Capítulo 11

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UN AÑO ANTES

Ellen Davis

—¿Estás escuchándome? —la voz de Mara resonó en las paredes de la habitación.

Aparto mi mirada de la ventana y la ubico en los almendrados ojos azules de mi hermana que me observan detenidamente desde el borde de la camilla de la habitación. Me acerco hasta ella y me siento en el pequeño mueble que está a su lado.

—Lo siento, estoy un poco distraída hoy, ¿Qué estabas diciendo?—le contesto recogiendo mi cabello en una coleta.

Mara resopla y se levanta con dificultad de la camilla para dar unos pasos por la habitación, cruza sus brazos sobre su pecho y niega con su cabeza hacia mí.

—Ya no importa. Mejor dime que pasa contigo cielo — declaró. 

—No sé dé que hablas, estoy bien —me remuevo incómoda en el asiento evitando hacer contacto visual con sus ojos.

—Venga, Ellie te conozco y sé que algo te molesta. Habla conmigo.

Suspiro, a veces odio que me conozca tan bien.

—Estoy nerviosa, ¿vale? —admito—. Desde que estás en este lugar no puedo estar tranquila. Vivo con el miedo constante de que algo malo suceda, tengo miedo de llegar al hospital y no encontrarte —llevo mi mirada a su cuerpo—. Tengo miedo de lo que pueda pasar... No quiero perderte a ti también.

Cuando terminé de hablar, se me formó un nudo en la garganta, las lágrimas habían empezado a acumularse en mis ojos y la típica sensación de ardor en la nariz se hizo presente. Hace menos de un mes la diagnosticaron con cáncer de pulmón, apenas y puedo asimilar lo que eso significa. El día que los doctores confirmaron lo que tanto temíamos, sentí como una parte de mi mundo se venía abajo, recuerdo con exactitud las palabras que usaron para referirse a la pequeña masa que comenzaba a crecer en los pulmones de Mara. A partir de ese día todo empezó a estropearse.

—No quería preocuparte, por eso no había mencionado nada al respecto. Hay demasiados problemas en este momento como para que tengas que lidiar con la crisis emocional de una chica de dieciséis años —sorbo por mi nariz, mientras limpio las lágrimas que resbalan por mis mejillas.

Mara se acerca a mí y me obliga a ponerme de pie, toma mis manos entre las suyas y les da un fuerte apretón.

—Yo también estoy asustada, Ellie, y en una situación como esta es completamente normal sentirse así, el punto de esto es saber cómo lo manejas, si dejas que te domine y te paralice o lo superas y aprendes a vencerlo —pone sus manos en mis mejillas—. Sentir miedo está bien, y sé lo asustada que debes de estar porque yo también lo estoy, pero vamos a estar bien, yo voy a estar bien. No vas a perderme, cielo.

Limpia las lágrimas de mi rostro y me atrae a su cuerpo para luego envolverme entre sus brazos

— Y siempre voy a tener tiempo para lidiar con las crisis emocionales de mi hermanita pequeña.—susurra cerca de mi oído.

Río abrazándola con más fuerza deseando que tenga razón.  

PRESENTE

Empiezo a subir las escaleras hacia mi habitación cuando la luz proveniente de la sala llama mi atención.

¿Quién puede estar despierto a esta hora?

Me dirijo hacia allí y sentada en el sofá encuentro a mi madre con la mirada perdida en algún punto del lugar. Me acerco hasta ella y me siento a su lado.

La lista de los Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora