Capítulo 9

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Empujó la puerta y entraron en el Gran Salón. Fueron recibidos con susurros y los señalaban como si ellos no lo supieran. Se suponía que Harry debía estar acostumbrado, pero sintió que el color se elevaba en sus mejillas, no tenía que ver con las murmuraciones, sino con la mano de Hermione apretando la suya.

Como fue posible que Harry aceptara ese trato. Apenas y podía ver a Hermione sin sonrojarse o sudar. Ella lo asociaba con el nerviosismo por la treta, pero nada más alejado de la realidad.

Los dos se sentaron como era habitual en la mesa Gryffindor, pero con la diminuta diferencia de uno al lado del otro, demasiado pegados, las rodillas, aun se tomaban de la mano. Harry no estaba interesado en la comida, ya fuera por Ron poniendo los ojos en blanco o despreciando su relación, o que él también estaba sentado tan cerca de Hermione, o quizá una extraña combinación de ambos, no estaba seguro. Al igual que Harry, Hermione estaba que echaba fuego, sus orejas estaban teñidas de rosa y su mano temblaba ligeramente mientras ella untaba un poco de mermelada en su pan.

También al otro lado de la mesa de ellos, Ron se había alejado y tenía su brazo alrededor de Lavender, que estaba charlando animadamente con Parvati. Ron no parecía darse cuenta de que estaban discutiendo sobre él, porque él estaba demasiado ocupado mirando en la dirección de Harry y Hermione. Se levantó de golpe dejando a Lavender en el precipicio, a punto de caer de lado de su silla.

—Entonces, ¿Qué es esto? —Ron le preguntó cuándo Harry había puesto su brazo libremente alrededor de la cintura de Hermione y se había inclinado para susurrándole, como dictaba "el plan".

Hermione se había reído en respuesta y asintiendo ligeramente.

—¿Qué es qué, Ron? —Hermione mordió una extraña mezcla de exasperación y falsa inocencia.

—Esto —Ron respondió, gesticulando su brazo salvajemente hacia ellos.

—Bueno, si debes saber, Ronald, Harry me acaba de pedir que vaya a la fiesta de Slughorn y he dicho que sí —dijo Hermione. —Como amigos —enfatizó, ya sea para asegurar a Harry o a Ron o ambos.

—Como amigos —murmuró Ron bajo su aliento con descontento mal disfrazado.

—Cree lo que quieras, Ronald —respondió Hermione con un giro en la vista antes de volverse hacia Harry y susurrar —lo tenemos —bajo su aliento.

Luego se rio, de nuevo, y siguió siendo un sonido muy poco Hermione.

—Realmente deberías tratar de comer algo, Harry —dijo Hermione, con la frente surcada por la preocupación y mordiéndose el labio inferior de nuevo.

Ella sabía que Harry tenía mayores problemas que solo el romance.

—No tengo hambre —respondió Harry con áspera.

Hermione apretó la mano sobre la mesa antes de ponerse de pie y tirar de Harry.

—Bueno, entonces supongo que también podemos salir de aquí.

Se pusieron de pie, entrelazando sus dedos de nuevo, antes de salir del Gran Salón caminando mucho más cerca de lo que nunca tendrían hace unas semanas. No miraron hacia atrás, pero si lo hubieran hecho, habrían visto a Ron y Ginny mirándolos con una expresión molesta.

Por la tarde siguieron el plan. Las miradas y murmuraciones no disminuyeron. En la sala común de Gryffindor Harry alcanzó la mano de Hermione y la colocó sobre la suya. La sintió relajarse un poco, y vio a Ginny arquear su ceja al otro lado de la mesa donde estaba sentada con Dean. Su sutileza fingida parecía estar funcionando.

Hermione se volvió de repente y Harry notó que sus mejillas se ponían rojas. Mientras tanto, Ron aparecía con Lavender, se sentaron en un sofá de la esquina. Les tomo menos de cinco minutos para hacer que el plan se viniera abajo. Lavender comenzó a besuquear a Ron ocasionando que Hermione se sintiera completamente incomoda y saliera corriendo del lugar.

¿NOVIO FALSO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora