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Alrededor se forma una tercera guerra mundial. Como si de dos bandos opuestos se tratara, los del instituto, incluidos mis familiares y amigos, nos apuntan con todo tipos de armas esperando que movamos un dedo para atacar. No sé cuánto llevo con los ojos cerrados, el tercer temblor ha pasado hace cuestión de pocos minutos. Todos discuten con todos, mientras mi hermano y los chicos tratan de calmar el ambiente, los aquí presentes solo buscan alguien a quien culpar.

-Hemos encontrado al culpable de los temblores- la voz de un hombre me obliga a abrir los ojos -Estaba en la sala del núcleo de líneas ley, haciendo no se qué-

Giro sobre mi propio eje a tiempo de ver como entre dos guardias traen a Ethuriel esposado. El ángel me da una mirada rápida, se nota algo de arrepentimiento por su parte, no ha podido finalizar el proceso. Colocan al gran ángel junto a nosotros y volvemos a estar como al principio, no nos sueltan por mucho que digamos. Las órdenes de mi primo son claras; vamos directos a los calabozos. Siento como el rubio me esposa las manos por detrás de la espalda, él es quien me guía fuera de la sala. Camino a paso lento tratando de pensar en algo, lo que sea para salir de esta, pero nada es bueno.

-Tara- la voz de Ethuriel resuena en mi mente.

-¿Porqué te escucho en mi cabeza?- pregunto frunciendo el ceño, justo estamos entrando en el ascensor para ir a la zona de celdas.

-Es un poder que tenemos ciertos ángeles, tú también lo tienes- comenta Ethuriel haciéndome alzar las cejas -Debes terminar el proceso que yo he comenzado, las líneas ley podrían colapsar y hacer volar todo esto por los aires-

-¿Qué?- pregunto atónita -Ahora no solo está en peligro mi futuro, también el de todos-

Miro de reojo a Jace quien no aparta su vista de mí, soy demasiado cantosa. Alec entra seguido de Izzy que lleva al pequeño Ezequiel. No caben más en el ascensor así que nos disponemos a bajar.

-Os advertí que el proceso sería complejo, si no me hubieran interrumpido ya habría terminado- agrega el ángel y puedo notar arrepentimiento en sus palabras -Debes terminar lo que he empezado, y rápido-

-Pero, ¿Cómo?- cuestiono algo incómoda -No se me ocurre nada-

-Utiliza todo tu poder- dice el ángel -Tu parte demoníaca ya la controlas a la perfección, pero ¿Y la angelical? ¿Sabes que puedes hacer portales como yo?-

Abro la boca ligeramente, eso que me ha dicho me ha dejado sorprendida. Es verdad que controlo mis poderes demoníacos, pero no los angelicales y esos quizás me ayuden a salir de esta.

-Corre Tara, salva el futuro de todos nosotros- agrega Ethuriel rompiendo de nuevo el silencio.

El ascensor está por llegar a la planta subterránea, si me meten en una celda no podré salir, es ahora o nunca. Utilizo mi poder demoníaco para soltar mis manos, ya no es necesario ir despertando a cada esencia, ahora todas son una sola. Las esposas caen al suelo llamando la atención de todos, enseguida los tres shadowhunters se ponen alertas y me apuntan con sus diferentes armas.

-Lo siento- murmuro mirando de reojo a los chicos -Ezequiel, agachate-

El niño se agacha en cuanto me escucha, dejo mis alas libres y las utilizo para empujar a mis amigos contra la pared del ascensor. Con un solo movimiento, los chicos chocan abruptamente contra el frío metal y caen al suelo desconcertados. Justo a tiempo, las puertas del ascensor se abren dejándome ver el pasillo que da hacia las celdas. Respiro hondo y muevo mis manos en círculos frente a mí. Una suave brisa se levanta y poco a poco lo que parece un portal se va abriendo. Cuando consigo abrirlo del todo, agarro la mano de Ezequiel y sin pensármelo dos veces me adentro en él, ignorando las quejas del rubio.

𝑺𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅 (𝑱𝒂𝒄𝒆 𝑯𝒆𝒓𝒐𝒏𝒅𝒂𝒍𝒆)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora