Capítulo 12

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Hermione creyó que era tiempo de la segunda etapa. Sentada junto a Harry en su mesa de la biblioteca y poniendo su abultada bolsa escolar en el suelo se lo hizo saber con prisa, como una forma de negocios. Honestamente, Harry no tenía ganas de avanzar en la etapa dos de su relación falsa, con los últimos acontecimientos se sentía como un tonto tratando de llamar la atención de Ginny.

—Señor Potter, es hora de que todos se enteren —dijo Hermione.

Ella preparó sus libros de texto y un nuevo trozo de pergamino para escribir su ensayo de pociones. Y rodó los ojos antes de sumergir su pluma en la tinta y comenzó a escribir.

—Una relación que tiene que parecer convincente, aunque sea falsa —recalcó Hermione sin mirar a Harry.

— ¿Qué propone entonces, señorita Granger? —Preguntó Harry con inquietud, mirando a Hermione dudosamente, por el momento abandonó su ensayo pociones.

La conversación con Ginny todavía estaba en el aire, prometió que no estaría con Harry, pero la posibilidad de que funcionara su farsa, no parecía tan lejana.

—Vamos a tener que hacerlo oficial. En lugar de seguir negando que haya algo entre nosotros, tenemos que hacer pública nuestra relación.

La cara de Harry palideció.

—Oh, Harry. No es que vayamos a estar permanentemente con los labios cerrados como Ron y Lavender están en la sala común. Sólo intermitentemente, para el espectáculo —añadió Hermione.

Harry permaneció sin palabras y continuó mirando en silencio a Hermione, quien también había abandonado toda pretensión de hacer la tarea.

—No voy a obligarte a hacer algo tan abominable como besarme en público si tienes tantas náuseas ante la perspectiva, Harry.

—No tengo náuseas —Gritó Harry indignado.

—Shh —recibió una amonestación bastante estridente de la señora Pince.

—Entonces, ¿por qué te has vuelto todo blanco de la impresión? —Respondió Hermione apretando los puños con enojo.

En el aturdimiento silencio de Harry, Hermione se aferró en voz baja y volvió hacia su ensayo de pociones, garabateando furiosamente. El estómago de Harry se apretó incómodamente. Supuso que eventualmente tendrían que actuar como una pareja si su plan loco tuviera éxito, pero no se había dado cuenta de que implicaría besar en público. Se volvió y vio a Hermione, los dedos manchados con tinta de su ferviente escritura, las mejillas enrojecidas, los ojos llorosos y sintió que su estómago se desplomaba.

—No tengo náuseas ante la idea —dijo en voz baja.

Ella desaceleró su escritura.

—Bueno, es un comienzo, supongo.

Se limpió rápidamente los ojos, y miró a Harry.

—Lo siento si lastimé tus sentimientos, Hermione. Todo este plan enredado está fuera de mi alcance.

—Parecía como si hubieras preferido a Voldemort.

—Prefiero enfrentarme a un dragón que besar a una chica en público.

—Tal vez podamos trabajar en ello, es levemente angustioso.

—Nada personal, Hermione, pero las mujeres con un poco aterradoras —enmendó Harry.

—Lo entiendo —dijo Hermione volviendo a su ensayo con una sonrisa.

Harry sonrió de espaldas, desequilibradamente hacia ella antes de sumergir su pluma en su tintero y volver a su propio ensayo.

¿NOVIO FALSO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora