—¡Dices que drogastes a tus amigos!—exclamo mi madre, muy enojada.
—Y a tu mamá—añadí.
Se cruzo de brazos sin poder creer lo que oía.
—¡Ah! No, pero la niña viene y me corrige... Felipe, ves como no ha cambiado en lo absoluto y sigue haciendo de sus locuras.
Mi papá estaba sorprendido y negó repetidamente, cuando mi madre lo dejó de observar, levantó su pulgar con una sonrisa divertida.
Bueno, agradecía a Dios que mis padres fueran muy diferentes, si ese no fuera el caso, Dios sabrá dónde ya estaría.
—Aurora, deberías calmar un poco tus nervios— tomo de los hombros a mi madre—Melina dice que no fue su intención dopar a sus amigos, ya si lo hizo a propósito con tu madre ahí yo no la culparía.
Mi madre que empezaba a relajarse, volvió a observarme como si fuera una criminal, probablemente.
—Ves— señaló a mi padre, quien sonreía—de ahí sacaste tu genio.
¿Cómo se enteraron? Pamela. Si, ella era la única culpable de todo, es que, tenía el descaro y la astucia de arruinar las cosas mucho más rápido que yo. Según Daniel, él estaba encargado de ir a recogerla al hospital, ya había pasado un día desde que tenía que hacerlo, así que, según nosotros ella seguía en bajo vigilancia médica. ¿Cómo salió del hospital? Pues eso lo sabrá Dios, ya que tenía permitido salir con la compañía de un adulto, ese adulto nunca llegó y a cambio llegó ella, despeinada, sucia y descalza, pero eso si, no importaba si la atropellaba un camión, ella sólo quería llegar a casa y desenmascarar mi pequeño-enorme- desastre en el que ella también llevaba su parte. Por otro lado estaban mis padres, inmersos en observar el estado de la abuela, bueno la mujer parecía que si había sido atropellada por un camión, sus ojeras oscurecían aún más su mirada, ahora podía decir con seguridad que nos causaba mucho miedo.
De todo esto, lo único que podía agradecer, es que no tuve la necesidad de mentirle a lo ojos de nadie.—¿Me estás oyendo?— mi madre se acercó agitando sus manos— Felipe, estás observando la tranquila y pacífica hija que tienes en frente? Parece que no ha matado ni una mosca.
Ahora enfrentaba los regaños de mi madre y posiblemente las acusaciones de la directora Carolina.
¿Cómo sospechó de mi? todo un hashtag recorría por las profundidades del Twitter:#Lillienosdopó
#browniesdelillie.La cosa no mejoraba, no señores, porque también sucedía que salimos en las noticias, los titulares decían:
Droga a sus compañeros y maestros.
Celebración termina con todos en el suelo.
Drogados en fiesta.
En la televisión aparecían recopilaciones de los videos que muchos subieron a las redes. Se veía a Victoria riendo sin motivo, otros chicos actuando para nada normal y la directora Carolina, vomitando. Además, en un pequeño video aparecía yo, nadando como perrito y si, en mi cara salía un sticker que decía "Culpable".
¿Culpable? Culpable sería yo al arrancarle cada hebra del cabello de Pamela, la muy desgraciada prima del mal, ya descansaba en su cómoda cama, mientras mi instagram estallaba de notificaciones y comentarios no tan agradables.
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Mi exilio con la abuela
Teen FictionLibre y salvaje, al menos eso se cree de Melina, una chica muy inusual para un pueblo muy anticuado. Porque entre ser y no ser, Lillie es un desastre, pero vamos, un desastre muy divertido. Acusada de ser ladrona ✔️ Expulsada del colegio ✔️ Remode...