Capítulo 24

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Mejor tarde que nunca. Ese se ha convertido en mi lema continuo cada vez que actualizo, pero bueno, ya saben como soy.

Los dejo con el nuevo capítulo

Disfrútenlo :)

—¿Estás segura que es aquí? —pregunto cuando el conductor detiene el auto frente a una gran casa.

Veo boquiabierta a la cantidad de gente que se encontraba amontonada por los alrededores, por el antejardín, por los escalones de la entrada y por prácticamente todos lados. Podría jurar que vi a alguien trepado en la cima de un árbol.

—Completamente segura —afirmó antes de abrir su puerta.

Yo respiro hondo antes de bajar. El sonido de la música me recibe al estar afuera pero para mi sorpresa no es tan ruidoso como imaginé, más bien es agradable. June rodea el auto y se detiene a mi lado.

—¿Por qué lo preguntas?

—Bueno, ignorando la aterradora cantidad de personas qué hay aquí está casa parece sacada de una película, es decir ¡es absurdamente gigante! ¿Quién necesita tanto espacio? —comenté, comenzando a caminar hacia la entrada.

Mis ojos escanean el lugar. Había decenas de adolescentes que charlaban y reían sentados sobre el césped del jardín, otros que bailaban al ritmo de la música, y una que otra pareja besándose detrás de unos arbustos.

June ríe haciendo que gire mi cabeza en su dirección.

—Digamos que los padres de Owen tienen algo de dinero, les gusta lo ostentoso —se encoge de hombros y me mira divertida.

—¿Algo de dinero? —repetí, incrédula.

Ella sonríe, —Tal vez mucho dinero.

Observé la fachada de la casa, —Definitivamente.

Regresé mi atención a June y fruncí un poco mis cejas al percatarme de algo.

—Creí que habías dicho que era el cumpleaños de Mike —le recuerdo y ella me mira de inmediato—. ¿Qué estamos haciendo en la casa de Owen?

—A Mike le gusta celebrar su cumpleaños aquí, es el único lugar donde puede embriagarse sin que un adulto pueda detenerlo —explica—. Además, a Owen no le molesta. Nunca se ha negado.

Asentí mientras nos adentramos en el lugar.

El interior de la casa estaba aún más abarrotado de adolescentes que bebían en vasos de plástico y se divertían como si fuese la última noche de sus vidas. Me aferré al brazo de June para no perderla de vista entre tantas personas. En medio de la multitud, alcancé a divisar a Owen sentado en el brazo de uno de los sofás, su expresión es seria; a diferencia de los demás no parecía estar divirtiéndose. Frunzo mi ceño pero lo dejo pasar, me da la impresión de que no es un chico muy expresivo.

Logramos llegar a la cocina después de atravesar la improvisada pista de baile que había en el centro de la sala, tuvimos que empujar uno que otro cuerpo en el proceso. Para nuestra suerte la habitación está libre de personas.

—Cielos, creí que nunca saldríamos de ahí —June murmuró pasando su mano por su frente, secando unas cuantas gotas de sudor—. ¿Quieres algo de beber?

La veo abrir la puerta del refrigerador y servir dos bebidas en esos vasos plásticos en los que todos bebían. Extendió uno hacia mí y yo lo tomé con algo de desconfianza.

¿Qué es esto?

—¿Qué... —mi pregunta queda suspendida en el aire cuando June lleva el vaso a su boca y se lo bebe de un solo trago. Veo atónita como vuelve a dejarlo sobre la barra.

La lista de los Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora