Capítulo 8 (PERTENECE AL ESTADO)

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El viaje en la furgoneta se realiza completamente en silencio, absolutamente nadie se atreve a abrir la boca, pero yo no soy capaz de separar mi mirada de la furgoneta que nos sigue, en la que llevan a Bucky metido dentro de una caja de cristal o algo por el estilo.

Por mucho que intente odiarle, no puedo, y lo único que consigo es preocuparme más por él.

Cuando la furgoneta para, nos indican que nos viajemos, y mientras lo hago, veo como alejan a Bucky, todavía metido en la prisión esa, y sin saber muy bien a donde lo llevan.

—Muy bonito lo que habéis hecho —la voz de María me saca de mis pensamientos—. Supongo que siempre se puede esperar lo peor hasta de los mejores.

Me aguanto las ganas de hacer la mueca más ofensiva e inmadura y empiezo a seguir a María por los pasillos de la base, seguida por Sam, Steve y T'Challa.

—Bien, ahora iréis a esos vestuarios y os cambiaréis de ropa, esos trajes pertenecen al Estado.

Esos trajes pertenecen al Estado.

No me puedo creer que en tan solo unos momentos me estén empezando a caer mal todas aquellas personas que empezaron resultándome simpáticas y buena gente, está claro que todos tienen una lado oscuro y oculto.

Empezamos a alejarnos, pero antes de que podamos entrar cada uno en un vestuario, María vuelve a hablar, y hace que todos nos volvamos a parar curiosos por sus palabras, pero estas solamente van dirigidas a una única persona:

—Príncipe T'Challa, usted no, usted siganos.

El hijo del rey de Wakanda se separa de nosotros y sigue a María a donde quiera que le lleven, posiblemente a un lugar más lujoso, a un lugar que esté a la altura de su clase social.

Sam, Steve y yo compartimos una mirada entre los tres justo antes de entrar en los vestuarios y de quedarnos solos, cada uno en el suyo

El vestuario no es muy grande, casi parece tener el mismo tamaño que los baños públicos que suele haber por las ciudades, cuadrados y dos, tres, metros cuadrados, pero eso sí, sin ningún mueble,tan solo con una bolsa en la que hay ropa, y cuando la abro para mirar que ropa hay, parece que supieran de sobra que iba a entrar en este vestuario, ya que las prendas que me encuentro, son prendas que hay en mi armario.

Me quito el traje con rabia y con ningún cuidado, sin preocuparme por como pueda estar de roto o por lo más que me pueda romper. Si es traje le pertenece al estado, ya no es mío, así que por mí cuenta, ya pueden quemarlo o hacer con el lo que quieran, a mi ya no atrae tanto como me atraía en sus momentos.

Tiro el traje contra una de las esquinas del vestuario, y veo como este se hace una simple bola de tela, como su fuese cualquier prenda más y no tuviera importancia.

Chocó mi espalda contra una de las paredes y dejó mi cuerpo caer hasta que siento el frío suelo bajo mi culo, pero no me importa, ahora mismo es lo último que me importa, es lo que menos que preocupa. Ahora mismo tengo una larga lista de cosas que son peores, y esta está encabezada por Bucky y por el santo Estado...

Dan dos toques en la puerta de mi vestuario.

—Ya estamos Anabell —es Steve.

—Vale, vale, ya salgo.

Rápidamente me levanto del suelo, saco la ropa de la bolsa y me la pongo:

Me pongo el body marrón claro de manga larga, cuello en pico algo escotado por la parte de a delante y por la de atrás, y los pantalones vaqueros azules claro y anchos.

Y ya por último, y sin preocuparme por su es parte del traje, me pongo las zapatillas negras que siempre llevo con mi viejo traje.

Recojo este del suelo, y salgo del vestuario.

Nueva Vengadora / Civil WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora