U-24

1.9K 192 12
                                    

Solo el sonido de la puerta principal ser cerrada se escuchó por los corredores de ese solitario edificio donde reinaba el silencio y hasta cierto punto la incertidumbre, Irina observó por solo unos instantes al chico que ella creían recién le habían describido, no parecía ser diferente a un humano cualquiera como los muchos que había en esas instalaciones o en el mundo, pero con excepción de su extraño pelo rosa que el poseía, todo eso sin olvidar que eran solo sospechas las que ella tenía referente al chico que se suponía alertó a las tres facciones, pero quien mas en el mundo tenia el pelo rosa salmón como se lo habían Descrito.

- ¿El es Dragneel-san? - Preguntó curiosa por la respuesta después de unos pocos segundos en los que al no ver reacción por parte de los demás demonios decidió cuestionar para así poder aclarar su "objetivo".

- Si, él es Natsu Dragneel- contestó Azazel provocando que los demás presentes lo mirarán sin entender que era de lo que hablaban ambos.

- Mmm... Creí que era, no se... diferente - explicó ella un poco disolucionada al imaginarse al hijo del rey de fuego de otra forma y aspecto mientras miraba por donde el dúo había salido. En ese instante, cada uno de ellos pareció reaccionar completamente y entender que algo había ocurrido, ante tal revelación que acababan de tener apresurados salieron del edificio con la intención de darles alcance y obtener alguna explicación.

- Esto cada día es más interesante - concluyó para si mismo Azazel que sonreía mientras observaba al grupo salir, - Bien... arreglemos todo lo necesario - continuo llamando la atención de Irina que simplemente lo miró desconcertada.

- ¿No hará nada? - Cuestionó ella ante la actitud despreocupada que poseía.

- No... Por ahora no podrán hacer nada, - contestó confundiendo aun más a la chica, - sabes él esta en esta escuela bajo una beca especial... Podríamos hacer lo mismo -

- ¿A quien se le ocurre tener natación justo después del almuerzo? - se quejó uno de los tantos estudiantes que buscaba algo entre sus cosas.

- La verdad... A mi me gusta - contestó otro que imitaba sus acciones mientras que en diferentes ocasiones y disimuladamente volteaba su mirada a las distintas chicas que en ese lugar de igual manera se encontraban.

- Bueno... No negare eso - contestó otro imitandole al estar de acuerdo en esos extraños pensamientos.

- Ustedes la tienen fácil... - Dijo una de las presentes sorprendiendoles, por lo que asustados rápidamente voltearon su mirada a la chica que en esto momentos les hablaba, - Nosotras tenemos que lidiar con ese trío de pervertidos que... -

- ¿Es enserio? -  interrumpiendo la platica que el pequeño grupo de chicas y chicos tenían una de las puertas del aula fue abierta,  Akeno que era seguida por Natsu entró al aula, ambos sorpresivamente más felices comparado al momento en el que se fueron, lo que llamó la atención del grupo.

- Si, Azazel me lo dijo esta mañana - contesto Natsu mientras sonreía y la seguía hasta donde su bolso se encontraba, al llegar y después de un par de pasos se sentó en una de las mesas desocupadas y espero a que su "amiga" buscará y encontrará una pequeña bolsa de tela azul marino.

- Esta bien... Entonces vamos a la piscina - contestó ella alegre, tomando su mano para así salir del aula una vez más, sorprendiendo a los chicos.

- ¿Dragneel-san ira a clases de natación? - Cuestionó una de las presentes y sin obtener respuesta de nadie todos tomaron rápidamente sus cosas y salieron siguiendo al par.

Las cosas de un momento a otro se habían tornado un poco extrañas, bien sabia lo que hace solo unos pocos minutos había hecho con ella y ciertamente no le molestaba, el solo ver su caminar y su sonrisa le provocaba un extraño sentimiento en su interior, uno extrañamente acogedor y cálido, sensación a la que se supone debería de estar acostumbrado pero esta era diferente, muy diferente... Le recordaba a los días que se la paso oculto en un gigantesco bosque, en compañía de su mentor, protector y padre, más la tranquilidad de no saber nada más que de ellos dos.

- ¿Estas bien? - interrumpiendo sus memorias la demonio le cuestionó al ya no verlo sonreír ni hablar durante lo que el creyó segundos.

- Si... - Contestó él mientras que una vez más una sonrisa aparecía en su rostro calmado la incertidumbre que su acompañante tenia. Después de solo caminar por unos pocos minutos más ambos se adentramos en un gran edificio.

