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Me despierto a causa de un leve zarandeo, al abrir los ojos me doy cuenta de que Clary está a mi lado, luce algo austada. Me incorporo como puedo y miro a mi alrededor, lo último que recuerdo es estar en el salón tratando de escapar de esa maldita bruja y ahora nos encontramos en lo que parece ser un sótano. La poca luz que entra por la ventana me da la certeza de que no ha pasado mucho tiempo desde que hemos llegado aquí.

-ALEC- oigo que grita mi amiga empujando la puerta -No se abre-

-Joder, sabía que algo estaba mal con todo esto, mi intuición me lo decía- susurro frotandome la cara mientras camino de un lado al otro del sótano.

-Ha sido mi culpa, estaba empeñada en traer a mi madre de vuelta, no he sido consciente de en donde me estaba metiendo hasta que vi al cuervo- explica Clary acercándose a mí.

-No creo que sea momento de lamentarse, deberíamos buscar una salida- murmuro mirando a mi alrededor.

Cada una inspecciona una esquina, con cuidado me subo y miro por una de las ventanas tratando de llamar la atención de alguien, pero la calle está vacía. El sonido de lo que parece ser una compuerta abriéndose me hace ponerme alerta. Con la mano le hago una señal a Clary para que se acerque hasta donde estoy. Ambas miramos hacia la pequeña abertura conteniendo la respiración, en cuanto una enorme mano con garras afiladas se deja ver, nuestros corazones se detienen por unos segundos. Un asqueroso demonio se asoma por la pequeña compuerta, poco a poco avanza arrastrándose por el suelo. Las manos de Clary aprietan fuerte mi brazo, creo que las dos estamos más que asustadas a estas alturas.

-Quieto ahí bicho- digo retrocediendo al verlo cada vez más cerca -¿Algún plan Fairchild?-

-No lo sé, estoy en blanco, ¿Qué hacemos?- pregunta ella rápidamente -Usa tus poderes demoníacos-

-Oh claro, ¿Cómo no se me había ocurrido antes?- pregunto de forma irónica -No puedo despertar mi esencia, creo que lo que nos dió la bruja me ha afectado-

-Está bien... Déjame pensar- susurra la pelirroja mirando a su alrededor.

De un momento a otro Clary me aparta y agarra una de las cadenas que colgaban del techo. Usándola de látigo hace retroceder al demonio dándonos algo de ventaja. El bicho parece cabrearse y tras quitarle la cadena a Clary se prepara. Un crujido sale de su cuerpo negro y pegajoso, algo parecido a un par de alas formadas por huesos se deja ver en su costado. La pelirroja se queda mirando a un punto fijo en la pared provocando que yo le grite para que reaccione.

-¿Qué haces Claryssa?- pregunto entrando en pánico.

-Confía en mí- se limita a decir ella sacando su estela.

De un momento a otro Clary empieza a dibujar una runa en su mano, no recuerdo cuál es pero ahora mismo me da igual. En cuanto la termina apunta con la palma de su mano hacia el demonio y de esta sale un rayo de luz muy potente que me hace cerrar los ojos. Cuando vuelvo a abrirlos no hay ni rastro del bicho, pero allí está él que me mira con cierta preocupación y se acerca deprisa.

-Jace- susurro abrazándome a su torso mientras él acaricia mi pelo.

-Ya estoy aquí enana- oigo que dice haciéndome sonreír.

-Clary, ¿qué ha sido eso?- pregunto al separarme del rubio.

-No lo sé, solo he visto una runa en la pared y la he dibujado- explica ella algo confusa.

Siempre han dicho que Clary es muy poderosa, pero llegar a lanzar rayos de luz con las manos es lo más sorprendente que ha hecho hasta ahora. Alec e Izzy aparecen inmediatamente en el sótano mirándonos con algo de preocupación. Mi prima me abraza enseguida y me pregunta si estoy bien, Alec repite su acción. Yo me limito a asentir, aunque la imagen del demonio acercándose a nosotras no se me quita de la cabeza. Tan pronto como podemos abandonamos esa maldita casa y volvemos al instituto, necesito un mes de vacaciones con todo incluido.

𝑺𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅 (𝑱𝒂𝒄𝒆 𝑯𝒆𝒓𝒐𝒏𝒅𝒂𝒍𝒆)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora