10; El Verdadero Comienzo

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— ¡Lo sabía! Tenía pinta de ser romántico. — Sarah acertó mientras, según lo que contó, engullía un bowl de palomitas.

— Qué lindo todo, van a salir pronto. Ya vas a ver. —Brie aseguró a través de la llamada. Luego pensé en que les he estado ocultando la intermitente compañía de León.
De todas las personas; tenía que encontrarme con él en ese preciso momento con Sam. 
Lo presiento, una completa premonición: me molestará hasta el 2056.

— Sí, eso espero — miré a mi alrededor y Sam caminaba hacia mí con un semblante indescriptible —. Chicas, viene mi jefe. — Corté rápidamente y seguí trabajando como si nada de esto hubiese pasado.

— Nina, tenemos una reunión en media hora. Debemos partir ya — entró a la oficina arreglando su apariencia frente a un espejo —, ¿me veo bien?

— Sí, te ves muy bien... — carraspeé mi garganta nerviosa y cerré mi libro de notas — ¿Cargaste la batería del auto?

— No, simplemente decidí utilizar otro. — Rodó sus ojos sonriendo levemente.

— Disculpe, Señor elegante. — Caminamos a su auto en silencio, no bromeaba cuando dijo que cambió de auto. Ahora nos subimos a jeep blanco — ¿Serán los mismos señores aburridos?

— Síp, y unos cuantos más. — Asentí y me quedé callada sumida en mis pensamientos. No sé si estábamos cerca o él manejó muy rápido (ambas) pero ya habíamos llegado.

— Entonces creo que deberíamos dejar las cosas tal como están, dejar que la publicidad haga lo suyo, — un señor propuso, no me parecía para nada — nada más, ni nada menos. Sigamos apreciando lo convencional. 

— ¿Cómo dejamos que la publicidad haga lo suy-

— Así ya está bien. Nos está yendo espléndido — agregó el vejestorio —; ¿no crees?

— Pensamientos y alianzas mediocres no es lo que necesita En Boga. — Sam ya había hablado sobre su punto de vista, el cual era muy similar al mío. Mi comentario lo sacó de su mundo y me miró atento.

— Lo mejor no es lo que us-

— La Señorita Moore tiene muchas buenas ideas — intervino Sam esta vez interrumpiendo al grosero señor que no me dejaba exponer mis ideas a gusto —. No podemos quedarnos en el pasado, esta táctica la ocupan todas las empresas. Escuche, por favor. — Lo miré con agradecimiento y seguí hablando.

— Todo está en los algoritmos, las redes sociales. Nos tienen analizados en cualquier aspecto mediante nuestros teléfonos celulares. Lo sé; es aterrador, pero útil para los que necesitan vender un producto o expresar una idea — hice una pausa para terminar el café que tenía en la mesa, todos me miraban analíticos. Como si por fin algo interesante saliera de mi boca —; es más, creo que En Boga debería tener su propia aplicación. — Analizaron nuestra propuesta, hicimos los primeros bosquejos planteando una presunta aplicación para la editorial. Teníamos tanto trabajo, organización y estrategias que al final no les quedó más que seguirnos la corriente. Ya verán que es para mejor.

— Honestamente, lo haces mejor que yo — Sam carcajeó una vez terminada la reunión. Hubo un silencio... más que nada de mi parte, mi mente aún seguía en la reunión — ¿Qué piensas?

— Sólo necesitamos demostrar por qué nuestras ideas son necesarias para llegar a más personas — suspiré aún hablando sobre los temas de la reunión —, no es nada del otro mundo. — A Sam parecía encantarle cuando pensaba en el futuro de la empresa.

— Eres increíble, tienes la personalidad y clase para enfrentar a un demente y arcaico señor de setenta años con ideas muy claras y firmes — sonrió acariciando mi espalda en agradecimiento —, no cualquiera hace eso.

Tres Clavos Sacan Otro Clavo [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora