Capítulo 31: Las piratas Kuja

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Kaku y yo estábamos esposados con serpientes muy finas, con ambas manos a la espalda.
Las gradas de todo el coliseo estaban repletas de las mujeres guerreras de Amazon Lily, con Marguerite, Sweet Pea y Aphelandra asegurando que Califa y Shalria estaban bien, aunque claro, Califa no iba a tener problemas y tenía órdenes de proteger a Shalria a toda costa.

-¿Qué es tan interesante que estas mujeres?-me preguntó Kaku.

-Todas y cada una de ellas saben usar haki... Las dos hermanas grandes son Zoan, de serpientes si no me equivoco. Son poderosas y, para la guerra a la que nos dirigimos, necesitamos gente fuerte...

-¡HOMBRES QUE HAN ASALTADO AMAZON LILY!-anunció entonces Boa Hancock-¿Cómo y con qué propósito habéis venido a esta isla?

-Mi nombre es Monkey D. Luffy, capitán de los Akuma Pirates, Comandante Supremo de la Armada Akuma, también conocido como el Demonio Llameante. Piden por mi cabeza 1.500 millones de berries. Mi compañero es Kaku, conocido como el Viento de la Montaña. Aún no tiene recompensa, pero es muy bueno con las espadas y un increíble astillero-esas palabras dejaron a todos sorprendido-¿Cómo he llegado aquí? Pues viajo en un enorme barco isla llamado Caronte que es invisible por la habilidad de mi nakama Absalom, así que ahí tienes la respuesta. ¿Propósito? Hablar contigo como personas civilizadas, pero nos habéis tratado muy mal... Tal vez debería hacer que mis mil hombres, bueno, mis 992 hombres, vengan y destruyan esta isla.

-Mientes. Nadie con una recompensa como la que dices tener está aún en Paradise-dijo Hancock-Una historia muy desarrollada, eso te lo puedo conceder, pero mentira.

-¿No leéis las noticias aquí?-pregunté-Hace poco la lie parda en Sabaody...

-¡SILENCIO!-gritó Hancock.

Todas las Kuja nos estaban gritando a Kaku y a mi improperios, pero yo simplemente que quité las esposas serpiente y asentí a Kaku, que hizo lo mismo.

-Estas esposas son una mierda-dije-Le diré a Jonny que os haga unas más resistentes... Bueno, ya habéis dejado claro que os importa una mierda lo que diga, así que, adelante, intenta matarnos, Hebihime.

Hancock se sonrojó al escucharme llamarla Hebihime, pelo alzó el brazo y, cuando se disponía a bajarlo para mandarnos a todas las bestias, Marguerite saltó al coliseo.

-Por favor, Hebihime Sama-dijo poniéndose de rodillas-Yo creo en este hombre. No creo que sea el tipo de persona que mentiría... Le ayudé a entrar porque de verdad creo que sus intenciones son buenas.

Todos en el coliseo se quedaron paralizados, sobretodo cuando Sweet Pea y Aphelandra saltaron a su lado y se arrodillaron.

Hancock comenzó a bajar las escaleras lentamente. No quería que eso pasase, pero si quería llamar la atención de Hancock de la misma forma que en la historia original, iba a tener que dejar que lo hiciese.
En esta ocasión no se anduvo en reparos y, sin dirigirles la palabra, hizo su ataque y las convirtió en piedra.
Kaku se quedó paralizado al verlo, pero lo tranquilicé con la mirada.

-Traigan a Bacura al estadio-anunció Hancock-Que corra la sangre.

Yo me levanté lentamente y tomé los tres cuerpos petrificados de nuestras amigas y, ayudándome del geppo, los dejé junto a Shalria y Califa, tras guiñarle a ambas el ojos.
Kaku y yo escuchamos unos pasos detrás nuestro y, posteriormente, un rugido.

-Kaku, ¿te encargas tú?-le pregunté. Él asintió-Haz espectáculo, pero no lo mates.

Kaku asintió y, mientras se daba la vuelta, se iba transformando en jirafa, dejando paralizadas tanto a las espectadoras como a las hermanas Boa.

Akuma Pirates: Reencarné en One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora