Mi pequeña obsesión

VENTI•

Capitulo 20:

Narra Sabrina.

Limpio mi cuerpo con la esponja mientras doy un largo suspiro. Salgo de la ducha y enrollo mi cuerpo en una toalla, después de vestirme salgo de la habitación.

— Necesitamos hablar— escucho a la voz de Bryce.

— No tengo nada que hablar contigo— digo sin mirarlo.

— Maldición, Sabrina!— Agarró mi brazo jalándome hasta la habitación. — Me vas a escuchar quieras o no.

— No tienes que explicarme nada, todo lo dejaste claro largándote de la casa.

— Que no me largué de la casa!

— ¿Entonces que hiciste?— cruzo mis brazos esperando su estúpida respuesta.

— Ya lo dije, quería darte una mejor vida!

— ¿Cómo? ¿Vendiendo drogas?¿Matando gente?

No contestó.

— Desde que te largaste, mi vida a sigo un infierno ¿sabes? Trabajaba hasta media noche para alimentar a mamá y ella lo que hacía era quejarse! — mis ojos se cristalizaron.

— No lo sabía...

— Exacto! No sabes nada! — me senté en la cama tratando de respirar.

— Brina... lo ultimo que quiero es meterte en esta porquería, yo entré y ahora no puedo salir. 

—¿Por que mierda entraste?

—Por que era un niño desesperado por dinero.

— ¿No podías al menos dejar un mensaje o algo?

— Las pondría en peligro, además que si te dejo volver con mamá la pondré en peligro a ella— Se acercó hasta llegar a mi— Son lo único que me queda y no pienso arriesgarlas. — envolvió su brazo en mis hombros— Hossler me a librado de varios, pero siguen siendo demasiados.

— Perdóname...— Lo abrazo — Me sentía tan sola...

— No tienes que disculparte, yo soy es que debe rogara por tu perdón, Te quiero demasiado, pequeña. Y toda esta situación me pone los pelos de punta como no tienes idea.

—Vamos a comer algo para relajarnos un poco.

Bajamos hasta la cocina y continuamos hablando de todos lo que pasamos en los últimos años.
Al fin y al cabo es y siempre será mi hermano.

•••

Quito la gran camisa que cubre mi cuerpo y me tiro de clavado a la piscina para salir a la superficie echando mi cabello hacia atrás. Siento la mirada de varios guardaespaldas en mi.

— Largo...— Su voz suena an mis espaldas.

Hossler.

De un segundo al otro todos los guardias desaparecieron. Y cuando eso sucedió este quitó su ropa quedando en bóxer. Se tiró de clavado y nadó hasta llegar a mi. Sacudió su cabello y me miró para enrollar sus brazos en mi cintura y acercarme a él.

— Sí mi hermano nos ve...

—Debe estar por ahí... ocupado con Addison.

Me subió a su cintura y salió de la piscina para entrar al jacuzzi.

— ¿Qué pasa si uno de los guardias nos ve?

— Es mejor que no lo sepas o no me dejarás follarte— volvió a meter su cabeza en mi cuello.

Mis manos viajaron por su abdomen.

— Dijo que te mantuvieras alejado de mi— acaricio sus abdominales—

— No estoy hecho para seguir órdenes, yo doy las órdenes, muñeca.

Arrancó mi bikini superior dejando ver mis pechos.

— Ya las extrañaba— agarró uno y se llevó el otro a la boca.

— Ah...

Mis piernas tocaron el agua caliente cuando me sentó en el borde y abrió mis piernas. Pasó su pulgar por mi abertura encima del traje de baño y apretó el clitoris haciéndome estremecer.

— Por favor...— dije con un hilo de voz.

— ¿Por favor qué ? — sonrió de forma arrogante.

Seguía jugando con mi clitoris.

— Por favor... follame— fue suficiente para que bajara su bóxer dejando ver su miembro erecto.

Quitó la parte inferior de mi bikini dejándome totalmente desnuda para el. Colocó su miembro en mi abertura y lo rozó haciéndome sufrir más.

— Vamos, muñeca... quiero escucharlo otra
vez ¿Que es lo que quieres que te haga?

¿Es enserio?

—¿Andas lucio hoy?

— Son cuatro simples palabras, no es tan difícil, Muñeca

Respire hondo. Si no lo digo me quedaré mojada como una estupida.

— Quiero que me folles...— solté.

— ¿Cómo?

— ¡Que quiero que...— No logré terminar ya que algo grande entró en mi.

Agarró mi cabello haciéndome mirarlo mientras colocaba mis piernas sobre sus hombros.

— Mi posición favorita es cuando brincas sobre mi, que pena que no estemos en un lugar muy cómodo.

Comenzó a embestir de manera brusca.

— Ah...Mh

Siento que me va a partir en dos. Aferro mis manos a sus bíceps cuando siento que todo en mi se contrae y su miembro se agranda dentro de mi.

— Tu coño se está acostumbrando a mi, pronto solo tendrá mi tamaño. — Abrió mis piernas un poco más, entrando más profundo. — Siempre consigo lo que quiero, y si te quiero para mi, tu hermano tendrá que aceptarlo..

••••••

Wow que fuerte Dios