—Estás diciendo que ¿Lillie entró a un equipo de chicos?— parecían que sus ojos se iban a salir de su lugar— ¿Chicos que sudan a cada segundo?
—En realidad es un equipo de fútbol, no un equipo de chicos— aclaró una de las ayudantes de Dorothea, que recibió malas miradas.
Salió de la sala antes de que la echaran.
—No, eso ni de hablar— Victoria, hablaba con Dorothea—es que, ¿chicos? No, imposible.
Victoria seguía sin aceptar la gran noticia.
—Igual y la echan en cualquier momento—respondió Dorothea, limpiando un pequeño adorno.Estaba huyendo del lugar, pasito a pasito, ya que nadie me veía, choque con una pequeña mesa decorativa, tirando al piso varias cosas.
—Lillie, dijiste que ingresarías al equipo de natación.
Moví la cara, con desaprobación.
—Eso lo dijiste tú... ellos no hacen nada— Dorothea asintió con una sonrisa e hizo gestos para que me fuera lo más pronto posible— iré hacer mis tareas.
Salí huyendo, tan pronto como mis delgadas piernas permitían, subí las escaleras y me encontré con mi querida prima, estuve a punto de chocar con ella.
—No sabias que te agradan los deportes de niños.
—Ahora tienes que saber lo que hago con mi vida?
—Más bien me gustaría saber cuando te vas de esta casa— cruzo sus finos brazos, con delicadeza.
—Vas a quedarte con las ganas, porque viviré aquí supongo que hasta que tenga que ir a la universidad— arremede sus acciones.
—Tendré que soportarte ¿hasta que entres a la universidad? Sería mejor que te vayas ahora, no pierdas tiempo.
—No pierdas el tiempo esperando a que me vaya, por cierto, la próxima vez que intentes molestarme, no permitiré que lo hagas sin antes saber lo que es meterse conmigo.
—Tenemos algo en común, ya soporte a tu hermana cuando estuvo de entrometida en esta casa, no lo haré de nuevo y si tengo que aplastarte lo haré.
—¿Siempre eres así de venenosa?
—Ya me conocerás.
—Y tu a mi, querida.
Puso sus ojos en blanco con fastidio.
—Lillie, aún no he terminado de hablar. —aclaró Victoria.
—Disculpa, nuestra abuela me busca.
Pamela, arrugó la frente, enojada.
—No puedes jugar fútbol, mucho menos con niños, hagamos un trato, si dejas ese equipo, no lo sé, te compro lo que quieras, solo pídelo y lo tendrás.
Pamela bajo las escaleras tirando veneno con su mirada matadora.
—Quiero un unicornio, lo tienes? —bromeé—Victoria, solo quiero jugar fútbol, ¿qué hay de malo en eso?
Suspiró.
—Bien, está bien, pero, este fin de semana hay una celebración escolar, iremos todos, tú estás incluida.
Entre a la habitación, que estaba desordenada, demasiado desordenada, parecía que aquí vivía alguna vagabunda. Encendí la televisión y entre a YouTube, para escuchar música mientras arreglaba muy a gusto.
Para cuando termine, ya estaba oscureciendo, decidí ir a la cocina por algo que comer. Llegando a las escaleras me volví a encontrar con Pamela.
ESTÁS LEYENDO
Mi exilio con la abuela
Teen FictionLibre y salvaje, al menos eso se cree de Melina, una chica muy inusual para un pueblo muy anticuado. Porque entre ser y no ser, Lillie es un desastre, pero vamos, un desastre muy divertido. Acusada de ser ladrona ✔️ Expulsada del colegio ✔️ Remode...