Capítulo 54: Combates en el laboratorio

781 60 5
                                    

Acabé en el basurero.
¿Cómo? Mala suerte.

Mi grupo y yo corríamos por el pasillo, con la única intención toparnos de una vez con Caesar Clown, derrotarlo y marcharnos de esa horrible isla.
Confiábamos plenamente en Lacuba y Baël, así que no estábamos preocupado, pero Vergo aún debía estar por la zona, así que debíamos tener cuidado.
Además, en el tiempo que llevaba viajando con mis nakamas, había aprendido a no fiarme ni guiarme al pie de la letra de la historia que yo conocía. Había cambiado muchas cosas por mi lado para que la historia siguiese su propio ritmo.

Pues la razón de mi caída al basurero fue una de esas cosas que no aparecían en el canon.
Un gigantesco ser semejante a un gigante ancestral atravesó una pared y se dispuso a atacarnos. Era nuevo para mi y, desde luego, parecía ser más poderoso que los Numbers de los Piratas de las Bestias. Posiblemente sería uno preparado para unirse a Kaido.

Agarraba un enorme mazo con el que me golpeó, logrando a duras penas bloquear tremendo ataque. Pero la fuerza era excesiva y el suelo se fue resquebrajando lentamente hasta que se abrió un boquete y caí por él.

-¡ENCARGAOS DE ÉL Y BUSCAD A CAESAR CLOWN!-les grité a todo pulmón-¡REGRESARÉ AHORA!

Comencé a caer y caer hasta que choqué contra un conjunto de chatarra. No me hizo daño, pero no hice nada porque sabía a donde me estaba llevando la caída.
Y así fue como me topé con un dragón chino de color rosa.

-¿Cómo te llamas?-le pregunté al dragón rosa, aún sabiendo la respuesta.

-Momonosuke.

-Pues, Momonosuke... Concéntrate en una imagen que te de tranquilidad y regresarás a tu aspecto humano.

Momonosuke asintió y se transformó de vuelta en humano, mostrando su aspecto de samurái, con un moño y la cabeza rapada en la parte superior.

-Gracias por ayudarme.

-Tu eres el hijo de Kinemon, ¿no?-le pregunté-Tu padre nos está ayudando a acabar con el jefe de este lugar... Puedo ayudarte a salir, pero tendrás que confiar en mi como pirata.

Momonosuke tragó saliva, pero asintió. El escuchar el nombre de Kinemon lo tranquilizó en gran cantidad.

-No te asustes por lo que vas a ver, me apetece fardar un poco.

Lentamente, mi cuerpo se fue cubriendo de llamas verdes y creció hasta superar los seis metros de altura. Me creció pelo blanco por todo el cuerpo, garras en las manos y dos grandes alas de dragón a la espalda. Finalmente, me crecieron dos cuernos y los colmillos sobresalieron de mi boca.
Con mi transformación demoniaca, me giré hacia Momonosuke y le tendí la mano.

-Este es mi poder, chico... Déjame que lo use para protegerlo. A mi hermano le hará ilusión conocer a alguien más de Wano que Kinemon.

-Eres un demonio...

-Sí-respondí sonriendo-Consumí la Hito Hito no mi: Modelo Akuma. Literalmente soy el demonio. Ahora... súbete a mi espalda. Saldremos de aquí y te llevaré con tu padre.

Momonosuke asintió y escaló mi cuerpo demoniaco y se agarró a mi cuello.
Golpeé el aire fuertemente con mi alas y alcé el vuelo. Momonosuke aún estaba sorprendido de que el fuego verde de mi cuerpo no le quemase.

Contra Monet
Aphelandra había logrado bloquear todas las salidas de la habitación salgo la que estaba a la espalda de los Akuma Pirates.
Lily, murmurando que recordase las lecciones de su padre en combate.

Chopper no le quitaba la vista de encima Monet. Había adoptado su forma Arm Point, cubriendo sus brazos musculados de haki.

-Habéis estado drogado a niño inocentes-dijo furioso sin poder dejar de llorar-Ahora, esos niños están sufriendo por vuestra culpa... Os derrotaremos por ellos.

Akuma Pirates: Reencarné en One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora