2; El Millonario

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Bueno, demás estaba decir que ya tenía internet.

Y que también aproveché de tirar unos cuantos mechones de pelo a Brie por lo que acababa de hacerme. Ahí se esfumó mi idea de "el destino forjará y pondrá a esa persona frente a mí"

El destino tomó forma humana y mis amigas lo adoptaron. 

— Qué aburrimiento. — Sarah bostezó adueñándose del control remoto. Rozaba los botones vacilando sobre qué hacer, pero si no decía algo al respecto, nos quedaríamos así por horas.

— Podríamos ver algo bueno — sugerí —, tenemos tiempo libre. 

— ¿Hay alguna película de Henry Cavill en la plataforma? — Quizás las cosas se pondrían interesantes, pensé. 

— No creas que no he buscado — carcajeé negando con la cabeza —, no. — Sin más y sin preguntarme decidieron ver una sitcom noventera que ya hemos visto unas cincuenta veces. Pero bueno, no me interesó. Yo estaba viendo mi celular de todas formas. Haciendo cosas que claramente no debería. No, no estaba haciendo sexting. Tan mal de mí no pienses.

— Y a ti, que te comieron la lengua los ratones, ¿qué estás haciendo? — Brie se había sentado en el sillón y rápidamente escondí mi teléfono para evitar ese regaño tan desagradable y culpable que sólo ella podría darme — ¿Qué estabas viendo?

— Nada. — Muy bien Nina, súper creíble. Esa ha de ser la respuesta más estúpida. Aún así, siempre la digo.

— Uy, qué estabas viendo, cochinona. — Sarah me sonrió pícara. Brie me observaba con su mejor mirada despectiva.

— ¿Qué no la conoces? Obvio que estaba viendo el perfil del innombrable. Aún no lo supera — yo estaba pronta a ser un mar de lágrimas. A veces siento que se olvidan que estoy al frente de ellas, o mejor dicho, me duele. Aún tengo muchas heridas por cerrar y honestamente no sé cuándo podré hacerlo. —, ¡a ese desgraciado no sé cómo no se le cae la cara de vergüenza! — Tiró puñetazos al cielo maldiciendo cada cosa en la tierra. Yo creía que era sólo cosa de tiempo, pero el tiempo sí que pasaba lento cuando se trataba de estas cosas. — ¿Ya has visto? Subió una foto con la cucaracha.

— Nina, ¿cómo es que aún no lo has bloqueado? — Sarah dentro de todo fue más comprensiva, igual estaba molesta, pero sabe que este es un tema muy delicado y que hay que tratarme con sutileza al respecto, no como Brie.

— La pregunta es cómo él no la ha bloqueado — Brie agarró un puñado de papas fritas y se las metió a la boca volviendo a acostarse en un sillón. Yo comencé a sollozar despacio —. Ay ya, Nina. ¡YA! No llores — empezó a preocuparse y me abrazó sobando mi espalda. Yo soltando todo el dolor que aún sentía —. Perdón no quería ser tan dura; pero es que él ya tendría que estar más que superado. Sabes que te hace daño verlo, deberías haberlo bloqueado desde que pasó todo.

— Yo también pienso eso, pero no es tan fácil — sollocé con rabia de sentirme de esta manera. Porque no debería querer ni recordar su rostro, pero aún así, a veces, me preguntaba cómo estaba. Si en algún momento en, lo más profundo de su mente, me encontraba de vez en cuando. Debí haber sabido que él estaría feliz con ella. Por algo me dejó —, tú misma lo sabes. A ti también un chico te rompió el corazón... y luego te convertiste en el "alma libre" que eres ahora. — Hice un énfasis con mis dedos en las últimas palabras. Ni pienses que hablé con la firmeza de Brie. Si hay algo que odio de mí persona, es lo sensible que soy. Creo que ya vas captando. No me puedes levantar la voz, lloro. No me puedes dejar sola, lloro. No puedes decirme que no llore, ¡porque lloro! A veces dan ganas de no sentir, de no recordar todo lo que tuviste que pasar para ser lo que eres hoy. Pero esas mismas batallas se encargan de dejar en ti las heridas para recordar el pasado. Ya he dicho, es una batalla interna diaria, pero sé que en algún momento seré más fuerte y veré estos días como tiempos difíciles en los que ya no estoy inmersa. Mis malas emociones se estancarán y quedarán acá, y únicamente le daré espacio e importancia a las cosas buenas de la vida.

Tres Clavos Sacan Otro Clavo [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora