Capítulo I: Cursive

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•|Capítulo I: Cursive|•

"Los ojos rojos lo miraron, las líneas húmedas cayendo por sus ojos fueron una respuesta amable al sentimiento. Sonrió de la misma forma que lo hacía en aquellos años dónde no sabía nada acerca del dolor."

Luz y oscuridad, sol y luna, fuerza y bondad. Un Omega emparejado con un alfa es aquello que todo el mundo consideraba perfecto, la forma en que la naturaleza estaba manifestándose a través de ello era la prueba que a veces la perfección provenía de ella. Kirishima como alfa entendía lo mismo que sus compañeros de clase, la unión y el lazo era una cuestión de biología, así mismo lo era el sexo y los celos. La comunicación física resumida en muchas acciones, en una fracción de tiempo continúa que solo destacaba aquello por lo que nacían cada uno; instinto sobre razón. Los mayores daños irreparables ocurrían cuando solo hablaba el instinto, cuando hablaba lo interno. Y con ello en mente, muchas ocasiones se había asombrado por lo calmado que era su amigo con ello, cómo podía gritarle a medio mundo, demostrando una inestabilidad increíble pero cuando una Omega se le acercaba con las feromonas dulces y apetitosas… Él no reaccionaba en lo absoluto. Se negaba a ello, a veces incluso con un simple movimiento de cabeza. Kirishima lo encontraba admirable, era impresionante verlo caminar como si nada después de ver a la chica más deseada de la UA ofreciéndose. Pensó que las rechazaba porque tenía muchas cosas en la cabeza, pero luego vio a Mina escabullirse de su habitación hasta la suya. No era difícil notarlo, después de todo sus habitaciones estaban juntas. Fue una noche cualquiera dónde la vio ahí, al pie de la puerta pidiéndole ropa para pasar sus celos con más normalidad, solo para aplacar el abrumador dolor en sus entrañas.

Pensó que estaban saliendo y el sentimiento lo aterró. 

No obstante, la parte más racional de su cabeza lo asimiló bien, alfa y Omega se pertenencían. Entonces porque le dolió pensar que ambos estarían al otro lado de su pared, amándose solos como una pareja podía hacer. Él también era alfa, también pertenencía a un Omega y por meses gracias al instinto pensó que esa persona sería Mina. Ella era tan abrumadora, feliz, siempre tan enérgica tratando de dar lo mejor de sí misma. Muchas veces se halló dolido por la forma en que su pecho se apretaba al pensar en ella, al pensar en lo mucho que le gustaría perderse en ella. En sus muslos, pechos y cuello. Se detuvo muchas veces a sí mismo al escucharla decir amigo. Sabía que obedecer su instinto no era bueno, pero ahí estaba peleando con Setsusetsu para calmar la ira y el dolor que su propio corazón e instinto le creaban al imaginarlos juntos en una cama. No se dio cuenta de lo que provocaba hasta que Shinso lo detuvo en mitad de los entrenamientos. Setsusetsu estaba en el suelo, sangrando mientras sus nudillos blancos sangraban por culpa de la nariz rota. No se reconoció a sí mismo, nunca había sido así hasta que su instinto creció ante una situación que creyó asegurada. Al verse así de patético, lentamente comenzó a entender porqué ella no lo había visto de esa manera, hasta que el mismo Katsuki dejó en claro que no había nadie en su vida. Que todo el romance era sólo era una pérdida de tiempo. 

—¿Qué hay de Mina? La he visto llegar a tu cuarto en busca de ropa. ¿Esa no se supone que es una señal de cortejo?—Katsuki solía pedirle que fueran juntos a escalar, el aire de las montañas lo hacía sentirse más revitalizado. Más libre de las cadenas de las pesadillas que con lentitud comenzaban a cobrarle factura. Kirishima siempre lo encontró curioso, mientras iban de camino hasta la cima de la montaña no hablaban de nada. Solo el viento se manifestaba por ambos, nada más que eso. Y cuando la noche los pillaba, hablaban de las clases alrededor de una pequeña hoguera al lado de un buen árbol. Siempre hablando pero nunca llegando a una conversación profunda de sus sentimientos. Hasta esa vez dónde le dejó en claro que nunca nadie podría entrar a su corazón. 

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