Insensible © +18 [Completa]

capitulo 4:Juego

Noah:

Elina siempre ha estado enamorada de mí,lo sé desde hace mucho,bueno,  todos lo saben.

Sus acciones la delatan,por ejemplo; Siempre va a los partidos y dirán ¿Eso que tiene que ver? cualquiera puede ir,sin embargo ella va cuando yo entreno solo,cuando ya todos se han ido hasta su hermano (es gracioso porque se esconde creyendo que no la veo).

Ha escrito millones de veces mi nombre en la última hoja de cada una de sus libretas,de vez en cuando les hecho un vistazo, me gusta tener admiradoras no tan secretas.

Y para que sepan más de su "pequeña" obsesión, tiene miles de fotos mías que roba de mi perfil en Facebook.

Infantil,tierno y patético.

Y yo bueno, solo quiero jugar un poco con ella para enseñarle que no es bueno acosar a las personas todo el tiempo porque saldrá perdiendo.

-------------------------

—¡Eyy hola!—se oye una voz dulce a lo lejos.

—Noah,quiero hablar contigo—Yo sigo caminando—Noah—repite pero con una voz más firme.

—Ya pues yo no quiero hablar contigo rarita.

—Yo solo quería agradecerte por llevarme a mi casa anoche,bebí demasiado, creo que ya no debería hacerlo.

—Si bueno da igual—digo indiferente.

—¿Por que te portas así conmigo? No te he hecho nada,un momento estás bien y otro no—dice casi gritando.

—Te lleve a tu casa no te ilusiones—sigo caminando.

—Solo estaba agradeciéndote idiota—me grita,me paro en seco y volteó a verla.

—Ay Elina ¿Crees que no se de tu obsesión por mí? ¿Crees que soy tonto? Se que pones nuestros nombres encerrados en un corazón en la parte trasera de tus libretas,que tienes miles de fotos mías en tu teléfono,que vas a los partidos a verme excusando te con tu hermano. ¿Quieres que siga?

—No no yo—tartamudea sin saber que decir,he destapado su verdadera cara.

—Crei que eras más inteligente ¿Crees que estaría con alguien como tú?—la observó de pies a cabeza—Realmente eres más patética de lo que pensé—termino la frase y ahí es donde casi puedo oír como su corazón se rompe y se va huyendo como siempre.

Mi razón me dice:ponla en su lugar Noah.

Pero mi corazón me dice:fuiste demasiado cruel.

No sé a quien escuchar.

Elina siempre ha sido débil y no es malo, pero ella lo es para todo y debe aprender a ser fuerte,no es que quiera ayudarla a serlo,simplemente este jueguito lo empezó ella y yo debo terminarlo.

1 semana después...

Elina no ha venido a la escuela desde ese día,empiezo a sentirme culpable. Creo que fui demasiado duro con ella y no se si debo disculparme o dejarlo pasar. Pero si me disculpo creerá que soy débil y no puedo darle el privilegio de verme arrodillado pidiéndole perdón para que después se burle, aunque tampoco estaría mal, la herí y eso me hace sentir un poco mal. Después del entrenamiento iré a su casa.

Estoy parado en su puerta,me estoy arrepintiendo de hacer esto.

Demonios ¿Por que la trate así?

Se que no sé lo merece pero debo parar y quitar esas falsas esperanzas que se crea, pero al mismo tiempo sigue siendo una chava sensible y debí pensar en las consecuencias que traería ésto,he tocado el timbre pero nadie abre así que:

Ella se lo pierde y yo me lo ahorró.

Estoy por subir al auto cuando escucho que abren la puerta,es ella,lleva puesto un vestido con estampado de flores amarillo y su cabello agarrado en una coleta, debo admitir que ese vestido amolda perfectamente su cuerpo y se ve mejor que toda la ropa de niño que usa.

Noah, es una chica común,tu puedes tener a quien quieras...

Casi puedo escuchar a mi padre repitiendo en mi cabeza.

—¿Que haces aquí? Me quedo muy claro lo patética que soy ¿O es que vienes a repetirlo?—dice furiosa,nunca la había visto tan enojada.

—¿Enserio te herí tanto para estar así de enojada?

—Claro que no,es irrelevante lo que hayas dicho me da igual,te hice una pregunta ¿Que haces aquí?

—Ya bueno,no sé a qué vine.

A disculparte Noah...

—¿Tan difícil se te hace el disculparte?—y cruza los brazos.

—¿Que te hace creer que vine a disculparme?

«Perfecto Noah»me repito con sarcasmo.

Se ríe meneando la cabeza acertando y cierra su puerta en mi cara.

—¡¿No te enseñaron modales?!—grito a su puerta y me subo al coche.

Maleducada...