Prólogo: Clouds

7.5K 572 254
                                    

Alfa y Omega vistiendo la misma piel, la misma enfermedad que los hace seguir caminos lejanos a la moral y el buen comportamiento. Enfrentándose a ello, a la naturaleza y el olvido de una sociedad insana con los débiles y obsesionada con los fuertes. Eso es Sickness, querido lector, celos, desastres biológicos y una constante de miserias que en ocasiones es eclipsada por momentos felices.


.
.
.
.
.
.
.

•|Prólogo|•

"Y su aliento se contuvo al interior de su boca, la madrugada reinaba en la habitación y no quería despertar a sus compañeros pero se sentía demasiado bien y controlarlo era casi imposible. En ese momento, el control no tenía presencia en su sangre..."

...

Y ahí estaba de nuevo ese rostro suyo.

Katsuki lo había estado observando, no es que fuera de su incumbencia saber exactamente lo que hacía el nerd fuera de sus entrenamientos pero últimamente había estado demasiado ausente. Era normal perder el control de la fuerza y la  concentración en algunos entrenamientos. Sentir el flujo de las feromonas en ambos era usual, después de todo Izuku era "Omega" aunque toda la UA entendiera que había nacido como un beta.
Bakugō sabía que la razón de sus ausencias entre clases y la forma en que se cubría el cuello con nerviosismo cuando la bufanda se le corría un poco era más allá de un simple resfriado estacional. Solo sus más cercanos tenían conocimiento de su secreto y también él mas Izuku le había pedido explícitamente en primer año que no le dijera a nadie acerca de su verdadero género secundario, que ahora sería un misterio. A Katsuki no le importaba, él estaba en la UA para centrarse en ser el mejor héroe. Que el nerd quisiera ocultarle a sus propios compañeros su naturaleza era su jodido problema. Sin embargo, ya habían pasado tres años y la situación era muy diferente. Ambos habían cambiado y ambos tenían nuevas preocupaciones.

Entre ellas los exámenes finales para obtener la licencia profesional permanente, que estaban muy cerca. Pero el nerd lucía cada día más disperso. Sus "resfriados" pasaron de ser tres al año a ser más de cinco en los últimos meses. Se perdía los entrenamientos y Allmight ya estaba preguntándose porque no asistía a su junta semanal sobre el OFA. Allmight lo sabía pero el ex símbolo de la paz no dimensionaba por sí mismo lo que realmente se sufría detrás de esa naturaleza.
De ser un Omega.

No es que Katsuki fuera una persona súper tolerante o receptiva con las omegas que se le ofrecían entre recesos en la UA. Porque lo hallaba una pérdida de tiempo y energía, el sexo nunca había sido algo importante en su vida, ni siquiera sus celos eran destacables. Ya que al ser hijo de dos betas, que fuera alfa era casi un milagro de la naturaleza. Aún así, Mina era su mejor amiga y sabía lo que ella sufría al carecer de un compañero para esos infernales calores. Un alfa que estuviera dispuesto a tomarla en celo sin faltarle el respeto a su libertad, sin marcarla en contra de su voluntad. La veía tomar un montón de pastillas todos los días, ocultar sus enormes ojeras con maquillaje y usar collares incómodos que presionaban con crueldad su glándula de Omega. Y la cúspide, como en ocasiones se rompía de vergüenza en frente de su habitación al pedirle un poco de ropa usada para que no doliera tanto durante esos momentos. Katsuki se la entregaba, él nunca había sentido su propia esencia pero a ella parecía calmarle el olor que desprendía y si la podía ayudar sin necesidad de involucrarse demasiado emocionalmente, lo haría.

Después de todo, ella siempre había estado ahí para él y más cuando se trataba de escuchar cosas.

Y ahora veía ese comportamiento errático en Izuku, como cada mes parecía más delgado por culpa del montón de pastillas en su garganta, como se perdía por hasta una semana en su habitación, perdiendo clases importantes para su futuro como héroe. Katsuki no quería un rival enfermo, quería al Izuku sano de segundo año que le estampaba la cara en el pavimento con las piernas y después le pedía disculpas por lo fuerte que había sido la patada. Quería a ese Izuku, no al enfermo que se quedaba en la biblioteca hasta tarde tratando de ponerse al día. Y lo sabía bien, algo estaba mal, podía verlo en su mirada. En la forma que miraba su plato de comida favorito, siempre le sonreía al katsudon y ahora apenas estaba comiendo. En pleno septiembre, con el calor mermando e Izuku con un poco de suerte comía y bebía lo suficiente para cubrir sus necesidades diarias. Estaba cansando de ese comportamiento tan descuidado. Y más de quedarse de brazos cruzados mientras su rival sufría.

SicknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora