«Capitulo 26»

460 58 43
                                    

Maratón 4/5

Karol Sevilla; Los Ángeles.

Salgo de mi alucinación, debo dejar de pensar como matar a las chicas que se acercan a mi novio.

>> Ex novio <<

Dios cállate.

— ¿Como así te convertiste en guardaespaldas? — interrumpo su conversación.

— Mis padres son policías.

— Ustedes dos se parecen más de lo pensé — ríe burlonamente y yo niego rodando los ojos.

— Cállate — sonrió hipócritamente — Nunca conocí a mi madre — ahora ruggero presta atención él no sabía mucho esa historia falsa que cree — Mi papá trabajo en la policía de nacional de México.

— Mi madre era teniente y mi padre era oficial de las fuerzas armadas, murieron en una misión y jure venganza, ahora soy oficial en el FBI, y estoy a punto de atrapar al narco que los mato.

— Interesante — dice ruggero.

— Porque te quiere matar ruggero — pregunta Andrea

Me mira discretamente — Estuve con su hermana un tiempo.

— Y ella falleció, mejor dicho, se ha suicido, solo quieren vengarse de él — le respondo a esa tal Andrea.

— No te pregunte a ti, pero gracias.

Rio burlonamente — Lamentablemente estoy aquí, tendrás que soportarme por mucho tiempo.

— Sabes lo irónico de esto, nos parecemos mucho, la misma historia, casi el mismo cuerpo, solo nos diferenciamos en los ojos.

— Estoy segura que hay algo que yo tengo que tu jamás podrás.

— Es algo o es alguien — mira a ruggero — porque si es alguien no creo que te dure mucho.

Rio burlonamente — ya veremos chiquita — digo tomando mi café, si llego a perdonar a ruggero ella tiene que morir sea como sea.

— Si como digas — susurra, pero la escucho.

— Andrea — le digo — me consigues una pastilla del día siguiente.

— Para que

— Si te dieron educación sexual, las mujeres la tomamos para no quedar embarazadas después de tener sexo.

— Karol — susurra ruggero tratando de deberme, pero niego

— Ósea yo no tengo ningún problema de quedar embarazada ahora, quieres hijos ruggero, nunca lo hablamos — giro para mirarlo y el esta pálido.

— Eran ustedes — preguntas.

— Los gritos y gemidos si, bueno me la llevas a la habitación, disfruten su desayuno.

Salgo de la escena más empoderada que nada, no te metas con Karol Sevilla sales completamente humillada, esa tipa no se va a quedar ni un minuto más en nuestras vidas.

[...]

Ruggero Pasquarelli; Los Ángeles

Odio tener que levantarme por las noches por agua, siempre olvido dejarme un vaso al costado de la cama, de regreso a mi habitación escuche algunos gritos en la habitación de Karol

— Suéltame; no me hagas daño

Deje de hacer lo que estaba haciendo, corrí a la puerta la abrí de golpe y no había nadie solo era su cuerpo moviéndose de un lado a otro — no me toques.

Opté por despertarla, la moví lentamente y cuando abrí sus ojos todas asustada me di cuenta que tenía lágrimas en los ojos — déjame — grito al final.

Ahora que me vio se tranquiliza, sin que me diga nada la abrazo — Tranquila fue una pesadilla — acaricie su cabeza — Shh ya estoy aquí nada te va a pasar te lo juro.

— Es que ya paso — dice llorando — ruggero a mí me violaron cuando tenía como 17 años.

Esta noticia me toma desprevenido, no sé qué decirle solo sé que no debo soltarla — No importa lo que me digas me voy a quedar aquí.

— No vete — trata de hacer la suelte, pero no dejo que se salga de mi agarre — No quiero que me veas así, no me gusta, por favor — ruega, pero yo niego

Me acomodo entre las sabanas y la echo en mi pecho — Ya tomé la decisión me quedo aquí contigo, por favor, déjame quedarme

Su mirada cristalina acepta — No me sueltes, no ahora.

Acaricio su cabello delicadamente — quiere hablar de eso — pregunto con cierto miedo.

— Era un hombre con dinero, me acorralo, no me permitió defenderme ni gritar, solo lloraba y pedía que paraba — se desploma más.

— Lo voy a matar

— Cada que entraba dentro de mí, me gritaba cosas horribles yo solo quería morir, debí morir.

— Ey — levante su rostro cerca de mi — jamás digas eso, tu no mereces morir, todo esto es por ti porque aún lo dudes y te lo demostré te quiero.

— Como si fuera cierto, tú lo único que haces es destruirme más.

— Perdóname, juro que no quiero ser así contigo, pero es lo que tengo hacer — no sé si sea inapropiado, pero tomo una de sus mejillas y la acerco a mí, para que nuestros labios rocen y empiecen un beso tierno.

— No — ella se separa — está mal, no me puedes seguir besando, tratándome bonito, como te olvidare si sigue así.

— Yo no quiero que me olvides, solo te necesito lejos, es por tu bien.

— Por mi bien, decirme que no me amas, votarme de tu casa es por mi bien.

Pienso en bien en cómo le voy a decir estas cosas — Si te amo okey, te amo más de lo que alguna vez ame a una mujer, y no me arrepiento

— Pero ...-

la interrumpo poniendo mi dedo índice en su boca — shh, déjame terminar — ella asiente y continuo — Eres lo mejor que me ha pasado, nunca pensé enamorarme de nadie como lo hice de ti, eres mi jodida debilidad no quería que te maten

— Porque me matarían.

— Porque es lo que quieren hacer, quieren matarte y yo solo quería alegarte de vida, porque te amo tanto que prefiero verte feliz pero viva, ye juro que te amo, pero no soportaría perderte no de esa forma.

— Me hubieras dicho, me hiciste sentir muy mal, yo hasta pensé en...

— No importa — la interrumpo — quiero estar contigo cada segundo de mi vida, pero mientras ese hombre este suelto, se vuelve algo imposible

— Yo me se cuidar y lo sabes, no me voy a morir, no ahora, no ya que sé que me amas, no voy a permitir que destruyamos esto solo para que me protejas — dice llorando — te amo, eres puta debilidad, te necesito, por favor, no me dejes.

— No te voy a volver a dejar — nos abrazamos y lloramos juntos, secamos nuestras lagrimas para proceder a besarnos.

— Una cosa más — le digo — ¿Puedo volver hacer tu novio?

[...]

Ahora que ya me aman, como toman la maratón, aún faltan muchas cosas, cada capítulo se pone mejor, agradézcanle a mi diario de sueños, de ahí saque casi todo, le mando un beso y nos leemos al ratito

Dedicación: Jara

By: Anthonella 

Contrato ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora