U-21

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Las horas como es natural continuaron su curso, con el pasar del tiempo no hubo más incidentes ni inconvenientes con los viejos miembros del club de ocultismo que se mantuvieron a la espera en una habitación algo apartada, aguardaron a su gran amiga y por consecuencia al hijo del rey dragon de fuego que la acompañaba. Ahora los rayos del sol que indicaban el pasado medio día chocaban en contra de los edificios de varios niveles y en las verdes hojas del pasto, árboles y plantas, siendo acompañados por  ocasionales ráfagas de viento que chocaban en contra de ramas y ventanas que permitían su entrada al interior dónde las clases parecían pasar muy lentamente, todo esto ocurría mientras la demonio azabache miraba a través de la ventana sin lograr sacar de sus pensamientos los jades ojos de su compañero, la suave y cálida sensación de estar entre sus brazos, pero lo que más resaltaba era la fuerte y algo excitante necesidad de volver a repetir lo hecho esa mañana provocándole cada cuanto suspirar y mantener su fino rostro sonrojado, fue en ese momento que para su sorpresa las campanas tocaron dando final a una de las que podría ser llamada la clase más aburrida para muchos, historia, rápidamente salió de sus pensamientos, queriendo y hasta cierto punto deseando encontrarse con él, guardo sus pocas cosas que en su escritorio se encontraban solo para ser interrumpida.
- Dragneel-san!! - escuchó a un grupo de chicas que se encontraban a su lado gritar de lo que parecía ser emoción causando que se detuviera antes de que fuera capaz de terminar de almacenar sus pertenencias.

- Akeno - llamo el dueño de sus pensamientos provocando que una sonrisa apareciera en su rostro, sonrisa que las chicas que segundos antes abían anunciado su presencia lograron ver claramente, iniciando un cierto sentimiento que si no es bien enfocado es auto destructivo, sentimiento llamado envidia causado por ser hasta cierto punto ignoradas por el chico que simplemente observaba a la chica azabache, ignorando ese pequeño acontecimiento Akeno rápidamente giró su rostro encontrando a nadie más ni menos que al mago de otra dimensión que desde esa mañana era dueño de sus pensamientos, esperando en la entrada con su gran sonrisa cautivante.

- Espera un momento - contestó ella mientras se apresuraba para poder terminar de acomodar sus cosas e ir a su lado, -Vamos- comentó ella al finalizar y llegar a su lado, para sorpresa de muchos y del mago incluido entrelazo uno de sus brazos con uno suyo pero enseguida le resto importancia, convirtiéndose en el centro de atención de no solo el trío de chicas que fueron testigos de todo y que ahora claramente una de ellas se encontraba más que celosa, si no de todos los demás alumnos presentes por la extraña familiaridad que se demostraban el uno con el otro.

- ¿No se supone que a Akeno le gustaba esa bestia pervertida? - Cuestionó una de las chicas claramente molesta llamando la atención de muchos de los presentes.

- ¿Es en serio? ¿hablas de "esa bestia" la del trío pervertido?- respondio un chico que se encontraba un poco apartado al escuchar el nombre de la considerada ídolo estudiantil.

- Si... Siempre estaban juntos... - respondio ella - Y he visto como ella lo miraba-

- Pero tambien esta Kiba-kun con ellos...- intervino otra chica.

- Y el resto del club...- comentó el chico presente.

- No importa... Ella y Rias siempre se han creído lo mejor por que muchos chicos las siguen, a mí solo me parecen... -

- ¿Comeremos hoy en la cafetería? - Cuestionó Natsu interumpiendo la platica para sorpresa de las chicas, rápidamente voltearon su mirada encontrandolo detrás de ellas extrañadamente serio, con una mirada que a más de uno le provocó un frío escalofrío recorrer su espalda.

- Si... Pero ¿Sucede algo? - Cuestionó Akeno extrañada al ver que de un momento a otro el había terminado su agarre y caminado hacia sus compañeros.

- No... Nada - contestó él mencionado iniciando su marcha una vez más, dejando a su paso a más de un estudiante nervioso.
Todos sin excepción los miraban al verlos caminar por los pasillos siendo blanco de todo tipos de murmullos que hasta cierto punto no importaban, lamentablemente Natsu lograba escuchar claramente cada uno de ellos y para su sorpresa todas hablaban de lo mismo, "El trío pervertido",  "la bestia pervertida" o "del enamoramiento que una de las chicas del club de ocultismo tenía por esa bestia", bestia que resultaba ser un sujeto, sujeto que sin verdaderamente conocerlo ya sabía de quien se hablaba, pero no era lo único de lo que se conversaba en ese pasillo, ignorando los malos comentarios a los cuales lamentablemente ya estaba acostumbrado por su vida como mago destructivo en Magnolia, observó por unos segundos a la chica que parecía ignorar los comentarios o al menos los negativos, grande fue su sorpresa al notar que más de uno lo maldecia, pero no era al único ya que más de una envidiaba chica observaba los brazos entrelazados que ambos compartían deseando estar en su lugar y no era para menos, por un lado se encontraba una de las dos chicas más hermosas y con más estilo de la academia, y en otro el recién llegado, el alumno transferido que desprendía un aura de confianza y poco misterioso cosa que a muchas féminas les gustaba. Ambos siguieron caminando hasta llegar a la cafetería donde compraron dos almuerzos y ahí mismo sin importarles que todo mundo los mirará buscaron una mesa libre y comenzaron a comer.

- Dime Natsu... ¿Que haces durante todo el día aquí en la escuela?- Preguntó ella mientras ambos comían, era lógico tener curiosidad, ya que él llegaba en la mañana junto con ella y se perdía por medio día hasta el hora del almuerzo donde solo en su búsqueda.

- Mmm... Habló con Azazel- contestó él al terminar su comida.

- Y ¿Puedo saber de que es de lo que hablan? - Cuestionó ella con curiosidad mirándole mientras esperaba su respuesta.

- Mmm... Me habla sobre este mundo y yo del mio, luego como si fuera un juego encontramos las diferencias- contestó él y con una sonrisa pareció recordar algo. -Eso me recuerda... Me dijo que al terminar las clases fuéramos al salón del club - respondio desconcertado a su compañera.

- ¿Te dijo para que? - Cuestionó intrigada.

- No -

- Tendremos que esperar... - Argumentó ella soltando un pequeño suspiro, en ese momento una extraña idea cruzó por su mente, busco con la mirada uno de los tantos relojes que en alguna pared se encontraba colgado y al ver que aún tenía tiempo libre sonrió. - Natsu... - Llamo ella a su compañero que simplemente descansaba.

- ¿Qué sucede? - Cuestionó el poniéndole atención.

- Nada... Solo quería ir un momento a la sala de club - explicó ella de forma tranquila.

- Esta bien... Te acompaño - comentó, poniéndose de pie con intención de ir al lugar indicado.

- Vamos... - Contestó ella imitandole, por los siguientes minutos ambos caminaron de forma tranquila al viejo edificio, a cada momento había menos estudiantes por el gran patio por el que caminaban y solo se detuvieron al llegar a la entrada principal - cierra cuándo entres - indicó ella mientras seguía caminando, solo al escuchar el cerrojo de la puerta ser puesto volteo lentamente su mirada al chico peli rosa para verificar que ahora seguía sus pasos, al confirmarlo lentamente, muy lentamente a cada paso que daban comenzó balancear más su cadera llamando la atención del chico. - Ven... Continuemos con lo de esta mañana -

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