U-19

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Una fría oscuridad una vez más lo rodeaba, inexplicablemente todo su cuerpo dolía, sentía su cuerpo temblar y distintas miradas fijas en su contra, en ese momento gritos resonaron en la oscuridad llamando su atención, todas y cada una de ellas en busca de ayuda y piedad, por un segundo logró distinguir algo, 6 pequeñas siluetas se mantenían paradas a la lejanía y detrás de ellas una inmensa donde sólo finos detalles azules eran capaces de verse, todas y cada una observándolo detenidamente y una vez más un escalofrío recorrió su espalda al descubrir de quien se trataba.

- Natsu-san... ¡por favor ayudame! - Grito la más pequeña de ellos con una gran cantidad de lágrimas en su rostro y expresión de terror.

- We... ¡Wendy!- Grito desesperado mientras comenzanba a correr, pero a cada paso que daba más se alejaban ellos, no era capaz de alcanzarlos inundandolo de desesperación e impotencia - No... ¡No! - Grito una vez más a la vez que grandes colmillos ahora eran mostrados por la silueta más grande y a cada momento se acercaban a ellos, grandes lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas por la gran desesperación que a cada momento crecía más ya más, usaba toda la fuerza que tenía para poder ayudarlos olvidándose del dolor pero todo era imposible. - ¡Acnologia, Alto, detente! -  suplicó y una vez más... despertó.

Su respiración era agitada, todo su cuerpo era cubierto por una gruesa capa de sudor y dolía, dolía por mantenerlo en todo momento tenso, instintivamente miro a sus alrededores en busca de alguna señal que le demostrará que ya no se encontraba dentro, que no fuera otro sueño donde la oscuridad lo envolvía, pero solo logró encontrar dos lindos orbes, dos orbes de un  bello color violeta que reflejaban la luz de la luna que entraba por la ventana observándolo de forma preocupada.

- Tranquilo, fue solo un mal sueño - Dijo la dueña de dichos ojos de forma tranquila, lentamente deslizó sus brazos alrededor de su cuello, atrayendolo en un abrazo que de una extraña manera le brindaba una fuerte sensación de seguridad y tranquilidad. -¿Te encuentras bien? - Cuestionó ella con una fina voz pero el sólo enrollo sus brazos en su cuerpo y misteriosamente comenzó a temblar, no de miedo, solo de impotencia, quería, deseaba y anhelaba, saber al menos que sus compañeros se encontraban bien, que no terminaron solos en mundo desconocido... Que estaban vivos. - Tranquilo... - Repitió ella mientras acomodaba a su compañero en la cama, recostandose junto a él, sin soltarlo ni un momento.

Akeno en ningún momento cuestionó el sueño que su "amigo" había tenido, no era realmente necesario, había despertado por los fuertes gritos que de un momento a otro Natsu había dado, todos y cada uno de ellos nombrando a sus compañeros, Wendy, Gajeel, Laxus, Sting, Rouge y Cobra, los seis que ella sabía el suponía debían de estar con él al despertar pero además de ellos un nombre que ella por relatos conocía Acnologia, el nombrado dragon del apocalípsis, hasta cierto punto entendía, quizás y solo quizás el quería saber sobre ellos su destino final, si habían llegado a salvo a donde tenían que ir o... - Duerme un poco - indicó ella eliminando ese oscuro pensamiento de su mente mientras lo mantenía aun abrazado.

- No... Ya no creo ser capaz... - Contestó él rápidamente resignado.

- Entonces ¿Qué quieres hacer?- Cuestionó ella para su sorpresa acariciando su espalda como un intento de tranquilizarlo, en ese momento una idea cruzó por su mente y en su rostro creció una sonrisa.

- Ven... - Contestó él, para su sorpresa la tomo de la mano y tirando de ella salieron de la reconfortante posición en la que se encontraban y caminaron a través de la casa hasta la entrada.

- ¿A dónde vamos? - Preguntó ella al salir, sin obtener respuesta, ambos totalmente descalzos caminaron por los terrenos del templo y solo se detuvieron al estar en medió del patio principal.

- Te ayudaré a entrenar - Dijo él con una sonrisa - me ayudara a estar distraído y a la vez a que tu seas más fuerte - continuo empezando a hacer estiramientos emocionado mientras que ella lo observó impresionada.

- Esta bien, ¿Qué tengo que hacer? - Cuestionó ella con una gran sonrisa, la ilusión de pasar más tiempo a solas con él y ser más fuerte inundó su cabeza, tal vez así lograria acercarse más a él por lo que rápidamente observó los movimientos que hacia y comenzó a imitarlos.

- Bien... Primero ataca - contestó él cuando ya se encontraban preparados para su sorpresa, pero en vez de cuestionar ella sonrío de esa extraña forma que llamaba mucho la atención de Natsu, la sonrisa que la noche de ayer había visto ahora una vez más apareció en su rostro.

- Hay que hacer de esto divertido - contestó ella.

La extraña pesadilla desapareció con forme el tiempo pasaba, ahora el firmamento una vez más era claro y ambos se mantenían recargados en uno de los tantos árboles que los rodeaban, simplemente descansando, ambos estaban sudados y sucios, pero lo más importante eran que los dos sonreían satisfechos.

- Iré a preparar el desayuno - Dijo ella poniéndose de pie al ver el sol terminaba de salir por el esté rompiendo ese momento, en ese instante una ráfaga de viento chocó contra ella moviendo sus largos cabellos hacia un lado provocando que por un momento se detuviera para cubrir sus ojos de cualquier posible daño.

Por su parte Natsu de igual forma se levantó ahora se sentía sumamente tranquilo, todo gracias a Akeno, por un momento se puso a pensar, había algo en ella que simplemente le llamaba la atención y era  la sonrisa que ella mostraba cuando se emocionaba al pelear, una sonrisa que lo incitaba a sonreír de igual manera pero que de similar forma provocaba algo más en él, en ese momento y sacándolo se sus pensamientos un extraño pero suave aroma llegó a él, un aroma diferente al que estaba comenzando a acostumbrarse, instintivamente volteó su mirada a la demonio que se alejaba a paso lento, sin poder evitar poner más atención en ese movimiento de caderas atractivo por no llamarlo de otra manera que ella inconscientemente realizaba, por un instante recordó la visión que tuvo de su suave piel y sin saberlo ya iba detrás de ella a paso acelerado simplemente en trance y con un sonrojo, solo se detuvo al estar completamente detrás de ella afirmando sus sospechas ella era la fuente de tal aroma.

- ¿Qué sucede? - Pregunto sonrojada al notar su presencia tan cerca de ella.

-Nada... - Contestó él sin apartarse es más rodeó su cuerpo con sus manos sujetandola lo más cerca posible disfrutando por completó de ella que sin decir nada acomodo su cuerpo en contra de él, como lo había pensado había sido una larga, muy larga noche, pero... Había válido la pena.

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