DUE

15.3K 519 12
                                    

Capítulo 2:

Narra Sabrina

—Si necesita algo más por favor déjeme
saber— Le digo a una señora que se encontraba en al área de la piscina.

Entré al Hotel y respire hondo.

Bambola — Escuché a mis espaldas.

"Muñeca"

Me di la vuelta encontrándome con el Señor Hossler sin camisa y un bañador. De hecho, tiene todo el lado derecho tatuado, algunos en pecho y rodilla.

— ¿Se le ofrece algo, Sr. Hossler? — Doy una leve sonrisa profesional.

— No me digas Señor, me hace sentir viejo— Dice acercándose.

— Disculpe Sr.... ay! Eso es imposible, pueden suspenderme por faltarle el respeto — Bajo la cabeza.

Subió mi cabeza con dos dedos.

— Mientras no me insultes estamos bien— dio una pequeña sonrisa.

— ¡Señorita Hall ¿acaso se le paga para hablar con los huéspedes?! — Gritó Kara y yo niego. — Sarah necesita ayuda con el dinero.

— De hecho tengo que entregar unas bebidas— hablo.

— Son órdenes del director, está faltando dinero...

— ¿Y usted piensas que es Sarah? — Ahora soy la que me cruzo de brazos.

— Nunca se sabe...

Esta tipa me cae tan mal.

— Con permiso— comencé a caminar
hacia la recepción donde veo a Sarah en la computadora.

— ¿Que pasó, pequeña? ¿Cansada?

— La señora se queja por todo, hasta por que la piscina está fría, Dios... — Me quito la goma que suelta la cola de mi cabello.

— El Italiano está guapísimo ¿verdad? — Sube y baja las cejas — Tíratelo, yo te cubro.

— ¿Pero que dices, Sarah!?— Le doy un golpe en el hombro.

— Sabrina...— escuché a Kara. — Sabes la regla número cinco ¿verdad?— Levanta una ceja.

— Vas a pelear por un hombre ¿De verdad?

— El es muy maduro para ti, Sabrina. Déjaselo a las que saben comer — Da una sonrisa.

— Me llevas un año, no jodas, además ¿Quien dijo que yo quiero algo con el? — Me cruzo de brazos— Soy una persona muy personal.

— Si estás tan segura de que te lo vas a comer ¿Por que se acercó a Sabrina y no a ti?— Sarah se mete en la conversación — Busca un poco de dignidad que se te cayó por ahí.

— Cuenta ese dinero bien o habrá problema ¿Está claro? — Se va dejándonos solas.

— Jamás vi a Kara así— Dije con ganas de reírme.

— Se nota que te falta conocerla, pequeña.

Continúa contando el dinero en la computadora, mientras yo atiendo a las personas que entran. Delante de nosotras para el Italiano quien me dedica una mirada antes de entrar al elevador.

— ¿Sabes que edad tiene el?— pregunté de momento.

— Según los registros, 24 años.

Vaya solo me lleva un año.

— ¿Y...si te invita a salir? ¿Qué le dirás? Por qué esas miradas no las disimula, pequeña.

— Sarah, se quedará solo por dos semanas ¿por que querría salir conmigo?

— ¿Acaso no es obvio? Mírate! Eres hermosa, Kara no te llega ni a los talones.

Rodeó mis hombros con su brazo dejando un beso en mi mejilla.

•••

Son las 11 de la noche y mi turno ya terminó. No pude traer el auto ya que mi madre se lo llevó está mañana, llegué y me iré nuevamente en autobús.

El olor horrible a cigarrillo llega a mi fosa nasal, me volteo un hombre de espaldas con el asqueroso vicio entre los dedos.

— Oye! ¿No ves que ahí dice "no fumar"?— le hablé a un hombre de traje.

Este mira sobre sus hombros y todo en mi se tensa, se vira por completo con el ceño fruncido y yo imito la acción, pero cuando camina a la luz logro ver mejor su rostro solo quiero hacer un roto en la tierra y enterrarme en el.

— Oh, Señor Hossler. Disculpa, no sabía que era usted. — Hablo rápido y bajo la mirada.

— Discúlpame tu a mi, no había visto el letrero. — Tira el cigarrillo al suelo y lo pisa— ¿A donde vas a estás horas?

— Mi turno ya terminó. Buenas noches — Doy una leve sonrisa para comenzar a caminar.

—¿Iras caminando?— Agarra mi brazo acercándome a él — Si quieres puedo llevarte. Tengo que salir también

— No, no gracias, yo...— Intento continuar, pero las palabras no me salen.

— Vamos...— Sin lastimarme, jaló mi brazo llevándome hacia el auto— No podría permitir que una chica bonita vaya sola por ahí a media noche.

Miro como abre la puerta de su mercedes permitiéndome entrar antes. Le doy un asentamiento con la cabeza y me acomodo en el asiento pensando en lo que me espera al llega.

••••••

Mi pequeña obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora