Explicar, pedir perdon y cuantas cosas más, querían que yo dijera y excusara mis acciones.
Desde que recuerdo, todos siempre prefieran una excusa, una mentira, pero nunca querían oír lo que pensabas o lo que quería decir en verdad.Todos los habitantes de este pueblo, preferían saber mentiras, más que la verdad, nunca comprendí cual era el problema, si ellos por querer ser ciegos o yo por ser demasiado sincera. Una vez, tropecé al ser empujada por una señora que quería entrar primero a la tienda, en ese momento, estaba muy pequeña, pero dije lo que había pasado, había sido empujada y mi rodilla raspada era la prueba irrefutable, cuando dije eso, todos se disculparon con aquella mujer y me hicieron ver como una mentirosa, desde ese entonces siempre me vieron como la arrebatada y la mentirosa.
Y una vez más, tenía que hacer lo que ellos querían, tenía que decir lo que ellos pensaban. Mis padres esta vez estaban de acuerdo. Tenía que pedir perdón, yo realmente no quería hacerlo, soy mala, tal vez, pienso y defiendo lo que quiero. Recordé cada vez que me acusaban por lo malo que sucedía, algunas veces eran ciertas, otras no.
–Melina, tus maletas ya están en el carro, ven pronto.
Guarde un par de cosas en mi bolso, mire por última vez mi habitación, dormí aquí desde que tenía 4, lo compartía con mi hermana ya que siempre tenía miedo de dormir sola, tenía tantos recuerdos junto a ella, cuando no podía dormir o cuando me levantaba en la madrugada, ella se despertaba y luego veíamos memes que nos hacían reír sin importar lo tarde que era, nos preparábamos comida y al siguiente dia parecíamos un oso panda, también bromeaba con ella y siempre me hacía asustar hasta gritar, todo, todos los buenos momentos de mi vida se quedaban en esta habitación, que alguna vez fue de dos chicas, luego de una y ahora de nadie.
—Melina, se te hace tarde, sabes que a mi madre no le gusta la impuntualidad.
Realmente no quería ir y vivir con la madre de mi mamá, no la veía desde hace un año, esa vez todo fue un caos y simplemente fuimos groseras la una con la otra.
Salimos de la casa, pero, antes tenía que ir y fumarme la pipa de paz con los vecinos.
—Queridos amigos, vecinos, colegas y compañeros, todos los que están aquí presentes, podrán presenciar las sinceras disculpas de nuestra querida Melina... ay que muchacha tan dulce.
El señor Gabriel hablaba por el micrófono con su sarcasmo intacto.
Me paré cerca de él, que me brindó su micrófono.
Todos y cada unos de los habitantes de del pueblo Vernon, escuchaban con atención aunque sus facciones eran rígidas y serias.—Hola- quería reírme- para los que no me conocen soy Melina, nací y viví aquí durante mis dulces 17 años, aquí todos me conocen como la loca, la maldita- la señora Janeth, descaradamente se hizo la distraída- señora Janeth, no se haga, todos sabemos que me llama "la maldita" probablemente si lo sea, entonces, creo que entendieron el mensaje, soy la oveja negra o la loca del pueblo, pero quiero que sepan que cada uno de ustedes tiene un espacio en mi corazón- leia sin mucho interés el papel que mi padre había escrito para mi.
—Mentirosa, al punto, tengo que ir a trabajar.
Gritó una mujer a la que no pude ver con claridad.
—Saben qué? Váyanse a la mierda, si, si todos ustedes, claro menos a mis padres y a Pepe– mire a mi perritos, que me movía la cola–el resto puede irse al averno, aquí nadie los va a extrañar, además, quieren saber otra cosa?- algunos asintieron- pues la señora Belice le pone los cuernos a su esposo, Pedro busca en sus bolsas de basura. Señora Isabel, recuerda cuando me tiro la culpa de sus plantas muertas?- ella asintió- pues no fui yo, pero si fue el Pepe, cuando lo llevaba a caminar orinaba sus plantas y una vez quebró su muñeco de duende y además todos sabemos que Karl está enamorado de la cuarentona que vive en la esquina, una vez los vi besándose, señor Jaicob su esposa le es infiel con su hermano y nadie dice nada- todos se empezaban a gritar y tirar desechos de comida, mi madre que estaba hasta atrás de la multitud intentaba llegar a mi, esquivando los residuos de frutas y plásticos, como por instinto me agaché al ver que en mi dirección venía una botella de vidrio, en qué momento se pusieron agresivos?. Mi padre, venía por mi, para sacarme de esta pelea, pero no podía irme sin antes hacer otra cosa- Lucas, si, tú, eres un hijo de- mi padre me quitó el micrófono, sin poder terminar la oración, pero, de mis bolsillos, saqué el pendrive que contenía información que había robado de su computador secreto. Lucas al ver que el pendrive era uno de los que coleccionó de niño, entendió o estaba entendiendo lo que tenía en mi poder.
—Melina que has hecho! - me reto mi padre, arrastrando y metiéndome al auto, mientras iba por mamá, quien llegó con una cáscara de plátano en la cabeza, verla en ese estado me preocupo y más su mirada, ella quería matarme, aquí y ahora. Pepe por otro lado me movía la colita tan rápido como podía, regrese mi mirada con Lucas, el venía muy cerca, es más, creí que abriría mi puerta, pero, papá fue más rápido, encendió el auto y aceleró, dejando el pueblo de Vernon, atrás, junto una pelea que parecía que no terminaría.
—Melina, esa era tu gran disculpa? -manifestó mi madre, quitándose la basura y limpiando con un pañuelo húmedo.
—Yo de verdad iba a disculparme pero ya ves, las cosas no siempre salen como uno quiere... probablemente ya no querrán ver a ningún Torres por el lugar, vendrán conmigo a vivir? –Pregunté ansiosa.
—Hija, si empezaste esa riña con el propósito de vivir contigo y la abuela, estás completamente equivocada.
—Además, ese castigo es para ti, no para mi... Sabes que nadie aguanta a mi madre, prefiero soportar a los del pueblo, que a tu abuela. - aclaró mi madre.
—Oh, muchas gracias, sus comentarios ya me hicieron querer volver al pueblo.
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Mi exilio con la abuela
Teen FictionLibre y salvaje, al menos eso se cree de Melina, una chica muy inusual para un pueblo muy anticuado. Porque entre ser y no ser, Lillie es un desastre, pero vamos, un desastre muy divertido. Acusada de ser ladrona ✔️ Expulsada del colegio ✔️ Remode...