U-02

3K 246 36
                                    

Lo último que recordaba era estar vagando por una helada e inmensa oscuridad que lo rodeaba todo, un fuerte golpe en todo su cuerpo regresó un conciencia a él, la fuerte lluvia acompañada de fuertes truenos que partían el cielo en dos caía y empapaba su cuerpo herido, lentamente se puso de pie y miró a sus alrededores tratando de entender que era lo que había ocurrido, estaba desorientado ya que lo único que podía ver era una gran cantidad de árboles, no era capaz de reconocer en donde se encontraba.

Confuso, desesperado, fastidiado y adolorido, eran las palabras que describían el como se sentía en esos momentos, sentimientos que con el pasar el tiempo aumentaban,  por los siguientes minutos deambulo por el bosque sin rumbo alguno, a cada pasó que daba más cansado se sentía, las heridas de la pelea contra Acnologia le comenzaban a pasar factura inundando su cuerpo de dolor, cada uno de sus músculos se volvían pesados y su respiración agitada, la lluvia con la que había despertado no le hacía las cosas más fáciles, el barro formado se volvió resbaloso provocando que por poco cayera al suelo, en ese instante la lluvia que caía se detuvo, alzó su mirada y las nubes grises aun se mantenían cubriendo el cielo pero era capas de ver el como se movían por el viento a grandes alturas, dispuesto a descansar caminó hasta estar cerca de un árbol y recargo su peso en el, de esa forma descansó por unos minutos hasta que el aire se inundó de un agradable aroma, por la curiosidad de saber que era lo que olía tan bien se puso de pie y conforme se acercaba su visión se despejada, cada vez había menos árboles  dejando le ver extraños adornos y estructuras que parecieran guiar su camino, observó detenidamente su alrededor, eran construcciones que el no era capaz de reconocer, aturdido siguió caminando sin dejar de observar sus alrededores.

-Quien eres?- preguntó una voz femenina, fue ahí que la vio parada enfrente de él con un extraño vestuario, lindo rostro y cuerpo, un particular cabello negro y los ojos violetas con los cuales lo observaba curiosa lo que le recordó a su compañera escarlata, más cansado y con movimientos torpes no fue capaz de contestar, sin detenerse ni apartar su mirada el se acercó y fue cuando llego a su límite estiró su mano en busca de ayuda, él y su cansada conciencia cayeron desmayados.

Lentamente muy lentamente abrió sus ojos, al sentir que algo cubría su rostro llevo su mano derecha para tentar de que se trataba y al notar que era un pedazo de tela la retiró cuidadosamente, espero a que su vista se acostumbrara a la poca luz que había en esa habitación y tomó asiento en la cama, observó su cuerpo y para su sorpresa se encontraba todo vendado, de cierto modo recordaba las atenciones que tuvo por la misteriosa chica del que provenía el dulce aroma, las veces que le daba de comer sin importarle que el no pudiera masticar ni el tiempo que le llevará, después de unos minutos tratando de comprender que es lo que había pasado se puso de pie, a su derecha se encontraba su ropa que portaba cuando fue el enfrentamiento contra el dragón maligno, se agachó para tomarlas y en ese momento sintió la presencia de personas que el no conocía del otro lado de la puerta, rápidamente salió por la única ventana que se encontraba en esa habitación, al llegar al gran patio instintiva mente observó su alrededor de nuevo las grandes estructuras y los adornos parecía que le daban la bienvenida.

-Quien eres tu?- escuchó hablar a alguien pero solo lo ignoró, quedo pasmado al sentir raro su cuerpo, analizó todo y cada parte del mismo, hasta detenerse en sus manos que dirigió al cielo azul, desde un inicio el creía que eran las heridas que lo cubrían las que provocaban ese malestar pero al salir del edificio confirmo sus sospechas, no había Ethernano.

Mientras estaba distraído rápidamente fue golpeado por el castaño, cayó al suelo por el golpe recibido enojado por lo hecho se puso de pie y escuchó que quien lo había golpeado dijo algo extraño para el, sin importarle lo tomo por la cabeza y de un fuerte movimiento enterró su cabeza en el suelo, su fuerza estaba regresando percatándose de algo muy bueno para él.

-Issei- escucho gritar a sus espaldas, regreso su mirada a ellos y estos lo miraban con notorio enojo.

-Mi nombre es Natsu Dragneel, quienes son ustedes? Y en donde estoy?- Se presentó ante ellos sin dejar de mira cada uno de ellos en especial a Akeno.

Ante la mirada de ella el muchacho de nombre Natsu se veía igual o más desorientado, confundido y ansioso que la vez que lo encontró vagando en los terrenos, Kiba y Xenovia invocaron sus espadas sin esperar ordenes usando su velocidad cada uno fue directo en ayuda de su amigo, izquierda y derecha zigzagueaban rodeando a Natsu tratando de confundirlo, Kiba fue el primero en atacar siendo seguido por Xenovia, blandiendo su espada se acercó para acertar un golpe y cortar a su enemigo pero para su sorpresa fue tomado con gran fuerza por la misma muñeca que portaba la espada obligando lo a soltarla, fue arrojado con un golpe directo en el estomago a el camino por el que atacaba Xenovia causando que ambos cuerpos chocarán provocando les heridas por la fuerza de la colisión.

-Como te atreves a hacerle eso a mis subordinados!- gritó Rias al ver a sus siervos en el suelo, rápidamente el poder de la destrucción la rodeó cosa que sorprendió a Natsu, ella usaba magia,

-Ellos me atacaron... Fue en defensa propia... A demás no se quienes ustedes- dijo Natsu rápidamente.

-soy Rias Gremory, recuerda lo... en el más allá - los cielos se tornaron de rojo carmesí, extraños sellos aparecieron enfrente de ella y sombras que brillaban de color rojo salieron de los mismos, rápidamente se acercaron y envolvieron a Natsu por lo que el se cubrió.

-Espera Rias- dijo la azabache, sorprendiendo a la pelirroja.

-Como quieres que espere, a herido a Xenovia, Kiba y a Issei... No, esto no se puede quedar así- contestó Rias.

-Por favor... espera- repitió ella pero al escuchar la explosión que provocaban la energía liberada por Rias volteó su mirada a donde se encontraba Natsu.

Para cada uno de ellos era un tarde de sorpresas, Natsu que debería de estar tumbado en el suelo si le iba bien se mantenía cubierto con sus brazos protegiendo su cuerpo, en especial su rostro que se encontraba ocultó entre ellos, una extraña y terrorífica presencia se hizo presente ante ellas, un fuerte gritó se escuchó por el terreno del templo, Koneko, Asia, Rias y Akeno cubrieron sus oídos tratando de protegerse, Akeno alzó la mirada para ver que sucedía, Natsu las miraba con enojo él era el que gritaba dejando salir parte de su poder, ante la mirada de ellas las manos del peli rosa comenzaron a rodearse de fuego siendo seguido por todo su cuerpo quemando sus vendajes dejando a la vista sus cicatrices y su preciada marca.

-Es de la familia Phoenix - dijo Koneko sorprendida, Natsu se lanzó al ataque en busca de Rias, pero para proteger a su señora Akeno se interpuso, sin entender el porqué al ver lo que la morena había hecho Natsu se detuvo quedando gusto enfrente de ella.

-dime cual es tu nombre? - Preguntó Natsu desapareciendo sus llamas mientras miraba a la azabache forma tranquila.

-Akeno... Akeno Himejima- contesto ella.

-Akeno... bonito nombre, gracias por ayudarme-

Potestatem Donde viven las historias. Descúbrelo ahora