Lentamente pequeñas pero grises nubes comenzaron a surcar el inmenso cielo azul de esa gran pero desconocida ciudad de nombre Kuoh, estás en diferentes ocasiones nublaban el firmamento oscureciendo el interior de cada edificio y en la escuela preparatoria específicamente en el complejo deportivo no era diferente, lo que provocó que inevitablemente encendieran las blancas luces del interior, sin embargo el inmenso astro rey que proveía de vida a todo el mundo aún siendo ocultado, a cada minuto que pasaba volvía el ambiante más caluroso, atacando sin tregua a cada persona que no estuviera preparada, sin embargo cada uno de los estudiantes que se encontraba reunidos que intentaban disfrutar del hecho de estar en una piscina no lograban separar la mirada ni concentrarse en otra cosa que no fuera el chico con pelo rosa, pues su cuerpo que fue trabajado a lo largo de los años y de miles de misiones era cubierto por cicatrices de distintos tamaños y una capa fina de agua por haber terminado de nadar que resaltaba más su cuerpo trabajado, sin embargo los ojos del mago brillaban al reflejar el resplandor del agua que en esos momentos veía mientras que se encontraba perdido en su mente provocando que destellos verdes como un jade oscuro pero bien pulido reflejará la misma luz del agua, él, quién debería de ser la persona que en esos momentos debía de disfrutar más que nadie estar en la piscina se encontraba desanimado a la espera de que la clase terminará, a la espera de poder hablar con Akeno que al inicio de la clase había desaparecido, a la espera de encontrar una respuesta a la pregunta "¿Que hice?", Pero para su mala suerte parecía que está no tendría respuesta alguna o por lo menos no en ese momento, sin más solo esperó a qué todo acabará sin darle importancia a todas las miradas que en el recaían, al hacerlo, por costumbre incremento un poco su temperatura corporal eliminando el rastro de agua que alguna vez cubrió su pelo y cuerpo mientras que caminaba rumbo al vestuario masculino donde sus pertenencias se encontraban, al llegar solo cambió una vez más sus ropajes por el molestó uniforme que ahora tenía que acostumbrarse a vestir y salió sin siquiera despedirse e ignorando de los demás.
Para su suerte, o no, él no tenía la obligación de entrar a ninguna de las demás clases por lo que simplemente contempló sus opciones, ir a la biblioteca tomar un libro y dormir cómodamente en un rincón apartado o podía hacer lo que siempre hacía, ir al salón del club al que pertenecía Akeno y esperar a que está terminará con sus actividades escolares y después ir a por ella a su salón de clases, pero sabía que aquel chico de pelo castaño se encontraba en ese mismo salón y siendo sincero, él no se encontraba de humor para discutir con ese inmenso dolor de... Cabeza, por lo que decidió la segunda opción, lógicamente había muchas más opciones que él había contemplado pero bueno, todas se resumían a lo mismo, dormir, solo que en diferentes lugares.
Cuando al fin despertó gruesas y oscuras nubes cubrían por completo el cielo que él era capaz de ver a través de la ventana, por un momento se encontró desconcertado sin saber en dónde estaba, la hora o que era lo que hacía ahí en un principio, un poco entumecido se puso de pié y estiró su cuerpo dejando que la sangre regresara una vez más a su cabeza y a sus brazos que por la extraña posición en la que durmió ahora se encontraban o entumecidos o con un fuerte dolor, ya satisfecho y sintiendo su cuerpo relajarse soltó un gran bostezo para terminar de despertarse y emprendió su camino a las afueras de la biblioteca, donde decidiría que hacer y a dónde ir, tal vez a buscar a Akeno, "esa es una gran idea" se digo a si mismo pero de inmediato la pregunta del millón azoto su mente "¿Y si no quiere hablar conmigo?", Inmediatamente detuvo sus pasos, no quería que se volviera a repetir lo de esa mañana, no quería que ella huyera de él, no quería verla de nuevo llorar y mucho menos quería ser causa de sus lágrimas (aún que no supiera verdaderamente la razón), repentinamente dejo salir un suspiró al mismo tiempo que persivía varias extrañas presencias acercarse a él.
- ¿Que estás haciendo aquí? - preguntó repentinamente una de ellas, rápidamente Natsu volteó su mirada encontrando a la responsable, una chica, con gafas, de cabello negro, corto y bien peinado, de ojos color violetas que le recordaron a los de Akeno pero al verlos detenidamente estos eran muy diferentes a los de ella.
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Potestatem
FanfictionSe sentían a salvó después de haber terminado y eliminado con la mayor amenaza del mundo Acnologia pero era muy temprano para celebrar olvidaron que aún no se encontraban bien, con sus seres queridos y eso les costo muy caro.