«Capitulo 16»

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Ruggero Pasquarelli; Los Angeles.

Sin mentiras, era la única condición, duele saber que le falle.

(...)

Busco en ella una expresión que me diga que siente exactamente en este momento, pero mi análisis es nulo, no hay forma de predecir lo que me va a decir.

—¿Soy un juego para ti? — habla después de un largo silencio incomodo, volteo y conecto con su mirada algo humedecida.

Estaciono el auto, miro al suelo y suspiro a la par, necesito decirle la verdad — Jamás creas que eres un juego para mí, sinceramente eres lo mejor que pudo tocar en la vida, me cambiaste — tomo su mano y ella la quita — te agradeceré eso de por vida.

Limpia su lagrima tratando de que no lo vea, pero ya es tarde, hasta acá siento su desprecio — ¡Ahí esta tu problema! — grita por primera vez, exaltándose con una risa burlona — ¡Yo no te cambie! — se señala a ella — ¡Solo descubrí lo que nadie noto y me pagas así! — está indignada.

— ¡Necesito que me escuches! — quería seguir hablando, pero la interrumpí — ¿Me vas a dejar explicarme?

—¿Quiero saber si le enviaste flores? — desvié la mirada y volví a conectar con los de ella, asentí y se lanza sobre mí a golpearme con sus pequeños puños.

—Porque me dejaste enamorarme de ti, de un hijo de puta como tú, sin sentimientos que no quiere a nadie — se desploma en lágrimas y la abrazo.

— Enamorarte de mí no es un defecto ni mucho menos un delito, porque yo te quiero, y mucho, me encantas — sostengo su cara con mis manos — y no te mentí, según yo no lo hice.

— ¿Dijiste que la habías terminado? — se queja separándose de mí.

— Y lo hice — se sorprende — Su mamá está en el hospital con un problema cardiaco, antes que la visite yo la termine, por eso le envié flores, porque se me hizo muy fuerte decirle que amaba a otra mujer cuando su madre agonizaba, no se si lo tome como una men...

Mis labios chocaban contra los suyos, ella me estaba besando, tarde un poco en reaccionar, pero le devolví el beso, será muy pronto para aceptar que la amo, es la primera mujer que creo amar.

Una frenada nos hizo separarnos, un auto negro se estaciono delante de nosotros, rápidamente cambié el freno de manos y lo puse en reversa, hoy no pienso morir, no cuando la mujer que quiero que este conmigo me dijo que está enamorada de mí.

—Tengo un arma en la guantera, agárrate fuerte — ella asiente.

Retrocedo lo más que puedo, me abro por el pasto y comienzo aumentar la velocidad del vehículo, una bala cae sobre la luna trasera, nos persiguen.

— Voy a pasarme para atrás — se quita los tacones.

— ¡No! — le grito — ¡Estas loca, como vas a pasarte para atrás, te puede caer un balazo!

— Eso ya no interesa, ¡tengo que protegerte! — se exalta.

— ¿Porque tú me protegerías? 

— Ruggero yo te ... — cae más balas, pierdo el control de auto por un segundo, la vuelvo a mirar sus ojos son hermosos — Te quiero demasiado para perderte.

Sin pensar más pasa para atrás, se cubre en los asientos yo la veo por el retroversor, las balas empiezan a ser más constantes, ella dispara algunas veces acierta y luego falla, pero creo que mato alguno.

—Desvíate — me grita.

— A donde, quedan 10 kilómetros para llegar a los del kilometraje, ahí nos vamos a salvar.

— Es la peor estupidez que escuche, es obvio que nos acorralaran antes, desvíate — ordena.

— Como me desvió no hay por dónde.

— Para el auto — dice desperada.

— Claro que no, como voy a parar el auto nos vienen persiguiendo.

— Ruggero son tres, y ya no tengo balas, si los enfrentamos podemos salir vivos.

— Enserio ese es tu perfecto plan — me rio. — si nos estacionamos vamos a morir  — una bala cae en el espejo retrovisor, genial ya no veo a karol.

— Hoy ninguno de los dos va a morir. — se pasa para adelante, el cristal de adelante se rompe, también rompieron la luna delantera.

El celular de Karol sonaba — Bueno ...  — La mire mientras seguíamos en la percusión.

— Rafaela, nos están atacando, no creo que puedas hacer nada. — las balas se detuvieron, estamos solos, o eso se supone ya que al voltear el vehículo se había ido.

— Ya no hay nadie, mira ahí está el peaje. — mi alivio se sintió cuando los policías, se acercaron a nosotros.

—Ya estamos a salvo te marco luego — Karol cuelga y al bajar del auto, nos abrazamos con una fuerza increíble, no la quiero soltar nunca.

— Te dije que te iba a proteger — sonreímos juntos, y procedo a besarla, ella es todo lo que quiero ya lo decidí.

Karol Sevilla; Los Ángeles.

La noche se puso tensa con el atentado, lo bueno de esto es que ahora duermo con ruggero, no me quiere dejar sola ni por un momento, tanto así que ahora mismo estoy en el hospital donde se encuentra la mamá de Valentina, fuera de todo ella es mi mejor amiga.

—Ya hice mi parte del trato te toca a ti — parece que está discutiendo con alguien por teléfono. — Has lo que quieras, solo espero que no muera más gente de la que me dijiste.

Me observa sorprendida — Ese capítulo de la serie, muy bueno, tanto así que me aprendí el dialogo — cree que soy tonta, dejaremos que lo siga creyendo. — te marco luego.

— ¿Como esta tu mamá? — su cara cambia radicalmente.

— Bien, ya la van a pasar a un cuarto, que haces aquí.

— Quiero hablarte sobre Ruggero, ¿tienes tiempo?

(...)

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