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No sabía cuánto tiempo había permanecido bajo la lluvia, mirando sin realmente ver las gotas caer, pensando, intentando darle sentido a lo ocurrido, tratando, de forma desesperada, de encontrar un culpable, alguien más que no fuera ella, pero fallaba en cada intento. En ese instante no era capaz de sentir sus dedos, ni de los pies ni de las manos, sus labios, naturalmente rosados, lentamente tomaban un blanquecino tono y su cuerpo no dejaba de temblar, era extraño, no sabia que como demonio tendría tanto frío, o no lo hacía hasta que de repente fue guiada, por dos delgados, pero desconocidos brazos, lejos de la lluvia, de regreso al edificio principal, dónde fue cubierta por una gruesa manta, mientras diferentes personas Ibán y venían en distintas direcciones, siendo apartada de los demás miembros que fueron llevados por otro corredor, seguramente a la enfermería, aun que no le apeteció preguntar, solo quería alejarse de ellos, al menos por un instante.

Y una vez más el tiempo transcurrió, solo hasta que su vista nublada por los destructivos pensamientos se enfocó en dos reconocidas siluetas, el arcángel Michael y Sirzechs Lucifer, el rey demonio, ambos caminaban de un lado a otro, hablando con distintas personas, con el ceño fruncido y una extraña mueca en sus rostros, dando firmes pasos, claramente molestos hasta para ella, y solo cuando otro hombre señaló en su dirección pareció como si un extraño rayo le hubiera recorrido el cuerpo, "No le han encontrado" algo le susurró en su mente, instintivamente sus músculos se tensaron y relajaron tan rápido que un fuerte dolor recorrió su cuerpo, en un instante, y sin que se diera cuenta, estaba de pié, tomando la manta fuertemente entre sus dedos, abrigando su cuerpo, ocultando su rostro y cabeza, en un momento de lucidez en esa extraña telaraña de pensamientos, con temblorosos pasos, comenzó su incómodo andar, encorvada en un intento de parecer más pequeña de lo que era, adentrándose entre los pasillos iluminados de rojo y blanco, buscando una forma de salir sin realmente ser vista, revisando las puertas y ventanas, solo encontrando una completamente aislada, que sin demora cruzó.

"Tienes que buscarlo... Tienes que encontrarlo... De ninguna manera puedes dejar que ésto termine así... No puedes..."  Se dijo a si misma mientras se adentraba en la oscuridad de la noche.

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Por las siguientes horas observo tristemente como ella pareció vagar sin rumbo alguno por las cada vez más vacías calles de la ciudad, atestiguó cómo la gruesa manta que cubría su cuerpo, en algún momento había sido empapada por la lluvia perdiendo su basica función de proteger su ahora tembloroso cuerpo, sin embargo, su agarre en ella parecía que era más fuerte con cada minuto que transcurría, sí, sus nudillos blancos eran un indicador, más no pareció detener sus pasos, recorrió, con notable esperanza y determinación, cada uno de los parques y callejones que se encontraba, y él permaneció siguiéndole mientras se escondía entre las sombras de la noche.

- Desdé que hora a estado afuera? - le cuestionó una femenina voz que lentamente se posicionó a su lado.

- Casi cuatro horas y la verdad no creo que se de por vencida... - respondió él sin siquiera la intención de apartar su mirada de la chica.

- Pero sus manos no dejan de temblar, a de estar congelada, Porqué no has ido con ella? - reprochó su vieja amiga con notable preocupación ante el estado de la joven, sin embargo el permaneció en silencio por unos segundos.

- Es igual que su madre... Una vez que se le mete algo en la cabeza... -

- No... -interrumpió ella, - Eso estoy segura, lo saco de ti... - continuo ella después de un pequeño silencio.

- Solo podrías ir a por ella?, Por favor? - comentó ignorando sus palabras.

- No te preocupes... - respondió con un nada sutil suspiro, mientras que lentamente iniciaba su andar detrás de la chica.

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⏰ Última actualización: Feb 25 ⏰

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