cosas en las que pensar, muchas cosas que aclarar y que no sabía por donde coger. Pero al despertarme me había encontrado en una casa vacía.

 ¿Dónde estaba todo el mundo?

 Además no encontraba mi teléfono, estaba segura de que Brooke me estaba reventando la bandeja de entrada a mensajes porque ayer la "abandoné" en la fiesta pero no podía contestarle porque estaba casi segura de que me olvidé el teléfono en el coche de Adam anoche.

Bostezo mientras pienso en lo que iba a desayunar, pero no tengo más tiempo para pensar porque el timbre suena.

Yo no tengo otra opción que abrir la puerta aunque no lleve nada más que mi pijama, que cosiste principalmente en unos pantalones cortos y una camiseta blanca también de manga corta.

Al abrir la puerta un recuerdo de anoche aparece en mi mente. Liam. Está en frente mía con el pelo revuelto, aunque a él no le queda del todo bien, el juega con el piercing de su labio inferior hasta que sus ojos se cruzan con los míos.

— Scar...- En su voz se notaba la duda. 

— Oh hola Liam- me hago la sorprendida aunque lo que ocurrió anoche sigue volviendo a mi cabeza.

— ¿Puedo pasar?- pregunta rascándose la nuca con nerviosismo.

No sabía que responder-—Claro- me alejo de la puerta para dejarlo pasar y cierro la puerta cuando él ya está dentro.

Gen D [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora