QUARANTA

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Capítulo 40:

Maratón 4/7

Narra Sabrina

2:17 de la madrugada y Jaden no vuelve. Mis ojos se cierran, pero vuelven a abrirse cuando entra por el umbral de la sala.

— Pensé que te habías largado—  se sienta en el sofá delante de mi para sacar una caja de cigarrillo de su bolsillo — ¿Te vas mañana?

— No me voy a ningún lado, no seas ridículo. — gruño— ¿Que averiguaste?

— ¿Te importa? Parecía muy segura de que fui yo. — recarga su torso sobre sus rodillas y me mira con seriedad—

Me levanto mientras me sigue con la mirada hasta llegar a el. Me siento a su lado y lo hago voltearse a mi dirección. Agarro el cuello de su camisa para atraerlo a mi.

— Entonces muéstrame lo contrario. Hazme creerte que tú no le hiciste daño a mi madre... — murmuro.

Mira mi rostro antes de soltar las palabras. — A Sara por ser Italiana la trasladaron de nuevo a Milán, viajé hasta la cárcel para poder hablar con ella y que me dijera de verdad. — Respira unos segundo antes de seguir hablando— Me dijo sobre los 12 millones, pero que también fue un hombre con acento ruso.

— ¿Quieres decir que realmente fue Alexander quien mandón a matar a mi madre? — Pregunto— ¿Qué más te dijo?

— Fueron 6 millones de dólares por matarla y 6 extras por... culparme. — lo último lo susurra —

Dudo en hablar, pero aún así lo hago. — ¿Cómo se que no me estás mintiendo?

Sus ojos se oscurecen y se levanta de un  salto votando humo por la nariz, literalmente.

— ¡No jodas, Sabrina! — Grita— ¡¿Quién mierda crees que soy?!

Me levanto yo también. — Si te soy sincera, no lo sé. Llegaste a mi lugar de trabajo, me coqueteaste, follamos, me ofreciste un trato de mierda y luego nos fuimos a Las Vegas, me entero por la boca de otro que eres un sicario, matas a dos hombres delante de mi y luego piensas que voy a estar como si nada. Me obligaste a ir contigo a Arizona y ahí me entero de que trabajas con mi hermano y que todo este tiempo sabías quien yo era, que me enviabas cosas en mis cumpleaños y en navidad...Así que no ¿No se quien coño eres?

Vuelvo a respirar luego de ese enorme resumen. Me mira perplejo para luego fruncir el ceño.

— ¿Y aún así confiaste en la palabra de alguien que conociste en un antro? — gruñe.

— Te das cuenta de que yo no se ni una mierda de tu pasado ni de ti y tú sabes todo sobre mi y mi pasado. Pensar eso me hizo desconfiar de ti.

—¡Maldición, Sabrina! — Trata de recuperar la computadora, se acerca a mi con la mandíbula tensada— No tienes que saber nada de mi pasado, eso no tendría que importarte. Además, ¿Por qué mierda estamos hablando de esto? — Retrocede — Simplemente no quieres conocer la peor parte de mi.

Se me escapa una carcajada. — ¿La peor parte de ti? ¿Es que acaso aún no la conozco? ¿La parte Posesiva e ignorante ese no es tu peor parte? ¿Significa que eres alguien peor? — suelto las preguntas con gracia — No me jodas, Hossler.

Trato de pasar por su lado, pero agarra mi brazo y me tira de nuevo al sofá. — No hemos terminado de hablar —suelta.

Vuelvo a levantarme cansada.— No te estoy pidiendo algo complicado, solo quiero saber quien realmente eres...

Está por hablar, pero unos disparos los hacen callar. Aurelio entra en segundos con una mancha de sangre en el abdomen.

— Tienen que largarse...— suelta para caer al suelo —

•••

Mi pequeña obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora