Capitulo 68

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—Me estás diciendo que Lillie ahora es la más millonaria entre todos nosotros? —Nicolás gritaba eufóricamente, sin poder creerlo, yo estaba igual que el.

—Esa anciana, nunca me perdonó que dejara caer las cenizas del bisabuelo... debe estar disfrutando en el infierno, no solo me dejo con severos traumas en la cabeza, ahora también me dejó pobre — Pamela se lamentaba —por otro lado, Lillie me daras trabajo en uno de tus tantos hoteles? Así sea de barrendera, lo tomare gustosamente siempre y cuando tenga al hotel frente al mar.

—No entiendo que vio en Lillie, no me malinterpreten pero creí que no dejaría nada a ningún familiar, siempre creí que lo donaría a la caridad.

Daniel hablaba arrancado el césped, tirándolo a la boca de Nicolás que estaba abierta, se ganó un golpe.

—No lo sé, creo qué hay algún error en ese testamento y seguro que a mi no me dejó ni un lápiz.

—Lillie, eres estupida o te haces? —Pamela se escucha terriblemente enojada —Ese era Marcos Lanson, era el abogado de confianza de la abuelita y de la familia, definitivamente eres dueña de los hoteles y demás cosas.

Todavía no me cabía en la cabeza como y porqué Mila dejó tantas cosas a mi nombre, apenas me conocía y yo a ella.

—Pues creo que no lo pensó muy bien, imagínense, no puedo manejar mi propia fortuna de doscientos dólares en efectivo voy a manejar el hotel ese...

—Querida, no es "el hotel ese",en realidad son "esos hoteles" —Jenny aclaró.

—Que? Son dos? —pregunté aterrorizada, mirando a todos, ellos negaron —tres? —volvieron a negar, cerré mis ojos, torturada —cuatro?

—Lillie, me sorprende que no conozcas los negocios de la familia... son 19 hoteles, todos repartidos por distintos países.

Quería desmayarme, ya entendí por qué mis padres andaban muy torpes y distraídos. Cada que me veían me hacían una corta reverencia, ese más bien era mi padre.

—19? —repetí abrumada —¡Están locos, yo no podré manejar todo eso! —mire a Pamela —pero cuando estuvimos en su oficina solo mostró tres hoteles.

—Esos era los que estaban aquí en la ciudad —aclaró —Yo te ayudaría con tu fortuna, pero seguramente estaré ocupada con los supermercados que me dejó... desgraciada, cualquiera me deja la casa de la playa, pero no, solo me deja de herencia unos supermercados horrendos, que quiere? Que me ponga a vender frutas?

Pamela seguía renegando.

—Hola —Santiago se integró, dándome un corto beso en la frente —¿de que hablan?

—Hablábamos de toda la fortuna que ahora posee Lillie.

—¿En serio? Mila dejó algo tenebroso para ti?— preguntó seriamente.

—Tenebroso, tenebroso, no es como tal, solo tendrá que hacerse cargo de la cadena de hoteles y varios negocios más.

Santiago me miró, boquiabierto.

—Estoy sorprendido, creí que Mila donaría todo a la caridad.

—Eso mismo dije yo —Daniel comentó.

—¿Ya podemos dejar de hablar de eso? Me mata la cabeza...

—¿Irán a la fiesta? —Jenny preguntó, sacando un nuevo tema a relucir.

—¿Que fiesta? —pregunté.

—La fiesta, la fiesta que se celebra todos los años...

—ah si, muy informativo Nicolás, muy informativo.

Mi exilio con la abuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora