CINQUE•

13.4K 526 63
                                    

Capítulo 5:

Narra Sabrina.

Me dijo que lo viera en esta dirección. Estoy en una especie de departamentos caros y lujoso.
Ahora falta que este me vaya a prostituir, en que me metí. Toco el timbre del apartamento, pasaron unos segundos y la puerta se abrió. Su aroma me arropó y me tenso por su presencia.

Aún no puedo creer que este hombre sea tan malditamente alto y atractivo.

— ¿Tienes apartamento? ¿Por qué el hotel?— suelto.

— Tenía que buscar una forma de acercarme a ti, muñeca— dice encendiendo un cigarrillo.

— ¿a mi?— lo miro confundida.

Este asiente dando una calzada.

Lo tomo por una broma y sigo observando el apartamento. Tiene una vista increíble de la ciudad, de noche se debe ver espectacular.

Me volteo topándome con el, intento esquivarlo pero este agarra mi brazo manteniéndome en mi lugar.

— Tranquila, solo voy a cobrarte el protegerte, nada más. — Me acercó a su pecho con brusquedad— Solo déjate llevar, te va a gustar, muñeca.

Juntó nuestros labios aun que los mío estuvieran tensos. Se separó para observarme al igual que yo a él. Acaricia mi mejilla con suavidad para volver a acercarse y esta vez lo dejo. Dejo que me bese y me dirija hasta delante de uno de los muebles de la gran sala.

Lo empujo contra el sillón y este cae sentado con las piernas abiertas. Me observa de arriba a abajo mientras se desabotona la camisa.
Yo hago lo mismo acercándome a él, me quito el pantalón y me siento sobre el cuando termina de retirar por completo sus pantalones. 

—¿Tienes un condón al menos? — suelto.

— Me hice la vasectomía hace un año— Vuelve a devorar mis labios mientras yo me muevo sobre el restregando todo mi centro contra su tallo. 

Lo agarro con las manos un poco temblorosas y me dejo caer sobre el. Me siento tan llena que me cuesta respirar al inicio, suelto un jadeo al sentirlo completo dentro de mi.

— ¡Merda! Estás tan apretada...— Aprieta mi trasero sin dejar de observarme.

No digo nada, después de acostumbrarme a su tamaño comienzo a moverme de arriba hacia abajo mientras me sostengo de su pecho

— Mas rápido...— Dice con voz gruesa mientras aprieta mi cintura.

Gruñe y maldice en mi oído en italiano haciendo que se me revuelva el estómago. Aumento la velocidad hasta sentir como todo en mi se contrae, el continúa el trabajo desde abajo haciendo mi cuerpo temblar.

Me dejo liberar con un gran gemido que seguramente lo escucharon hasta el la recepción. Pasan unos segundo y el también llega besándome  en el proceso. Cae sobre el mueble y yo en su pecho. Nos tomamos unos segundos para respirar, aunque no mucho por qué de un segundo al otro lo tengo sobre mi listo para atacar de nuevo.

— ¿Quieres más? — Suelto de forma coqueta.

— ¿Más? Esto apenas está comenzando, muñeca.

Me muerdo el labio por la forma en que me mira, seguramente es por que estoy muy excitada en este momento, pero este hombre me observa de una manera inexplicable.

Deslizo mis manos por su pecho hasta llegar a su pelvis donde respira fuerte esperando que lo toque. Pero decido dejarlo esperando y rompo la tensión haciéndole preguntas.

— ¿Esto fue los que siempre quisiste? — suelto y este se ríe.

Se aleja de mí y no puedo evitar observarlo completo. Se acerca a la mesita y agarra la caja de cigarrillos para encender uno y darme la vista de su trasero trabajado. Vuelve la mirada a mi mientras se relame los labios y sonríe.

— No lo pensaba de esta manera, pero vi la oportunidad y la tomé.

Me acomodo en el mueble sin dejar de observarlo.

— ¿A qué te refieres?

— No importa. — Se acerca nuevamente para agarra mi cabello con sutileza — Ya te tengo que como quería desde que te vi.

Junta nuestros labios y nos besamos con hambre y desespero. Lo atraigo más a mi aferrándome a su espalda, deslizo las uñas por ella y abro mis piernas dándole el ascenso que me pide su pierna.
Se agarra el miembro y lo sacude con su manos listo para introducirlo en mi.

Mi celular comienza a sonar haciéndonos maldecir a ambos, este suelta un gruñido para agarrarlo y dármelo.

Me incorporo para ver quién es.

Kara.

Mi pequeña obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora