Capítulo 19

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2 horas antes de la tragedia

Estoy jodidamente perdida.

En el momento en que mi mirada se desconectó de lo que sucedía frente a mí, lo supe. Entendí que no era normal lo que pasaba con mi cuerpo cada vez que los ojos de Axel estaban sobre mí. No era normal la forma tan descontrolada en la que mi corazón comenzaba a latir o lo desastrosa que se volvía mi respiración cada vez que a él se le ocurría observarme con fijación.

Y me asustaba, vaya que lo hacía, no estaba lista para dejar que alguien tuviese esa clase de poder sobre mí.

¿Por qué no se me ocurrió pensar que él podría estar aquí? Joder, es su mejor amigo, por supuesto que iba a estarlo.

El absurdo juego de miradas terminó en el momento en el que mis ojos decidieron rendirse y proclamarme como perdedora al no poder mantener el contacto visual. Lo siguiente que sentí fue como una mano se posaba sobre mi hombro.

—¿Te encuentras bien? —la voz de June llegó a mis oídos logrando sacarme de mi ensoñación—. Estás pálida.

Su declaración me hace espabilar causando que mi cerebro retome el control sobre mi cuerpo y este sea consciente nuevamente de todo lo que ocurre a mi alrededor.

Trago saliva con dificultad antes de responderle,—Sí... estoy bien.

Ignorando el hecho de que estoy vuelta una completa gelatina justo en este momento, me encuentro perfectamente.

—¿Estás segura? —pregunto observándome dudosa—. Porque si te sientes mal podríamos ir a que tomes un poco de aire...

—No es necesario, de verdad, estoy bien —sonrío tratando de darle fe a mis palabras.

Ella quitó su mano de mi hombro y asintió no muy convencida, para después volver a dirigir su mirada a la competencia y no volver a preguntar. Mi mano viajó a mis sienes antes de sobarlas y dejar salir un pequeño suspiro, terminaré muerta de los nervios si no aprendo a controlarme. Mi atención se dirige por simple curiosidad al lugar en el que había visto a Axel por última vez, pero él ya no está.

Quizás se fue...

Decidida a no pensar más en él, dirijo mi mirada a la pista y me concentro en la competencia. No tengo idea de cuánto tiempo ha pasado, pero en definitiva el ambiente ha subido de temperatura, la mayoría de las personas está muy ebria gritando efusivamente mientras le dan animo a los que aún se deslizan por las rampas.

¡La noche todavía es muy joven y esto apenas comienza! —gritó el chico del altavoz llamando la atención del público—. ¡El siguiente participante viene con sed de victoria, ganador de la competencia más reciente de skateboarding y el favorito del público, démosle la bienvenida a Klaus Allen!

El mundo a mi alrededor estalló en gritos, podría jurar que sentí el piso temblar debido a las ovaciones cuando el reflector se movió con rapidez hasta ubicar a Klaus en la cima de una de las rampas. Él agitó sus brazos en el aire antes de subir a la patineta y comenzar a hacer lo propio, se desplazaba por la pista con gran agilidad, sus movimientos estaban llenos de seguridad cada vez que dejaba el suelo y se elevaba por las rampas.

Casi se me desencaja la mandíbula en el momento en que su cuerpo abandono la patineta en el aire y la hizo girar sobre sus pies para luego dejarse caer sobre ella. Durante su presentación tuve que llevar varias veces las manos a mis ojos al no poder seguir observándolo. Cuando termino, fue el turno de Owen, quien tampoco lo hizo nada mal.

¡Escoger al ganador está en sus manos, señoras y señores! —se adelantó a decir el chico cuando la competencia termino—. ¡Las apuestas están oficialmente cerradas!

La lista de los Corazones RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora