U-29

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Cada una de las luces lentamente comenzaban a iluminar las calles que poco a poco se volvían oscuras, al mismo tiempo fuertes y extraños ruidos y aromas comenzaron a inundar cada uno de sus respectivos sentidos, brindandole un sin fin de sentimientos y experiencias que sólo en muy pocas ocasiones había sido capaz de sentir, a su alrededor edificios más grandes que el mismo Castillo que en la capital de Fiore había, se elevaban tanto que parecían tocar el mismo cielo que en esos momentos comenzaba a volverse cada vez más oscuro.

- Todos son tiendas? - Cuestionó maravillado el mago mientras miraba de un lado a otro cada uno de los anuncios que iluminados de diferentes colores eran mostrados.

- No todos, algunos son oficinas en donde las personas trabajan -  contestó Akeno divertida al ver el entusiasmó que mostraba, de esa forma caminaron por los siguientes minutos que se volvieron horas, visitando cada una de las tiendas que a él le parecían extrañas y que ella quería mostrarle. Grande fue su sorpresa al notar que él parecía conocer la mayoría de las cosas que ahí había, solo aparentaba tener un pequeño problema con la tecnología pero enseguida parecía que la comprendía - Natsu... - Llamó ella ganando la atención del mago que con una sonrisa apartó la vista de una gran televisión que en esos momentos veía, -... Vamos por tú traje de baño y ropa - continuo ella tomando una vez más su mano, una pregunta quedo surcando su mente y atorada en su garganta, "¿Que tanta diferencia había entre su mundo y el suyo? " pero no lograba recordar si ya había hecho esa pregunta alguna vez y siendo sincera no quería hacerla en ese momento, ella disimuladamente volteó su mirada a su rostro, este mostraba una gran sonrisa mientras caminaba tan natural que en cierto modo daba miedo, eran claras varias cosas, el era fuerte y hasta cierto punto tranquilo, sabia, gracias a sus anécdotas, las cosas que él y sus amigos habían tenido que pasar pero claramente estar perdido en un mundo diferente podría romper a cualquier persona por más fuerte que fuera, si hubiera sido ella no duraría tanto tiempo como él. Pero en realidad no había pasado mucho tiempo desde que ella lo encontró en el patio del templo, pero realmente ¿era así?... O ¿él fue quién la encontró?, ¿Por que apareció en su templo?, "no es como si no hubiera lugares en el mundo donde podría aparecer..." Se dijo a si misma. Por un momento las dudas crecieron en su mente mientras caminaban por la calle que a cada instante se convertía en una más concurrida, ¿cuanto tiempo exacto había pasado desde que ambos se encontraron?, ¿Cuantas cosas habían cambiado?, ¿ella había cambiado?, ¿era destinado que ellos se encontrarán o era una jugarreta más del juego llamado vida?.

- Akeno? - Cuestionó una voz sacandola de sus pensamientos, - Estás bien? - despertando de ese momento en su subconsciente lentamente observó a sus alrededores encontrandolo a él que la miraba con preocupación,  no supo cuando pero en algún momento y sin que se dieran cuanta había detenido sus pasos enfrente de una de las tantas tiendas que ahí había y que afortunadamente era uno de sus tantos destinos.

- Si... Solo estaba pensando... Ven, por aquí - contestó ella mientras sonreía guiandole al interior de la misma tienda desconcertado un poco al mago.

- En que pensabas?- Cuestionó él curioso ya que tan solo segundos atrás parecía estar completamente distraída y preocupada.

- En cosas sin mucha importancia, la verdad no se por que lo comencé a hacer - contestó ella vagamente, respuesta que Natsu simplemente decidió tomar y no volver a preguntar pues el pensaba que algo más había.

- Sabés, puedes contar conmigo para lo que sea - Dijo él limitándose solo a decir eso mientras su mirada una vez más se desviaba pero esta vez a diferentes modelos de ropa que en su camino había.

