Un día estoy saliendo con tres hombres a la vez y al otro estoy comprometida.
Esa noche fue espléndida, a pesar de la vergüenza que pasé.
Desde otro punto de vista también fue horrible, porque finalmente caí en sus brazos.
No había forma de volver atrás. No sé si sabría si él se comportaba de esa forma, me dejaba con la intriga de qué haría el día siguiente, ese beso activó todos mis sentidos, insaciable. No sé qué magia tiene, pero sí que la tiene. A eso súmale su sentido del humor, picardía y el empeño que hace en volverme loca.
Ahora preparo mi maleta para ir a Santa Barbara, ¿qué les dije a ellos?
Viaje de trabajo, y es que en serio es de trabajo. Luego me quedaré en casa, veré a mi familia que he extrañado tanto, será perfecto...
— ¿En serio tienes que irte? — Resopló Pedro tomándome de la cintura, besando ligeramente mi cuello.
— Es por trabajo, lindo — le di un beso corto y eso bastó para que el ceño fruncido se transformara en una tierna sonrisa. En el trabajo no te tiras a tu jefe, claro —. Luego iré con mi familia a pasar las fiestas.
— ¿Cuándo vuelves? — Preguntó acostándose en mi cama, me arrastró con él y me abrazó.
— Aún no sé si llegaré antes o después de año nuevo. Pero tú estarás en Tennessee hasta el cinco de enero más o menos, ¿no?
— Así es... tendré que darte el beso de año nuevo antes. — Carcajeó. Oh, querido. No te preocupes, probablemente me lo de alguien más. Pero no iba a decirte eso. Me besó dulcemente, luego dormimos una siesta de quizás, ¿una hora? Cada día que pasaba se me hacía más difícil conciliar el sueño, estoy despierta a lo largo del día gracias al café.
— Gracias por venir a despedirte, te extrañaré pero es muy poco tiempo — sonreí —, pasará rápido.
— Lo sé, te quiero. — Me abrazó y en la ventana de la entrada divisé a ¡LEÓN! Miraba la escena y fingía suspirar de amor.
— YO TAMBIÉN. — Exclamé abrazándolo aún más fuerte porque iba voltearse. León sonreía, le supliqué con gestos que se fuera o al menos escondiera.
— ¿Sucede algo? — Preguntó. Sentí un motor de motocicleta alejarse y ahí recién lo solté. Él sabía que algo andaba mal.
— Nada. Estaremos hablando entonces. — Me besó y se fue en su camioneta. Estaba por seguir empacando las cosas para el viaje y sentí el sonido de una motocicleta acercándose. Esa motocicleta que comienzo a identificar a la perfección.
— Hola. — Carcajeó pícaro apoyándose contra el marco de la puerta. Era tan atractivo el desgraciado, quería derretirme, eso era lo que quería en verdad. Y sí que lo estaba logrando.
— Ya te estabas demorando en llegar. — Rodé mis ojos irónica, porque claro que no iba a ser tan notoriamente babosa por él, y me hice a un lado para que entrara.
— Oye, saluda como la gente. — Posó sus manos en mi espalda baja y me besó. Le seguí el juego pero luego lo detuve. Es algo descorazonado de mi parte besarlo sin haber pasado cinco minutos de despedirme de Pedro. O no lo sé, tal vez es sólo mi conciencia, no tiene diferencia que lo bese en cinco minutos. O claro que lo sé, besarlo está mal aquí y en china, en todas las circunstancias, a todas horas. Era difícil resistirse a sus encantos, puedo asegurarlo.
— Hola. — Aún así sonreí como una tonta.
— Entonces te vas hoy y llegas para año nuevo. — Dijo mientras jugaba con mi cabello, yo veía la lista de cosas para el viaje. Me parecía bastante tragicómico que estuviera repitiendo esta conversación otra vez.
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Tres Clavos Sacan Otro Clavo [EN EDICIÓN]
Chick-LitLa poca estabilidad emocional de Nina Moore se esfuma tras encontrar a su novio de seis años teniendo relaciones con otra mujer en su propia cama... en el día de su cumpleaños. Con la ayuda de sus mejores amigas y tres guapos hombres que conoce en...