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«Capitulo 28»

Maratón 1/3

Karol Sevilla; Los Ángeles

Analizo cada parte de la foto, como es posible, el mundo es un pañulo, es el matteo mi matteo, el que...

— " El que te abandono si ya sabemos" — demonio

— "Callate, entiendes que se reecontro con el amor de su infancia y ahora es posible que se case, no lo arruines pendejo" — ángel

Dejo caer una lagrima por mi mejilla, antes de limpiarme el alza mi cara suabemente con su mano en mi menton, mis ojos conectaron con lo de él, fue una sensación distinta, una que no sabía como explicar — ¿Sabes quien soy?

El asiente — Eres Luna, y ...

— Me abandonaste — el niega — que fue lo que nos paso, ahora entiendo todo, yo era "sofia", la niña de ojos verdes que te recordaba a tu primer amor.

— Eres mi primer amor, y apuesto que el ultimo porque no te dejare ir ahora que se quien eres. — no puedo creer que sea él, como no me di cuenta.

— Ya no soy la misma Luna, ahora me llamo Karol

— Lose, y tambien se que yo no me enamore de Luna — lo miro incredula — no ahora, yo amo a Karol, te amo a ti, como sea que te llames, no quiero que te pase nada malo — su mano derecha acaricia mi cachete con delicadeza, mientras cierro los ojos a su contacto.

La peor parte es que no me conoce, no sabe que fui la mujer que estubo por entregarlo, que se metio a su casa con fines de cuidarlo de un narco que tambien era su ex amante, el no sabe nada de mi vida, eso me aterra, incluso más que mi adicción por el casino — Estamos a salvo juntos.

— Voy a protegerte, donde sea que valla se que estare en mi corazón, nunca pude sacarte, te lo confese esa noche en la casa de playa, eres el motivo por el que deje de creer en el amor, y tambien eres el motivo por el cual volvi a creer en él — sonrio como una tonta, mientras uno nuestras manos.

— Te amo demasiado — confieso abrazandolo y el me apega más a su cuerpo rodeandome o mejor dicho cubriendome por completa ya que es un poco demasiado más grande que yo.

— Tu me ensañaste que es el amor, mis te amo no son vacios, estan llenos de todo el amor que pude llegar a juntar por ti antes y ahora.

— Que vamos hacer si nos matan, si alguno de los dos muere — pregunto preocupada se que Cristobal no se va a quedar con las manos vacias, no ahora.

— Suena muy cursi morir por amor, o eso es lo que yo creía, pero si ya no estoy más en este mundo, quiero que nunca me dejes de amar.

— Eso no va a pasar, porque tu no vas a morir — de eso me encargo yo — además no hay forma ni motivo, ni persona que te saque de mi corazón, por años me negue a la posibilidad de amar porque siempre me fallaban y no quería más, no quería más dolor, y te reencontre, estamos juntos, y ese maldito hijo de puta no nos puede separar.

— No lo hara — me arrastra hacia su pecho nos hechamos en la cama, tapandonos con la sabana, hacia algo de frio.— ¿te puedo preguntar algo?

— Ya lo estas haciendo — dije obvia

— Que graciosa eres piccolina — toco la punta de mi nariz, lo mire por unos segundo y volvi a hecharme en su comodo torzo — Leiste la carta que te deje de niño.

Suspiro pausadamente y niego, esto no le genera ninguna sorpresa, en si no tiene expresión — Cuando te fuiste, algo dentro de mi se rompio.

— Cuando te deje sola, me senti el peor hombre del mundo, aunque en ese tiempo era un niño y no podia hacer nada, sabia lo importante que era para ti tener una familia...