- Gracias... - Contestó ella con una gran sonrisa que en su rostro aparecio, lentamente y en muestra de cariño ella abrazo el brazo y la mano que sostenía la suya volviendo una vez más la distancia prácticamente nula. - Vamos -  continuo ella olvidando por el momento las tantas preguntas que en ése momento tenia. Para ambos era divertido, ambos salían y entraban de los probadores cada vez con un conjunto de ropa, todos y cada uno de ellos distintos, cortesía de la chica morena y del peli rosa que deseaban simplemente ver como se veían con los mismos, lo mismo con las tiendas, salían y entraban comprando lentamente y sin prisa las cosas que necesitaban para la supuesta cena que tendrían pero siendo sinceros de vez en cuando comían en cada puesto que había por petición de él y sorprendentemente el hambre ya había pasado a segunda mano.

-Creo que es suficiente con ésto - Dijo Natsu mirando todas y cada una de las bolsas que en sus manos tenía mientras caminaba rumbo al templo siendo seguido por Akeno que de igual forma portaba una pocas bolsas.

- estoy de acuerdo, pero en serio no creo que fuera necesario que me compraras ropa a mí también - contestó ella tratando de sonar preocupada, pero por dentro no podía estar más feliz, no era que le importarán las cosas materiales, ni el dinero solo no podía borrar la sonrisa que en su rostro tenia, pues él sin decirle ni una palabra a ella había pagado las prendas que más le habían gustado.

- No hay problema, es un regalo por dejarme quedar en tú casa - Contestó él mientras sonreía como el acostumbraba, de esa forma caminaron por apenas minutos cuando por su derecha una pequeña edificación con una señal iluminada de 24hrs por ya ser de noche en una de sus ventanas, Natsu miró detenidamente por la ventana mientras pasaban por ahí, veía cada una de los tantos productos y ésto fue notado por ella.

-Espera aquí... - Dijo Akeno entrando al pequeño super de 24hrs y tan solo después de un par de segundos salió pero esta vez sosteniendo un extraño envoltorio en su mano libre. - No sabia que sabor te gustaba así que traje uno que me gusta a mí - continuo, extendiendo las bolsas con ropa a Natsu para que las tomará, este curioso lo hizo y vio detenidamente como ella sacaba una pequeña paleta de hielo doble, rápidamente fue aun pequeño basurero y tiro el envoltorio que la protegía a la basura. - Ten - Dijo ella regresando junto a el mientras que dividía la paleta a la mitad y se la extendía.

- Gracias pero... - Contestó él mostrándole las manos que ocupadas se encontraban con las bolsas y la mochila de ella.

- Perdon - Dijo ella sintiéndose un poco avergonzada y una vez más se acercó a él pero antes de llegar se detuvo por unos segundos, una sonrisa que a él le pareció traviesa apareció repentinamente en sus labios, él por un segundo la miró detenidamente y con curiosidad, ella ante su mirada acercó ambas paletas de hielo a su boca y lentamente deslizó su lengua por el frío contorno de cada uno de ellas y enseguida le ofreció una de las mismas al mago que sólo sonrió y abrió la boca aceptando esa fría golosina.

- ... Gracias - Dijo como pudo pues ahora su boca estaba siendo ocupada.

- De nada.. - contestó ella aun sonriendo y tomando las cosas que desde un principio cargaba liberando una de las manos del Slayer, que con su mano libre tomó la golosina y la saco de su boca para mostrarle una sonrisa. Tras unos minutos más caminaron de regreso al templo que pertenecía a la chica, lentamente comenzaron a subir cada uno de los escalones, a paso lento pues no había al llegar grande fue la sorpresa de él al notar que los indicios del entrenamiento de esa mañana habían desaparecido.

- Luces sorprendido - Dijo Akeno llamando su atención mientras que estiró su cuerpo intentando relajarse - Vamos a dentro, quiero darme un largo baño con agua caliente para quitarme el olor del cloro del agua de la piscina -

- Como se ha arreglado? - Cuestionó él señalando el patio mientras caminaba detrás de ella.

- Le pedí a mi familiar que lo arreglará - en ese momento la pequeña oni apareció enfrente del mago, que sorprendido se arrodilló y acarició la cabeza del familiar.

- Muy buen trabajo - Dijo con una sonrisa mientras que  entraba, pero antes de que fuera capaz de cerrar un extraño olor y ruido llego a él. - Azazel? - Pregunto a la nada mientras que volteaba su mirada al patio principal una vez más. - No... Y tú quién carajos eres?-

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