Al día siguiente me desperté notando un movimiento en la tripa. El bebé cada vez tenía más ganas de salir y yo cada vez más ganas de poder tenerle entre mis brazos. Cuando regresáramos a Estados Unidos podríamos saber su género y, por tanto, elegir su nombre. Aún no tenía ni idea de cómo llamarle, así que esperaba que al menos Kane lo tuviera un poco más claro que yo. Me acaricié la panza con cuidado y me levanté lentamente para arreglarme, pues hoy era la tan ansiada boda.
A primera hora de la mañana las chicas habíamos quedado para ir a la peluquería mientras los novios se preparaban y llegaban el resto de invitados. Tanto las hermanas de Reece, como Kylie y yo seríamos las damas de honor y esto suponía que debíamos llevar vestidos de un mismo color aunque de distintos modelos. El color elegido era un azul celeste para que fuera a juego con las aguas cristalinas del mar. Reece lo tenía todo perfectamente hilado para la velada y estaba ansiosa por ver cómo se desarrollaba el día, por lo que se me pasaron las dos horas en la peluquería de lo más rápido.
Me encantaba el peinado y la suave capa de maquillaje que me habían puesto. El sombreado de los ojos coincidía con el color de mi vestido, que consistía en dos tiras de tul de un azul clarito que se unían debajo del pecho, en donde empezaba una larga falta hasta el suelo con una abertura lateral que dejaba entrever la pierna. No era un vestido ceñido como tal, por lo que ocultaba gran parte de mi avanzado estado de embarazo haciéndome ver menos gigante y un poco más sexy por el ligero canalillo y la abertura de la pierna. Opté por no ponerme tacones porque lo último que quería era tropezarme y, además, en la playa era demasiado difícil caminar con ellos, así que escogí mis cómodas sandalias beis.
Llegué al recibidor del hotel, donde se encontraban ya todos los comensales. Me presenté a unos cuantos justo antes de que me abordara Nash.
-¡Pero qué guapo estás!- le halagué. Llevaba una camisa de vestir a juego con mi vestido y unas bermudas cortas de color blanco, al igual que sus playeras. Kane, quien se acercaba a saludarme, iba vestido de igual manera puesto que ellos y dos de los primos de Dave serían los padrinos de la boda.
-Cada día te veo más guapa- dijo mientras pasaba sus labios en mi mejilla.
-Creo que puedo decir lo mismo de ti- admití. Sus ojos azules relampagueaban electrizándome con la mirada. No eran sino sus ojos los que pegaban con las aguas cristalinas y no mi vestido. Se respiraba muchísima tensión a pesar de estar rodeados de gente, así que traté de pensar en otras cosas -Deberíamos ir. La boda debe de estar a punto de comenzar.
Efectivamente, así era. La ceremonia comenzaría en breve, lo que hizo que todos nos trasladamos a la playa del hotel, en donde estaba todo dispuesto para la entrada triunfal de Reece. Dave se encontraba en el atril junto al cura y me separé de Kane y Nash para ponerme en el lateral de las damas de honor.
La decoración blanca era preciosa y digna de una película. Todo estaba lleno de flores azules y farolillos para cuando se hiciera de noche. El mar se presenciaba justo detrás del atril y era todo tan bonito que hasta me entraron ganas de casarme yo. Ahora entendía por qué Reece había estado estos últimos meses tan ocupado. Esta boda resultaba idílica y aún no había ni empezado.
De repente, se inició una melodía. Todos los presentes se pusieron en pie y se giraron para ver entrar a un feliz Reece del brazo de la que supuse que era su madre. Llevaba un esmoquin blanco muy elegante con una pajarita azul marina, mientras que Dave llevaba un traje azul marino y una pajarita blanca. Ambos estaban muy guapos, pero lo que más me enterneció fue cuando se miraron y todos pudimos presenciar lo mucho que se querían. Me entraron ganas de llorar por haber sido un obstáculo para ellos cuando estuve viviendo con Reece una temporada.
Reece avanzó despacio, pero seguro. Cuando llegó al lado de Dave se le cayeron lágrimas de felicidad que su prometido limpió con la yema del dedo. Se les notaba en perfecta sintonía y todos los presentes estaban conmocionados, incluida yo. El cura inició su discurso y aguanté mis lágrimas hasta que escuché sus votos. Desde mi posición podía observar perfectamente no solo a los novios, sino al resto de los presentes. La gran mayoría se limpiaban las lágrimas y acariciaban a sus seres queridos, mientras que yo no podía quitar la mirada de Kane, quien me miraba de la misma manera. La desvié al pequeño Nash, sorprendiéndome al ver que era él quien portaba los anillos. Me hizo sentir tan orgullosa del pequeño que seguí derramando lágrimas y más lágrimas. Anne, una de las hermanas de Reece que estaba a mi lado, me proporcionó un pañuelo y me limpié el agua sutilmente para no dañarme más de lo que ya estaría mi maquillaje.
Todo era perfecto y Nash estaba impecable. Sabía que había tenido que crecer rápido, pero no tanto como Kane a quien de verdad la vida le había dado por todos lados. Me sorprendió ver con a este último se le aguaban los ojos a ver a su hijo. Hubiese dado lo que fuera por haber estado a su lado, porque viéndole desde lejos me hacía sentirme impotente.
Finalmente, Nash les entregó los anillos a los novios bajo el discurso del cura: -El Señor bendiga estos anillos que vais a entregaros uno al otro en señal de amor y de fidelidad.
-Recibe esta alianza, en señal de mi amor y fidelidad a ti. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo- dijo Dave mientras le ponía el anillo a su prometido.
Reece repitió la acción a la inversa.
-Con el poder que me ha sido otorgado, yo os declaro marido y esposo. Ya puede besar a su cónyuge- citó, por fin, el párroco.
Los novios no escatimaron en el beso y el público aplaudió eufórico. Empezó a sonar la música, dando comienzo a la celebración. Me reencontré con Kane y Nash y me agaché para felicitar al pequeño.
-Lo has hecho fenomenal.
Le di un beso en la mejilla y nos acercamos los tres a felicitar a los novios. La luz ya se estaba yendo por el horizonte y tenía la sensación de que la velada prometía, pues aún me quedaba por conocer a más de la mitad de los invitados.
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SEPARADOS ©
Teen FictionTras los sucesos inesperados, Autumn intenta recomponerse a pesar de estar hecha pedazos. Intentar afrontar los cambios nunca había sido tan complicado... y más aún en la situación en la que se encuentra. ¿Estará a tiempo de tomar las riendas de su...