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Dormir con Jace podría volverse costumbre, detrás de esa fachada de tipo duro hay un chico cariñoso al que le encanta dormir abrazado, amo esa parte de él. Al levantarme lo he visto tan tranquilo que he decidido no despertarlo. La noche de ayer acabó mejor de lo que había empezado, nos fundimos el uno con el otro y disfrutamos de la experiencia al máximo. No puedo negar que no estoy algo adolorida después de es momento de reconciliación.

Salgo de la habitación haciendo el mínimo ruido y me dirijo al centro de mandos donde Clary e Izzy están pendientes del mapa de la ciudad. Ambas me saludan sonriendo y la pelirroja me hace una señal para que hablemos. Nos hacemos a un lado y espero a que rompa el hielo.

-Lo siento, no quería darte una imagen equivocada- dice deprisa algo nerviosa -Yo estoy muy bien con Simon, Jace y tú os queréis, no quería mandar todo al traste-

-Tranquila Clary, no lo has hecho- digo sonriendo levemente -Entiendo que las runas os conecten de esa manera y os hagan sentir bien, es algo natural-

-Pensé que estarías enfadada- susurra sorprendida.

-Digamos que anoche cambié de opinión- agrego sonriendo de lado.

La pelirroja se queda durante unos segundos pensativa hasta que abre la boca ligeramente y suelta un gritito.

-¡Por fin!- exclama muy entusiasmada.

-Baja la voz, no hace falta que todo el instituto de entere de mi vida privada- me quejo riendo levemente.

La voz de Izzy interrumpe la felicidad de mi amiga, Alec y Jace llegan a la vez hasta la sala de operaciones. Nos unimos a ellos observando bien el mapa, muestra los puntos donde se ha visto a Valentine. El rubio me mira de reojo sonriendo y enseguida se centra en nuestra misión; encontrar al padre de Clary.

Por desgracia no han podido rastrearlo como lo hicieron con Jonathan, parece como si se lo hubiera tragado la tierra. La pelirroja parece decaída cuando hablamos de su hermano, es normal tratándose de su familia. De un momento a otro salta una alarma y el instituto se sume en luces rojas parpadeantes.

-Los sensores aéreos- dice Alec llamando nuestra atención.

Nos acercamos hasta una de las pantallas, hay una zona marcada en rojo, donde han saltado los sensores.

-¿Es Valentine?- pregunta mi amiga.

-No, pero podría ser un demonio- explica Izzy agarrando su espada -Debemos ir-

Alec pone orden en el instituto antes de cargar su arco. Los cinco salimos a las calles de la ciudad en busca del demonio que ha hecho saltar la alarma. Llegamos a una intersección bastante transitada, se escuchan los gruñidos de algo bastante grande. Una especie de demonio con pinta de dragón aparece surcando el cielo, Alec trata de apuntarlo con su arco, pero se escabulle entre los grandes edificios.

-Detrás tuya- avisa el rubio a mi primo.

Alexander lanza la primera flecha, pero no llega a darle. El demonio es enorme y nunca habíamos visto algo así. Mis sentidos están alertas mientras nos ponemos en posición de ataque esperando a ver dónde está el maldito. El demonio da vueltas hasta que se lanza en picado hasta nosotros. Alec le dispara una flecha directa que lo hace explotar en cachos viscosos.

-Iugh- digo haciendo una mueca.

Cuando pensamos que todo ha acabado, los trozos de demonios se convierten en otros más pequeños que saltan por encima de los coches y trepan por los edificios. La gente mira a su alrededor muy confundida, no nos ven y tampoco ven lo que nosotros, pero el sonido de las alarmas de los coches les hace estar atentos. Todos los pequeños demonios se separan, uno escala el edificio a mi izquierda y el otro se mete en el metro.

𝑺𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅 (𝑱𝒂𝒄𝒆 𝑯𝒆𝒓𝒐𝒏𝒅𝒂𝒍𝒆)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora