Capitulo 52

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—No quiero recordar lo que sucedió —Jenny soltó rápidamente.

Pamela la remecía de un lado a otro.

—Exijo una aclaración.

Ya me preguntaba en qué momento Jenny vomitaría. Me entrometí.

—Ya déjala, la estas zamarreando como si fuera una muñeca.

Pamela asintió, obedeciéndome. Se arregló la ropa y continuó caminando por la cama.

—Gracias —dijo Jenny aliviada —Pamela, no estoy obligada a contarte todo sobre mi vida personal, más cuando no te importa más que el chisme, ¿pueden dejarme sola?

—Vas a seguir durmiendo? —pregunté incrédula.

Jenny negó.

—Voy a seguir llorando y para hacerlo necesito privacidad. ¿Podrían poner la musica antes de que se marchen?

Me levante para poner la musica, era una música muy triste. Demasiado.

—Esa es Aurora? —pregunté yo.

Pamela bufó sorprendida.

—Runaway —completó —esta canción es más deprimente que el envejecimiento de Leonardo.

—Da Vince? —preguntó Jenny entusiasmada.

Pamela negó.

—No, quien es ese? —respondió —Hablaba de DiCaprio.

Jenny bufo.

—Michas gracias por la visita, ahora pueden marcharse.

Jenny respondió harta de nosotras, más bien, creo que de Pamela, aquí veía una antigua enemistad.

—Te me comportas —dijo Pamela— que no dejamos al novio de Lillie con esa sanguijuela de Camila solo para que nos eches así sin nada más.

—Por favor, pueden pedirle a Dani que les explique todo, estoy muy cansada para alimentarles la lengua—respondió al instante, sin pensarlo —Un momento, Lillie, ¿ya estás de novia?

—Gracias Pamela, se nota que eres muy reservada—la miré —no quieres contarle cómo es que ando con Santiago y toda la cosa?

—¡Espera! ¿Estás saliendo con Santiago? ¿Mi primo?

Si, terminé siendo yo la que hablo de más.

—Aún no es nada oficial —dije humildemente.

—Eso es lo que dice ella, pero, ¿acaso los amigos se besan? ¿Se agarran de las manitas, ven películas hasta el anochecer y se celan? Dime tú Jenny, aclárame esta duda, ya que has estado en una relación.

Jenny suspiró.

—No quiero decirlo, pero si, Pamela tiene razón, los amigos no se celan —dijo seriamente —Bueno, aparte ya no tengo una relación amorosa, puedes responder a la pregunta tú misma, ya que estabas saliendo con ese chico de los piercings. —Le respondió, molestándola.

—¡Me refería a una relación amorosa sana! La mía no fue sana y además ya terminó.

Yo quería reírme de lo que decía Pamela, tenía toda la razón, aquella relación no era más que como el gas y el fuego, en cualquier momento podían explotar.

—Fue tan efímera como mis buenas notas en álgebra —completó.

—Bueno, cuéntame cómo es que empezaste a salir con Santiago.

—Lo haré, pero primero quiero escuchar lo qué pasó con Daniel.

Jenny se resignó, sentándose en la cama, yo seguía acostada, Pamela se sentó en la silla del escritorio.

Mi exilio con la abuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora