6 pequeñas y delgadas siluetas manifestaron su presencia ante su incrédula y pérdida mirada, no lograba reconocer a quien pertenecían cada una de ellas pero lograba diferenciar las incontables heridas que portaban, en especial las que él sabía no podían resistir, las que cubrían el resto de sus ropajes y cuerpos de color carmesí, de ese preciado y fundamental líquido de la vida, en ese instante misteriosamente un agujero idéntico al que lo transfirió a ese extraño mundo se formó a los pies de ellos y uno a uno comenzaron a caer a la fría e interminable oscuridad que ante él se formó mientras que solo era capaz de observar como la pequeña luz de vida que reflejaban sus ojos los abandonaba al perderse en el tenebroso desconocimiento, sólo y con una gran desesperación e impotencia inundando su cuerpo y alma cayó al pisó.
- No... rindas... No... Sólo... Bien... - tumbado en la misma oscuridad una distorsionada voz retumbó por su mente, observó en todas direcciones en busca del origen cuándo un inmenso ser se mostró ante él, brillantes escamas rojas rodeaban su cuerpo, ojos ligeramente amarillos que no apartaron su vista de él.
- Igneel? - Dijo él en respuesta a la distorsionada voz que provenía del misterioso ser pero en ese instante despertó, su respiración era acelerada y una gruesa capa de sudor rodeaba cada milímetro de su cuerpo, - maldición, es claro quienes eran - sabiendo que sería una tortura volver a dormir salio de la habitación que Akeno había preparada para él, recorrió el pequeño pasillo solo deteniéndose en la habitación que la sacerdotisa ocupaba, lentamente abrió la puerta corrediza que impedía su pasó y se adentró, visualizando a la azabache dormir plácidamente con una extraña posición que misteriosamente le recordaba a su querida y preciada amiga, Lucy, por los siguientes minutos solo la observó recostada en la cama y en ocasiones moverse para cambiar su posición por una mas cómoda, al estar satisfecho y tranquilo con sigo mismo salio de la habitación no sin antes dar un último vistazo a Akeno que en un movimiento "descuidado" dejo ver más piel de lo que debía, sin más cerro la puerta y salió de la pequeña mansión en completó silencio intentando no despertarla, recorrió los patios hasta llegar al mismo bosque que había sido testigo de su desgracia al llegar a ese mundo desconocido, dejando salir un gran suspiro recostó su cuerpo en un pequeño claro que dejaba a la vista las incontables estrellas y la inmensa luna llena que para su sorpresa era exactamente igual a la de Earthland, por su posición y sabiendo calcular el tiempo por su estilo de vida en Fiore sabía que era muy temprano en la madrugada tal vez 1 o 2 de la madrugada, dejando su mente bajar decidió no pensar en su hogar ni en sus amigos que eran compañeros de aventuras, se puso de pie y haciendo movimientos ligeros estiró cada uno de los músculos que su cuerpo poseía.
- Es muy tarde para hacer ejercicio, no crees? - Pregunto una conocida voz desde el extremo del claro provocando que los relajados pero firmes movimientos que hacía se detuvieran.
- No puedo dormir - contestó Natsu mirando a sacerdotisa.
- Ayer... No te agradecí por proteger mi decisión - dijo ella ofreciendo una reverencia en agradecimiento.
- No te preocupes - contestó mostrando una sincera sonrisa que sonrojo a la demonio al verla.
- No, En serio gracias, yo... No es que los odie pero en estos momentos prefiero estar alejada de ellos - explicó ella mientras se acercaba a paso lento.- Porqué?, No son tu familia y amigos? - Pregunto extrañado mientras la miraba acercarse solo con lo que parecía ser una delgada bata blanca que resaltaba su escultural figura.
- Es complicado...- al estar a su lado dirigió su vista a las estrellas y a la luna que adornaban el firmamento de esa cálida noche.
- Tiene alguna relación que su aroma este muy impregnado en las demás? - Pregunto ganando completamente su atención. Ella muy en el fondo sabía cual era el significado de ésas palabras, pero en un intento de confirmarlas observó al hijo de Igneel en espera a una explicación - La chica de pelo rojo esta impregnada con el aroma y esencia de él, al igual que las demás chicas que pertenecen al club- explicó Natsu al entender su extraña mirada.
- Como sabes eso? - Pregunto ella confirmando lo que desde hace varios meses sabía.
- Años de entrenamiento provocaron que mejorarán mis sentidos - explicó observando la tristeza que su rostro reflejaba a cada segundo.- Sabes, hace mucho lo sabía pero, ¿por que duele tanto? - Dijo ella cubriendo su rostro con sus manos mientras pequeñas lágrimas comenzaban a correr por sus blancas mejillas acompañadas de pequeños sollozos que se extendían por los árboles y que de un momento a otro crecieron al sentir los brazos del peli rosa rodear la.
- Pero sabes... tu tienes un aroma diferente - dijo él provocando que sus lágrimas se detuvieran y que sus bellos ojos violetas lo mirarán expectantes - No te conozco demasiado pero creo que no importa donde estés podré encontrarte - dijo él con una sonrisa confiada.
- Por que? - Pregunto ella sin separarse de su brazos.
- Tu tienes un aroma muy particular - contestó él aun sonriendo.
- Y es malo?- Pregunto ella curiosa y un poco cohibida.
- No... Es delicioso, ceniza tierra mojada, madera y... No se pero me gusta - Sonrojada por la respuesta la sonrisa que tenía en su rostros creció aun más.
- Vamos - dijo ella tomando una vez más su mano mientras lo guiaba a un lugar desconocido para él, por los siguientes minutos ambos caminaron a través del bosque pero en vez de ir a su morada fueron en dirección contraria.
- A donde vamos - Pregunto él.
- Es una sorpresa - contestó ella, de esa forma siendo guiado y sin tener idea de a donde se dirigían siguió caminando mientras veía la conexión que compartían hasta esos momentos - ya llegamos - dijo ella alegre interrumpiendo los pensamientos que en su mente vagaban.
Natsu sorprendido sonrió gratamente al ver donde se encontraban, una gran piscina de agua caliente adornaba el paisaje, Akeno camino hasta una pequeña choza que se encontraba a pocos metros de ahí en donde entró y salió en unos segundos con varios utensilios entre sus manos con una sonrisa, - vamos te ayudare a lavar la espalda - dijo ella mientras que lentamente y asegurándose de que Natsu la observará se desprendió de la bata que portaba dejando ver su muy llamativa ropa interior pero para su sorpresa él comenzó de igual manera a desprenderse de cada una de sus vestimentas dejando a la vista su bien dotado y trabajado cuerpo sin vergüenza alguna.
- Vamos, debes de quitarte toda la ropa - dijo él con una sonrisa, ella sonrojada y un poco "emocionada" deslizó cada una de sus prendas negras con encaje fuera de sus piernas y pecho respectivamente dejando a la vista cada centímetro de su blanca piel que con disimulo Natsu registro con la mirada.
- No me veas tanto - dijo ella sonrojada pero él sólo sonrió y comenzó a lavar su cuerpo, Akeno tomó una esponja la lleno de jabón y lavo de igual manera su cuerpo, mientras que una sonrisa crecía y crecía en su rostro, ya se había decidido, no lo compartiría con nadie.
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Potestatem
FanfictionSe sentían a salvó después de haber terminado y eliminado con la mayor amenaza del mundo Acnologia pero era muy temprano para celebrar olvidaron que aún no se encontraban bien, con sus seres queridos y eso les costo muy caro.