Mi pequeña obsesión

TRENTADUE

Capítulo 32:
Narra Jaden.

Agarro su cuello por delante y la pego a mi con brusquedad. Con mi mano libre aprieto uno de sus pezones.

Ella jadea.

— ¿de verdad creíste que con ese cabrón me darías celos? — Murmuro en su oído y aprieto su pezón—

—Debía intentarlo, ver tu cara de asesino cuando me tocaba— mueve su trasero contra mi miembro — cuando tocaba algo que nunca fue tuyo—

Quita con brusquedad mi mano de su pecho, pero aprieto su cuello.

— suéltame— murmura entre
dientes—

— Dejémonos de estupideces, muñeca. — pego mi rostro a la pared— siempre haz sido mía—

Ella ríe.

— ¿Rosas negras en tu cumpleaños número 21?— digo y ella se tensa — ¿un collar de esmeralda en navidad?—

Beso su espalda.

— Si, se que lo recuerdas. — no dice nada—

— ¿me acosabas?— pregunta —

— ¿acosarte? No. —

— ¿entonces te gusté desde que me vistes?— sonríe—

La volteo y pongo sus manos sobre su cabeza. Relamo mis labios.

Agarro uno de sus senos y lo masajeo.

— me encantas y el hecho que de tenerte desnuda para mi solo, hace que mis ganas de follarte aumenten—

Levanto una de su piernas y suelto sus manos. Paso mi mano libre por su humedad.

Esta lista para mi, siempre lo está, pero no quiere admitirlo.
Levanto su otra pierna y me hundo en ella. Cada vez que su espalda da contra la pared sus senos rebotan. Llevo uno a mi boca.

Jadea.

— ¿la tú difícil donde quedó?— sonrío en su mejilla—

— se... fue... Mh!— agarra mi nuca—

Salgo de la ducha y la dejo sobre el lava manos. Ella deja sus piernas abiertas mientras yo coloco el cerrojo. 

Agarro su cabello y vuelvo a entrar con brusquedad.

— Mh! — muerde su labio y me
mira —

La acerco a mi.

— Eres mi pequeña obsesión, muñeca— murmuro sobre sus labios —

Ella me besa.

— lo sé— habla entre beso—

Me empuja obligándome a sentar en el inodoro. Se sienta sobre mi.
Ella sabe que me encanta cuando está sobre mi.
Brinca y se mueve.

— ¿Sabes por qué digo que eres mía? — no la dejo hablar— por que puedo tenerte cuando se me de la gana y lo sabes — doy una nalgada— Eres mía—

— ¿por que siempre tan posesivo? — murmura—

— Así soy... y lo sabes — doy otra nalgada—

Ella rodea los ojos y me besa.

— lo que digas — susurra—

Sonrío y la beso.

••••

Fumo un cigarrillo en el balcón. Sus brazos rodean mi cuerpo y besa mi espalda.

Me volteo.

Lleva una camisa mía que le queda enorme. Se recuesta en mi pecho.

— ¿que pasaría si te enteras cual fue la mujer que incendió el barco?— pregunta—

Frunzo el ceño.

— De mi parte nada, mi trabajo no es matar mujeres ¿por que la pregunta? — llevo un mechón de cabello detrás de su oreja—

Levantó los hombros.

— solo quería saber, debió tener una buena razón para hacer eso— dice—

Besa mi pecho.
Asiento.

— es cierto, pero ninguno la conoce, ni si quiera Volkov. — digo—

— oh solo no quieres admitirlo— dice— quien sabe... —

Se aleja y entra a la habitación.

— ¿segundo round? — pregunta quitándose la camisa—

— Qué tal unos cuatro— boto el cigarrillo y camino hasta ella —