Mi pequeña obsesión

QUATTRO

Capítulo 4:

Sabrina POV

Estoy pasando por un pasillo con Cynthia mientras ella recoge las toallas de los cuartos. Nos detuvimos en el cuarto de el Señor Hossler. El 566.

Se escuchaba como hablaban en Italiano.

— ¿que dicen?—susurra Cynthia—

Dejo caer mi celular al escuchar lo que dijeron haciendo ruido.

Jaden POV

— Signor Rodriguez, non averi Mai pensato si vederla a Los Ángeles—

"Señor Rodríguez, jamás pensé verlo en Los Ángeles"

— ¿Qualcuno può capirci?—

"¿Alguien puede entendernos?"

— Solo una persona, ma quasi I loro turni sono notturni —

"Solo una persona, pero casi todos sus turnos son de noche"

— Beh... ho bisogno dei tuoi servezi con qualcuno Che è a Los Ángeles — lo interrumpí—

"Bien...Necesito de tus servicios con alguien que se encuentra aquí"

—¿Si può sapere Chi lo ucciderà domani?—

"¿Se podría sabes a quien asesinare mañana?"

Se escuchó un ruido detrás de la puerta.

Me levanté, uno de mis hombres abrió la puerta y se asomó, pero no había nadie. Observó al suelo y se arrodilló.

Se volteó mostramos un celular.

Sabrina POV

Escuche cuando dijo "asesinar".

Mi celular cayó al suelo dando un golpe en la puerta. Hubo un silencio.

— corre!!— le susurre a Cynthia—

Comenzamos a correr y entramos al primer elevador.

— ¿qué pasó? ¿De que hablaban?— preguntó Cynthia—

— yo... yo... no escuche bien, solo me asuste ya que se detuvieron cuando el celular cayó al suelo — dije agitada—

— Dios Sabrina! Ponte a pensar y calcular que eran lo que decían—

— eso intento—

"¿A quien asesinaré mañana?"

Esta frase no salía de mi cabeza.

____________

Estoy recogiendo mis cosas y no encuentro mi celular.

Mierda. No lo recogí antes de salir corriendo.

Siento una respiración gruesa en mi cuello.

— ¿buscas esto?— una mano llena de tatuajes dejó ver mi celular—

Tragué en seco.
Sabe que escuché y entendí.

— no fue mi intención escuchar... — me
volteo —

No parecía enojado ni nada. Solo tenía su caliente sonrisa arrogante.
Me acorraló contra la pared.

— ¿que escuchaste exactamente?— dijo acercándose a mi rostro—

Yo no respondí.
Su sonrisa se agrandó.

— pues si no aceptas te sucederá eso —juntó nuestros cuerpos haciéndome dar un jadeo— vamos... no la pasarás mal, créeme— dijo sobre mi oído—

Metió una de sus rodillas entre mis piernas haciéndome estremecer.

— tú decides, muñeca —

El huele delicioso, a hombre. Su camisa le queda ajustada marcando su abdomen, es uno de los hombres más guapos que e conocido. Sus manos recorrían mi cuerpo.

Trate de alejarlo, pero este me acercó más.

—yo...— metió su cabeza en mi cuello inhalando mi aroma—

— ¿Si? — dio un mordisco—

— está bien...— salió de mi boca sin ningún esfuerzo—

Se separó y salió.
Me quede quieta procesando lo que acaba de pasar.

Sabía que me iba a arrepentir.

•••