Mi autoestima se fue por los suelos cuando mi novio de seis años me puso el cuerno.
Perdón por dar una entrada pesimista, es que no hay forma de redactarlo, porque así fue; así fue escrita la historia, mi historia.
Para hablar sobre cómo llegué a vivir lo que nos compete hablar más tarde, tengo que decirte que pasé por un momento muy oscuro. No voy a entrar en detalles; era una fría tarde de otoño, bebía mi religioso té chai con tintes de mango...
Ya, en serio.
Los encontré teniendo sexo en mi propia cama.
Sí, supongo que es algo que juega con tu cabeza. Para mí ese maldito hombre era todo lo que estaba bien en mi vida, lo veía y pensaba en estabilidad. Pensaba en la proyección de un futuro en el que seríamos felices. Sólo él y yo, unos cuantos niños. Así de alto en las nubes estaba, por eso fue tan fuerte la caída.
Ya que estamos aquí, siéntate. Relájate. Pon esa canción que tanto te gusta, ese tecito o café que ya se enfrió; o simplemente el vaso de agua medio lleno que está en tu mesita de noche desde ayer.
La depresión se apoderó de mí, bueno casi del todo.
Si no hubiese sido porque mis dos mejores amigas me acompañaron durante todo este proceso, estuvieron para mí incluso cuando no lo merecía en lo más mínimo. Fueron tiempos difíciles de los que pensé que nunca más podría salir, pero ahí estaría la vida, una vez más, recordándome que por una cosa mala, dos... e incluso tres buenas llegarán tarde o temprano. O quizás mas temprano que tarde. Porque un clavo saca otro clavo, eso es verdad. Un clavo, dos clavos... bueno, tres clavos sacan otro clavo. Si no fuera por eso, no estaría aquí para contarlo. He sufrido mucho pero poco a poco me he dado cuenta que sólo merezco lo mejor, a alguien que me quiera tanto como yo lo quiero a él. A fin de cuentas, he aprendido que merezco todo lo que quiero.En fin, prometo que les va a encantar, no me reconozco. A veces situaciones difíciles te hacen cambian para mejor. Y eso es lo que hice yo, creo. Porque en ese entonces yo pensaba que las cosas no podían ir mejor. Que tenía todo bajo estricto control... y vaya, sí que me equivoqué.
Todo comenzó así.
Era mi cumpleaños número veinticinco, días antes fui despedida de la editorial de una de las revistas de moda más prestigiosas. Después de años de arduo trabajo decidieron darme la espalda. "Reducción de personal" "No eres tú, somos nosotros" "Te deseamos lo mejor" fueron algunas de las miles de excusas y mentiras baratas que me dieron.
Partamos desde esa base: eso ya me tenía muy estresada e infeliz porque cuando entras a la vida adulta sueles tener un ritmo de vida, te acostumbras a ese ritmo. A cierta estabilidad y equilibrio, días que son similares a otros. La misma rutina, ese pequeño esquema interno que de alguna forma u otra simplemente funciona. Que repentinamente todo ese equilibrio y bienestar se ponga de cabeza obviamente te afecta en muchos aspectos, sobretodo desde el punto de vista financiero. Viviendo de mis nulos ahorros, poco a poco sobregirando líneas de crédito todo iba de mal en peor. Hubiese intentado encontrar trabajo con mayor interés, pero luego pasó aquello que he estado intentado retratar sin manchar con lágrimas mi bosquejo escrito en papel.
Era mi cumpleaños, nada podría arruinar ese día tan especial, cumplía veinticinco años.
Nada podía arruinarlo, ¿cierto?
Ahí es cuando el ser humano despreciable, sabandija, desecho y merecedor de insultos múltiples, llevó a su amiguita a casa para darme la sorpresa de mi vida.
Entre toda la interrogación, la necesidad de encontrar respuestas que sólo romperían aún más mi corazón, esa misma mañana confesó que me engañaba hace seis meses.
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Tres Clavos Sacan Otro Clavo [EN EDICIÓN]
ChickLitLa poca estabilidad emocional de Nina Moore se esfuma tras encontrar a su novio de seis años teniendo relaciones con otra mujer en su propia cama... en el día de su cumpleaños. Con la ayuda de sus mejores amigas y tres guapos hombres que conoce en...