Capítulo XVIII: From the Dining Table

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•|Capítulo XVIII: From the Dining Table|•

"Huesos hechos polvo, sonrisa detrás de un cristal helado, enmarcada la fotografía perfecta de lo que alguna vez fue. Abrazos que no conocen el calor humano del amor, palabras que nunca harán eco. Una celebración del último aliento, de algo que nunca podría evitarse porque el tiempo es así. Sangra de la misma forma para todos pero duele de distinta manera."

El piano fue lo único que pudo escuchar cuando la noticia llegó a sus oídos. Como un traidor que solo hacía eco cuando sus huesos estaban listos para dormir en la eternidad. ¿La muerte era verdaderamente el final? Izuku muchas veces se lo había preguntado, estar en primera línea después de una guerra tan rápida solo dejaba secuelas que su corazón no era capaz de olvidar. Lo cálida que era la sangre en sus ropajes, lenta enfriándose por el movimiento de la naturaleza al chocar contra el viento. Gritos a lo lejos, llenos de angustia sobre almas que nunca podrían hallar el descanso porque sus últimos alientos solo fueron gritos hechos desde un corazón desesperado. Sonrisas de villanos que lograron su cometido, amigos cayendo y personas queridas inconscientes.

Por supuesto, tenía miedo de lo plena y fría que era la muerte pero no era ni de cerca el final de una persona.

Un camino tan arriesgado cómo era ser un héroe solo dejaba huellas dispersas detrás. Huellas con lágrimas, con sangre, con esfuerzo, sudor y mucho dolor que por mucho nunca se podría olvidar. Porque la sensación del dolor era tan amiga del corazón que él mismo se perdía cuando no podía hallar nuevamente ese ardor tan característico. La muerte… Que efímera y tan dolorosa sensación para muchos.

Lo sabía, estaba predestinado a sufrir por sus seres queridos y era hora de que Allmight tocara esa puerta tan desagradable en su corazón. El adiós eterno con un eco doloroso en su cabeza. ¿Qué podría hacer? La habitación que siempre parecía estar vacía en su cabeza cuando pensaba en una persona muriendo ahora tenía un huésped indeseado. Su mentor, la persona que le haría llegar hasta la cima y lo vería desde el primer puesto. Porque así debía ser… O debería haber sido. Siempre pensó en el día que él tendría que irse pero nunca lo imaginó así. Seguía usando su uniforme estudiantil arrugado por el descuido, seguía sin tener la licencia que le daría libertad en las calles, seguía llorando por esos capítulos especiales que había visto millones de veces. Seguía estando donde mismo, seguía siendo un aspirante a héroe. Y aunque intentó hablar con él en el interior del ofa, no había nada. Solo silencio, uno tan eterno que casi pierde el sentido al pensar que estaba sordo. Y así cayó, pero solo dormía en los brazos de alguien… Katsuki. Él estaba llorando, quizás no por Allmight sino por alguien más.

...

Se levantó, era de noche y aún no se aproximaba el sol en el horizonte. Después de enterarse que Allmight había fallecido, recibió decenas de llamadas que no pudo contestar porque su voz no salía clara. Sabía que muchas de esas personas poseían buenas intenciones pero no tenía en ese momento la energía para aclarar nada. Todos sabían que Allmight tenía un trato diferente con él, todos entendían que Allmight era como un padre para él por eso esas palabras estaban alrededor de sus bocas. Muchos tenían tantas buenas palabras que se sentía culpable por no tener las fuerzas suficientes para escucharlas, para entender sus deseos. Pero no podía, simplemente no.

Se movió hasta el baño y se miró al espejo, estaba llorando pero realmente no se había dado cuenta porque su boca no se movía en lo absoluto. Con una cara tan quieta que solo sus ojos parecían moverse. Era extraño porque por mucho que quisiera sentir el dolor de sus lágrimas, solo sentía cansancio. Era tanto que sus piernas perdieron la fuerza y lentamente cayó contra la pared del baño. Se quedó ahí aunque el frío fuera suficiente para hacer tintinear sus dientes, no podía moverse, no podía sentir, no podía hacer nada. Solo quería hablar para decirle a Katsuki que lo llevara a la cama porque el frío lo estaba haciendo sentir solo. Lo intentó pero no pudo, ni siquiera su Omega interno parecía tener las fuerzas. Al contrario, estaba tan ausente que sentía un vacío en su pecho. Y ahí se quedó, durante horas sin poder dormir, sin moverse y sin sentir nada. Solo llorando tantas lágrimas que su ropa se humedeció alrededor de su cuello, donde todas ellas llegaban a secar. La noche se fue y llegó a parar con la mañana donde un fuerte "Deku" se pudo escuchar desde la habitación. Izuku realmente lo intentó pero no pudo evocar palabras. La puerta se movió y ahí estaba él, casi inconsciente.

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