🍃11. Lo que pasó pasó 🍃

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Entre tu y yo🎶

• • •

El deseo de volver a sentir el sol se encontraba tan presente en él aquél oscuro día de lluvia.

Un miembro de las fuerzas AMBU se encargó de empujar con sorprendente facilidad la puerta de metal que llevaba al exterior, y un mar de aire fresco los alcanzó.

Todos temblaron al sentirlo. Sus ropas no sólo eran las simples que les había dado el hospital, pero también eran de verano, y ese día era todo menos eso.

Cruzaron la puerta sosteniéndose por el frío, que no lograría devolverlos bajo tierra.

Lee apoyó su cuerpo sobre la muleta para patear un pedazo pequeño de escombro con su mejor pie.

Konoha había quedado en pedazos. Se llegaba a ver humo a lo lejos, y rastros de pelea en las calles, los techos y cada rincón.

Es una lástima que el cielo acompañe a Konoha. Pensó.

Caminaron sin pensar en silencio por más de lo que parecía, hasta que vieron al compañero de Hinata acercarse.

—Hola.

Por supuesto era muy expresivo. Se notaba bajo sus oscuros lentes.

Los tres, Lee, Hinata y _____ devolvieron el saludo.

—¿Has visto a Kiba? -preguntó específicamente a Hinata.

—S-sí. Estaba con nosotros, se quedó en el búnker.

Shino se abrió camino entre ellos de inmediato, pero frenó al estar al mismo nivel.

—El Tercer Hokage ha muerto —Su voz cambió ligeramente.

Ninguno dijo nada. Tan sólo lo miraron irse entre las casas.

Muerto.

El Hokage había muerto.

Lee miró a sus compañeras de caminata.
_____ miraba el piso perdida en sus pensamientos. Hinata cubría su boca con una mano.

¿Qué pasaría ahora con la aldea? Rondó por su mente atormentada.

¿Qué harían?

Él no había conocido a nadie más en sus catorce años que fuera capaz de liderarlos.

Lo admiraba.

Su sueño no era convertirse en Hokage pero lo admiraba.

Y ahora se había ido.

Como el Primero, como el Segundo, como el Cuarto.

Ya no había quién para protegerlos.

Y el no podía hacer nada al respecto.

—Lee... —Lo devolvió a la realidad con el tacto de una delgada mano— Volvamos.

• • •

La lluvia cayó como si se tratase de ironía. Definitivamente es para nosotros.

Las ropas negras que vestía cada uno de los habitantes lo deprimía más de lo que esperaba.

Entre la muchedumbre alcanzó a ver a su equipo y se les acercó. Llevaban tiempo sin verse, pero no existió una cálida bienvenida.

Subieron la torre Hokage hasta la terraza desde donde se veía toda la aldea, lo cual no era para nada alentador, estaba destruida.

Frente a las demasiadas fotos de todos los caídos en el ataque, entre las que destacaba una más grande del recién fallecido Hokage, se encontraban todos en silencio empapándose.

Se giró en su momento, de casualidad viendo a _____ junto a su hermano, ambos se veían miserables, pero ¿Quién no?

La mejor opción en momentos como esos era mirar el suelo y que se esfumen los recuerdos.

Ya nada sería igual, eso era seguro, pero sentía la necesidad de pedirle a los dioses que por favor los ayudaran.

Al final del funeral volvió a la joven Fukuhana. Se acercó a él sin levantar la vista.

—¿Podemos hablar?

—Claro —Por más que no lo mirara podía ver sus ojos enrojecidos.

Se alejaron de la gente y encontraron un banco vacío.

_____ abrió la boca pensando como hablar -¿Tienes a dónde ir?

No era una buena conversación.

—N-no...

Fue observado al fin por los verdes grandes ojos, incapaces de lograr lo que pretendían, ocultarse.

—Pues... Ya sabes, lo de no poder regresar al hospital.

—Ajá.

—¿Te... importaría, no, gustaría, o... aceptarías...

El confundido seño fruncido de Lee parecía ser capaz de esperar por siempre a que llegara al punto.

_____ tomó aire cansada de intentarlo —Puedes quedarte en mi casa si quieres.

La confusión cambió a asombro.

—Sí, por supuesto, no hay problema _____-san.

Sonrió aliviada.

—Avísame cuando quieras ya ir para allá, puedes —hizo una seña extraña con sus manos— hablar con la gente, y eso.

• • •

Abrió la puerta que hizo un sonido peculiar al mover la perilla, como cualquier mecanismo antiguo lo haría.

—Pasa, ponte cómodo.

Se quitó los zapatos y los dejó a un lado, junto a los que ya se encontraban allí y miró la casa con intriga.

Nunca había visitado la casa de un amigo, mucho menos una chica.

Si es que entrar a la casa de Neji cuenta.

Había un pasillo en la entrada que terminaba en una estantería repleta de libros. A su lado una puerta cerrada.

A ambos lados del pasillo se abrían dos habitaciones, ninguna tenía puerta, tan sólo había dos arcos como entrada.

Se asomó por ellos dando por un lado con una sala de estar, y por el otro una cocina-comedor.

—¿Quieres comer? —preguntó la anfitriona entrando a la cocina.

—Si quieres cocinar, sí.

—¿Si quiero cocinar? —río— No me entusiasma mucho, pero lo haré.

Ató un delantal en la parte baja de su espalda.

—¿Te gustaría algo en especial?

—¡No!¡No te preocupes! Comeré lo que hagas.

—¿Seguro?¿No te disgusta ninguna comida?¿No tienes alergias?

—¡No y no! —dijo orgulloso— Aparte, seguro cocinas muy bien.

Sonrió —Gracias, pero ya lo descubrirás.

🌸Taijutsu | | Rock Lee Y Tú🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora