U-18

2.5K 237 60
                                    

El primero del año y sinceramente espero este sea uno de muchos con todos ustedes, que las estrellas guíen su camino, que sea un buen inicio de año y les deseo encontrar la paz con ustedes y con los suyos.

Extraños pasos se lograban escuchar desde los adentros, un extraño aroma surcada el aire proveniente de la edificación que ante ellos se alzaba, a las afueras el frío aire soplaba a través de los edificios que los rodeaban dispersado por toda la ciudad ese nauseabundo olor, un silencio demasiado incómodo reinaba completamente lo que parecía ser la ciudad provocando que un sordo eco de las pisadas rebotara por las paredes y calles, solo la luz de la luna se colaba entre los edificios y por las ventanas del tenebroso edificio que se encontraba en penumbras dando una macabra sensación a cualquiera que no estuviera acostumbrado.
El castaño y peli rosa que esperaban en las afueras se mantenían calmados o al menos uno de ellos, despues del discurso dado por Natsu, Iseei caminaba de un lado a otro totalmente desesperado por querer ser de ayuda para sus amigos y así demostrar que el era útil para todos sus amigos pero al tener dañada la mano que poseía la Boosted Gear fue obligado a quedarse a las afueras en compañía del peli rosa que sólo se encontraba con la pequeña familiar de Akeno entre sus brazos, Iseei  separó su mirada de él con una expresión de desagrado impresa en su rostro, sentía rabia contra él, si no fuera por su intromisión todo sería normal, tendría a Akeno a su lado y todos serían felices, estaba a punto de hablar en contra de la expresión relajada que mostraba cuando un resplandor iluminó todo el quinto piso llamando la atención de ambos seguido de una explosión que destruyó las ventanas, los vidrios acompañados de una extraña figura cayeron contra el suelo destrozando parte del mismo alarmando al estudiante.

- Que diablos sucedió?! - Grito él castaño observando las ventanas rotas que eran cubiertas por una gran cantidad de polvo, en ese momento algo en su cerebro reaccionó. - Presidenta... Presidenta se encuentran bien?! - Grito Iseei entrando al edificio de forma desesperada, Natsu solo se mantuvo de pie mientras lo veía alejarse y desaparecer por la puerta de la antigua y gastada construcción.

- Mandición... eso duele - Declaró una extraña voz masculina desde el lugar donde vidrios y el suelo se encontraban hechos añicos.

- A donde creés que vas~? - Cuestionó una cautivadora voz conocida por él desde la ventana rota, Natsu alzó la vista con una sonrisa logrando ver a la chica azabache de ojos morados en las alturas mirando a un lugar determinado pero algo raro había en su mirada, sus ojos reflejaban un cierto brillo curioso, llamativo y cautivador para cualquier persona del sexo opuesto que la viera y él no era la excepción, su rostro se encontraba levemente sonrojado denotando sus mejillas, sus labios mantenían una fina, blanca y muy elegante sonrisa que incitaba a sonreír de igual forma pero a la vez era amenazante, observándola con detenimiento y suma atención su vestimenta era la mismo que usaba en el templo pero se amoldeaba a su figura como si fuera un guante y lo que más resaltaba era el rastro de los  pequeños rayos dorados como el sol que la rodeaban dándole una apariencia amenazante, elegante y aunque lo intentará negar provocaba deseos concupiscentes.

- Estas bien? - Cuestionó él como un intento de desviar los pensamientos libidinosos que en ese momento lo invadían.

- No olvides nuestro acuerdo, Natsu - contestó ella aumentando su sonrojo y sonrisa causando que de igual forma sus mejillas reaccionarán de la misma manera, rápidamente ella extendió sus alas y de forma elegante descendió a donde la extraña figura que yacía enterrado en el suelo a duras penas se lograba levantar, Natsu con ayuda de toda su fuerza de voluntad que no era poca, solo se apartó un poco y se limitó a observarla tocar el pisó, ella transmitía desde el primer momento que la conoció un aura amenazante que rápidamente se le hizo similar al aura que desprendía la única persona a la que temía más que a Erza, Mirajane y solo por no saber que pensaba y ocultar todo bajo esa linda sonrisa- Natsu me prometió un premio si me encargaba de ti... No es nada personal - Dijo Akeno llamando su atención, la sonrisa que portaba desapareció por un momento llevo su mano derecha a su mejilla y los rayos que la acompañaban se volvieron más salvajes, en cuestión de segundos una esfera de gran cantidad de energía acumulada se encontraba enfrente de ella, en otro esta viajaba a gran velocidad al demonio que sin poder hacer nada recibió el ataque.

- Akeno? - Cuestionó Natsu al ver que despues de todo se tambaleaba en su sitio.

- Di lo mejor de mi... - Contestó ella volteando su mirada al peli rosa mientras una sonrisa un poco forzada aparecía, Natsu la observó detenidamente y estuvo a punto de ir lentamente junto a ella pero al notar que sus piernas se vencían apresuró su pasó evitando que cayera e impactará contra el suelo tomándola entre sus brazos dándole una extraña y muy placentera sensación de seguridad en forma de abrazo.

- Akeno esta bien? - Pregunto él preocupado.

- Si... Solo un poco cansada - contestó ella mientras de igual forma lo rodeaba con sus brazos.

- Esta bien... Muy buen trabajo, descansa - argumento aliviado, con uno de sus brazos tomo sus piernas y cargo su cuerpo de forma nupcial, en ese momento el resto de la familia salia a paso lento todos y cada uno de ellos con sus ropas gastadas y rotas.

- Que le sucede? - Pregunto Asia mientras se acercaba al peli rosa al ver a su amiga entre sus brazos, pero al ver que todo a su alrededor se encontraba destrozado detuvo sus pasos.

- Qué sucedió aquí? - Pregunto Iseei asombrado.

- Akeno... Se esforzó más de lo que debía, la llevaré al templo para que descanse - Contestó Natsu.

- Espera... - Intento decir Rias pero él solo rodeó con fuego sus piernas concentró una gran cantidad de magia y en un instante había desaparecido entre las nubes y las estrellas en un destello rojo.

Impulsado por sus llamas Natsu parecía volar por el cielo solo al ver el templo y como si fuera lo más natural aterrizó sin causar ninguna molestia a su anfitrióna, con ayuda de la familiar que abría cada una de las puertas ambos entraron hasta detenerse en la habitación de la chica que dormía cómodamente entre los brazos del Dragneel.

- Natsu... - Dijo ella al sentir la suave superficie de su cama.

- Que ocurre? - contestó él con una sonrisa.

- Mi premio? - Cuestionó ella desconcertado lo un poco.

- Esta bien, ¿que quieres? - Dijo el aliviado.

- Que duermas conmigo - Dijo ella sonrojada, ya había pasado la noche con Iseei y bueno los demás integrantes de su familia pero nunca con un chico en la misma cama, pero por la agitación que en ésos momentos tenia había olvidado que él ya la había visto su desnudez y viceversa.

- Esta bien - contestó él sonrojado, aunque ya había pasado la noche con Lucy y Erza su corazón no dejaba de latir como si de una batalla se tratase, solo se retiró su camisa dejando que ella observará su bien definido cuerpo y se recostó en la suavidad que le daba la bienvenida, - buenas noches - Dijo cerrando sus ojos que al sentir que los brazos de su acompañante lo rodeaban los volvió a abrir, sería una larga noche... O tal vez no.

Potestatem Donde viven las historias. Descúbrelo ahora