•|Capítulo XXII:Crying in the Club|•

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•|Capítulo XXII:Crying in the Club|•

"Ella vive conmigo en mis sueños, estoy pensando en ella cuando estoy contigo y cuando estoy con ella, pienso en ti. ¿Es posible amar a dos personas? Solo el dolor podría hacerlo, ella es lo peor de mí pero vive ahí, en mi cabeza mientras me dices que me amas."

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"Imágenes captadas por paparazzis nos mostrarían que los héroes Ground Zero y Chargebolt estarían en problemas en su reciente relación, según fuentes anónimas y cercanas a los héroes profesionales, la joven pareja el pasado veinte de septiembre habría dado la bienvenida a su primer cachorro. Una bendición sin duda, pero no para ellos aparentemente. El Omega, Kaminari Denki se habría visto abandonar indignado el país. La incertidumbre llegaría a sus fans después de olas de felicitaciones por Twitter, no se sabe exactamente qué es lo que habría pasado entre ambos pero rumores dirían fuertemente que problemas de compatibilidad habrían desencadenado esta dolorosa ruptura. Temporal o no, esperamos que al alfa le vaya bien en su nueva vida como padre soltero."

Izuku no podía dimensionar lo horrible que se veía Katsuki en las fotos del noticiario farandulero de Usa, estaba en su hora de almuerzo cuando salió un programa especial que daba información sobre rumores amorosos internacionales de héroes. Ese fue el mismo noticiario que para el día de su cumpleaños le había dado la noticia de que Katsuki sería padre junto a Denki. Jake tenía la extraña manía de siempre ponerlo en la cafetería de la agencia. Izuku desde un principio sentía que no podía confiar en él, y más el día de su cumpleaños que hizo el comentario al aire: "No perdió el tiempo." Izuku no era estúpido, sabía que las intenciones de Jake eran claras. No disimulaba en nada sus feromonas y su actitud hablaba por sí mismo cuando entrenaban. Pero ese comentario le dejó un eco en la cabeza, un eco lo suficientemente grande para que cuando estuviera en casa, fuera por su computadora y buscará como loco el nombre de Katsuki Bakugō en Twitter. Las teorías, las fotografías, el emparejamiento de los fans, los rumores, la prensa rosa, todo lo mantuvo al filo de la locura. Estuvo horas delante de la pantalla negra buscando cualquier atisbo de mentira para esas imágenes, que crueles le partían el alma. Por un instante pensó que Jake tenía razón, que Katsuki había seguido adelante con Denki y que lo había olvidado. E incluso habían tenido tiempo suficiente para elegir ser padres a una edad tan ridícula... Pero los tiempos no encajaban en su cabeza. Para cuando Izuku se enteró sobre el embarazo de Denki, el Omega ya tenía siete meses de gestación. Era imposible que fuera algo planeado, algo definitivamente había detrás de eso y después de horas a su mente vino esa vez.

La noche que estuvo con Todoroki y que Katsuki había estado con Denki.

Y con ello en mente todo encajó a la perfección. La primera sensación que sintió después del terror y el dolor de ver a Katsuki con Denki, fue culpa. Automáticamente la pelea que tuvieron ese día en el gimnasio vino a su cabeza como un eco interminable, los ojos llorosos de Katsuki, el miedo, la soledad, el dolor físico y mental. Todas esas sensaciones lo inundaron tan rápido que no pudo siquiera respirar bien. Se aferró a sus piernas y no durmió nada la noche de su cumpleaños. Diecinueve años y lo único que podía pensar era en esa noche, en ese error tan grave. Jake lo llamó en la madrugada preguntándole si quería comer algo especial por su cumpleaños, celebrar con amigos de la agencia, cualquier cosa. Izuku se limitó a agradecer y pedir el día libre para hablar con sus amigos de Japón, cosa que no hizo aunque le llegaron notificaciones para hacerlo.
Después de meses entrenando en la agencia, quería respirar un poco de aire libre. Jake no se interpuso, al contrario, le dio toda la semana para que descansara. Y durante toda esa semana Izuku salió a correr a Central Park, sentir que sus pulmones quemaban mientras su cabeza y corazón eran una turbulenta tormenta, era bueno. Todo el cansancio se sentía casi canalizador de no ser por su soledad. En Nueva York había tantas estrellas que a nadie le importaba él, nadie lo reconocía, nadie podía ver sus lágrimas cayendo de rodillas en mitad de un parque. Antes de volver a la agencia le pidió a Tsukauchi que se quedara en Japón, que quería centrarse en los entrenamientos y con él ahí no podía. El investigador privado aceptó sin preguntar un por qué mientras Izuku confirmaba su cuenta falsa en Twitter. Iba a saber todo sobre sus amigos por su cuenta, no más filtros de un hombre que no conocía bien. Si iba a dañarse, quería hacerlo solo.

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