- Ese es vestuario de los chicos - señaló ella provocando que él mirara en la misma dirección. - Ve a cambiarte mientras yo hago lo mismo y nos vemos aquí.

- Pero... no tengo traje de baño - contestó Natsu que al  vueltear y antes de darse cuenta Akeno en algún momento se había ido. - Mmm... Bueno - finalizó resignado él, por un momento se dedicó a ver la estructura que le daba la bienvenida, un pasillo un poco largo por donde alumnos de la misma clase caminaban en distintas direcciones, si era chico tomaba la derecha y si no la dirección contraria, en medio una puerta doble que estando aburrido decidió cruzar, a su derecha lo primero que vio fueron grandes gradas de dos pisos y a su izquierda un gran ventanal que daba a un pequeño patio lleno de árboles y arbustos, los cristales recorría toda la pared de un lado a otro dejando entrar la suficiente cantidad de luz para no molestar y en medio de todo ello una piscina un poco más grande y profunda que la que tenían en su amado gremio. Con una sonrisa melancólica camino hasta las gradas donde se retiró el calzado que tenía mientras comenzaban a llegar sus ahora compañeros, en ese momento un extraño sonido inundó el ambiente, un extraño "click" retumbó por el edificio pero al parecer él había sido el unicó en escucharlo.

- Perdón... ¿Dragneel-san? pero no puedo permitir que  partícipes si no tienes un traje adecuado, son las reglas - repentinamente y siendo llamado volteo su mirada para encontrar a una desconocida mujer que no parecía tener más de 30 años, vestía un traje de baño azul marino, pelo castaño atado en una cola de caballo y buena figura.

- Perdón Natsu! - Escuchó a otra voz, esta vez una muy reconocida, está lentamente se acercaba a donde él estaba por lo que volteó su mirada para encararla y una vez más el mismo extraño sonido se escuchó. - Estaba tan emocionada que olvide que no tenias traje... ¿Que te parece si después de las clases vamos de compras? - Cuestionó la demonio que por alguna razón se encontraba sonrojada y con una gruesa toalla blanca entre sus manos cubriendo su figura que se encontraba descubierta.

- Esta bien... - Fue la única respuesta que el dio mientras que con la vista intentaba buscar lo causante de ese extraño ruido.

- Todos a un costado de la pista - Dijo la mayor de todos ellos.

- ¿Podrías guardar mi toalla por favor? - Cuestionó Akeno extendiendo su brazo con la tela, sin más Natsu la tomo mientras aun buscaba con la todos sus sentidos de un lado a otro hasta que se encontró con su vista y observó como ella le sonreía causando que él se sonrojara, - Espera aquí... - Dijo ella uniéndose al resto mientras que Natsu y uno que otro observaba su andar. "Click" una vez más ese extraño sonido llego a él, aburrido por no poder participar y queriendo hacer algo decidió buscar la fuente de ese extraño sonido, por los siguientes minutos reviso cada área desde las gradas concentrando sus sentidos en una zona a la vez y después de estar seguro de que no era hasta cierto punto natural, osea causado por ninguna maquina de ese edifico revisó una vez más al grupo que extrañamente estiraba cada uno de sus músculos, con diferentes movimientos en especial Akeno que a cada movimiento que hacía disimuladamente lo miraba y sonreía, "Click".

- Primero tomaremos el tiempo de cada uno de ustedes y dependiendo su marca tendrán una carrera con alguien similar, ¿está claro? - Con lo dicho cada uno de ellos se preparo, por un lado las chicas y por otro los chicos, en cada momento Natsu observaba a Akeno que simplemente sonreía o en algunas ocasiones hablaba con otras chicas que  terminaban su carrera, pero ese extraño sonido a cada momento se volvió más constante.

- Himejima-san tu turno - gritaron desde el otro lado de la piscina llamando la atención de la mencionada,  ella bajo la atenta mirada de Natsu que le sonreía se preparó tomando uno de los dos carriles desocupados.

- Lista... Ya!- grito una de sus compañeras, rápidamente ella brinco al agua, en ese momento una vez más logró escuchar ese molesto ruido pero esta vez logró ver un extraño reflejo desde los árboles, extrañado bajo las gradas con la toalla de Akeno aun en manos, se dirigió a los ventanales y para sorpresa de muchos abrió uno de ellos.

- ¿Que diablos creen que hacen?-

Potestatem Donde viven las historias. Descúbrelo ahora