TRE

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Capítulo 3:

Narra Sabrina

Estoy nerviosa. Nerviosa de llegar a casa y mi madre esté ahí. No quiero nada con el, pero al ver como es mi casa no quiero que piense que soy solo una interesada.

Llegamos y por suerte el auto no estaba.

— No era necesario que me trajera, pero muchas gracias, Señor Hossler. Lamento molestarlo.

— Vamos a hacer algo, mientras estemos en el hotel me puedes decir Señor por lo que me dijiste de suspensión y toda esa merda y cuando fuera de horario laboral me digas Jaden ¿hecho?— Deja en claro sin apartar la mirada de mi.

Como soy la persona con más mala suerte del mundo tuvo que llegar mi mamá antes de que el se fuera.

— Que bonito...— La voz de mi madre me pone tensa y cierro los ojos intentando tranquilizarme.

— Mamá... — Bajo la cabeza llena de vergüenza.

— Lo molestaste para que te trajera ¿cierto? Típico de ti, niña— Agarra mi hombro y lo aprieta.

— No. el...— fui interrumpida por un golpe en la puerta. El había salido del auto su mirada no era la mejor.

— Con todo respeto señora, yo fui quien se ofreció traerla. — Mi madre se quedó en silencio mirándolo desde abajo ya que es muy alto. — Por favor evite tomar de más, eso le hace daño a su salud.

Ella asintió y entró.

— Que vergüenza...Lo siento mucho.

—¿Por que te trata así?— preguntó.

— Yo no quisiera hablar de eso— miro hacia otro lado— Es complicado.

Estuvo en silencio unos segundos. Una extraña sonrisa se formó en su rostro.

— Te propongo algo. —El estaba sonriente, sus ojos brillaban como si acabara de tener una gran idea.— te prometo sacarte de esta miserable vida si...— lo interrumpí

— Mi vida no es miserable! Solo... solo es complicada— Traté de poner una sonrisa y este levantó la ceja haciendo dar un suspiro. — puede que un poco — tragué en seco— ¿Como me sacaras de esta vida?

— Te digo mañana... ¿A que hora empieza tu turno mañana?—

—A las 12... Nos vemos mañana..

Este asintió, para entrar a su auto

Siguiente Día
11:57am

Sarah me espera en la entrada ya que ella también entra a las 12:00.

— Buenas días, pequeña...— Se acerca y deja un beso en mi mejilla.

— ¡Buenas días! — le sonrío.

— Escuche que hoy el Italiano estuvo muy arrogante.

— ¿De verdad? Pues espero no topármelo.

—Mm...eso será imposible, por que mira— señaló con la mirada a mis espaldas.

Me volteo encontrándome con el quien parece estar hablando por celular.

El te tiene ganas, Brina.—dice en español.

—Basta, por favor. Ayer el me llevó a mi casa y conoció a mi mamá.

— Dios mío, que fuerte. — Sarah intenta no sonreír— Brina, Kara te lo quiere quitar. Uh, te está llamando

Volteo mi cuerpo hacia su dirección y veo como me llama con la mano. No tardo en acercarme

— Necesita algo, Señor Hossler?— doy una sonrisa.

— Una botella de whisky y cinco vasos con mucho hielo.

— ¿Eso sería...— Me quedo con la palabra en la boca ya que comienza a caminar hasta llegar al elevador.

Me quedo quieta en mi sitio mientras las puerta se cierran. Sarah no tarda en llegar donde mi y agarra mis hombros con sutileza.

— ¿Que decías? — Digo por el tema anterior.

— Lo siento, yo lo pensaba que te podías divertir un poco.

Me volteo a donde a su dirección.

— Hay que ser profesionales, Sarah. Voy a la barra, ven conmigo para que me ayudes.

Asiente sin decir más nada y así lo prefiero.

Mi pequeña obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora