Capítulo 31 (LA VERDAD)

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Vuelvo a salir al jardín con el vestido Asgardians pero con la mochilita en la que he metido mi traje (más que nada porque no se donde dejarla).

Cuando llego al pasillito principal del jardín, veo a Odin al fondo, está solo y de espaldas a mí, así que no sé si me verá llegar.

Yo sigo abanzando para acercarme a él, y cuando ya estoy cerca, deposito mi mochila detrás de un banco para evitar cualquier comentario hacia lo que hay dentro.

Me quedo plantada de pie, sin saber que hacer, o si debería hablar para avisarle de mi presencia.

Pero eso no acaba siendo ningún problema.

-Siempre supe que llegaría este día, pero siempre rezaba para que tardase en llegar, y sobre todo ahora que la muerte de Frigga está muy presente en nuestras vidas. -empieza ha hablar sin girarse.

-Lo siento -digo automáticamente por la perdida de Frigga y el se vuelve.

-Eso no fue culpa tuya, no puedo culpar a la gente por el sacrificio que ella hizo por sus hijo, y tu no puedes cambiar el pasado para hacerme sentir aún más culpable.

Se queda callado un buen rato y pienso que ya no va a hablar más.

-Será mejor que demos un paseo -y se sitúa a mi lado-. Ella siempre solía pasear por estos jardines mientras leía libros de magia, tenía un nivel demasiado alto para controlarla, solo Loki es capaz de igualar su poder, pero antes cuando te vi usar la tuya, me sorprendí, lo tenía que admitir, y entonces estaba claro que todo era real y que tendría que soportar la pesadilla.

No se que tendrá que ver su mujer con todo el tema por el que he venido aquí, pero será mejor que mantenga la boquita cerrada para no ofenderle.

-¿sabes Anabell? -me pregunta y se gira para ver mi cara-. Siempre tuve un pequeño hilito de esperanza de que los rumores fuesen falsos, y lo que se supone que Frigga me hizo fuese mentira, pero veo que hasta la mejor mujer tiene sus secretos, y puede que estos sean la mar de oscuros -sigo sin saber que hace diciéndome esto (¿puede que tenga pinta de psicóloga familiar?)-. Pero mirate, estas aquí, y esa esperanza que tenía a desaparecido a la vez que tú aparecías.

Continúa caminando, pero al poco se para para quedarse un rato mirando a una flor, y es entonces cuando veo mi oportunidad.

-Perdone, señor, pero no entiendo que tiene que ver su difunta mujer conmigo.

Odin parece quedarse paralizado, pero no por mucho tiempo.

-Pues mucho, Anabell, tiene mucho que ver.

Y sin avisar vuelve a echarse a andar y a mi me toca seguirle casi a carreras.

Volvemos a entrar dentro de palacio y el se dirige corriendo hacia las habitaciones.

-¡Quedate aquí! -me ordena una vez que estamos a las puertas de una.

El se mete dentro y a mi me deja allí afuera, con toda la intriga comiéndome por dentro.

Cuando vuelve a salir lo hace con un sobre en la mano, y sin decirme nada me lo entrega.

-Estaré en mi trono.

Y así sin más se va.

«No se si es cosa mía o yo a ese dios le caigo literalmente como el culo»

Me pregunto bastantes cosas sobre esta gente, pero ninguna duda es mayor que la que tengo por saber que pone en el sobre, así que sin más preámbulos lo abro:

Hola hija mia:


Supongo que Odin ya te lo habrá contado todo:
Que le engañé, que le traicione, que al menos se lo podría haber dicho antes, que debería haberse preocupado más por mis viajes constantes a Midgard...

Nueva Vengadora / Civil WarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora