Blancos y sorpresivos destellos inundaron los oscuros cielos de la ciudad, iluminando por escasos segundos cada uno de los sombríos y tenebrosos rincones del salón del club de ocultismo donde solo momentos después las ventanas temblaron por el repentino estruendo. Al mismo tiempo una misteriosa e incómoda sensación inundó su cuerpo, una extraña combinación de deseo y terror, solo por ver el fantástico mundo de dónde el auto proclamado Dragon slayer provenía, pero por algún razón, muy en su interior, algo en todo ello no le parecía correcto, su corazón comenzaba a gritar que no lo hiciera, que en ese pequeño mundo algo más había.
- Todo está listo... - escucho a Azazel comentar interrumpiendo sus pensamientos, al mismo tiempo que un rayo cruzó una de las ventanas, sin embargo, él no pereció perder el gran entusiasmo que desde hace momentos lo inundaba y que por alguna razón para ella se sentía incorrecto, todo mientras señalaba una extraña caja de la que salían varios cables situada en la mesa del té.
- No creo que... - dijo débilmente siendo interrumpida por otro rayo.
- Solo falta Natsu - continúo él - Cuando confirmemos todo lo que nos ha dicho, ya no debería de haber problema entre todos ustedes... - agregó girando su mirada al grupo de demonios encabezados por Rias e Issei, - Aún que creo que es pedir demasiado... - comentó apartando la mirada ante las muecas que cada uno de ellos hizo, para enseguida mirar a Irina - ¿Te imaginas?, - preguntó entusiasmado, - magia por todos lados, todo tipo de criaturas desconocidas, dragones, Y ya no tener que ocultarse... Ya no puedo esperar - finalizó frotándose las manos con emoción y solo segundos después la puerta que daba al pasillo fue abierta por un miembro del clan Sitri, - Akeno, podrías sentarte aquí por un momento, por favor - dijo señalando el sillón de tres plazas, provocando que todas y cada una de las miradas se dirigieron a ella, que un poco desconcertada por lo pedido se alejo de una de las ventanas hasta llegar al señalado mueble y se sentó, - Recuestenlo aquí con ella. -
- No creo... - comentó con pánico en su mirada y voz mientras que intentaba ponerse de pie solo para ser sostenida por Azazel, sabía que Natsu se encontraba molestó y estaba casi segura de que se enfurecería aún más si se despierta y lo primero que viera fuera a ella.
- Tranquila... Aquí - dijo con una suave voz no propia de él y que le sorprendió, suavemente sintió cómo acomodaban el cuerpo de Natsu sobre el sillón, dejando su rostro y rosados cabellos descansando sobre sus piernas.
Sin saber cómo reaccionar, por un momento sintió como cada uno de sus músculos se tensaba y solo se relajó al sentir su suave respirar contra su regazo, en ese instante sonrió para si misma, pues esté hacia cosquillas. Era tranquilo, despreocupado, como si nada en el mundo le importará, un contraste, como el blanco y el negro, con la mirada que solo minutos atrás le había brindado, esa dolida que le oprimió una vez más su corazón con solo recordarla, esa que hizo que se inundará de culpabilidad y a decir verdad, enojó, por un instante sintió como sus ojos se volvían húmedos por una misteriosa impotencia pero, sin apartar su mirada de sus definidas facciones, descubrió pequeñas cicatrices en su rostro que antes no había notado, claro está, que no ignoraba la principal en su rostro, sin embargo estás eran tan pequeñas como micro rasguños en los cristales, no perteneciendo a esa piel levemente bronceada, "¿Podrá perdonarme?", Era la pequeña pregunta que inundaba su mente, así que curiosa presto aún más atención, encontrando que sus pestañas eran un poco mas largas que el promedio, curiosamente negras pero con pequeños destellos rosas indetectables a simple vista, indecisa aparto sus rosas cabellos de su frente y enseguida comenzó a acariciar su mejilla con una de sus manos mientras que con la otra su rosado pelo suave, hasta que sorpresivamente éste desprendió una fragancia que ella reconoció, - Aún teniendo el tuyo - susurró sintiendo como sus labios se alzaban con gracia, al descubrir la misma fragancia de su shampoo, dejando salir una pequeña sonrisa que solo ella fue capaz de escuchar y de inmediato la culpa incremento - Por favor, perdona... -
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Potestatem
FanfictionSe sentían a salvó después de haber terminado y eliminado con la mayor amenaza del mundo Acnologia pero era muy temprano para celebrar olvidaron que aún no se encontraban bien, con sus seres queridos y eso les costo muy caro.