•|Capítulo III: I Have Questions |•
"¿Qué diría tu madre si te viera aspirando esa línea blanca hecha con la tarjeta de crédito de tu padre? ¿Qué dirían tus hermanos si vieran todo aquello que me haces cuando cierras la puerta de tu habitación...? Mi gran y problemático ángel perfecto"
...
Para nadie era un secreto que el mundo de los héroes no solo era parte de los alfas, sino también, en una proporción muy pequeña, de los Omegas y betas que mantenían una imagen de médicos y administradores. Ellos no salían a las calles para combatir con los villanos, se quedaban como adorno en las agencias. Siempre sonriendo, dando el balance en la actitud salvaje que los alfas dejaban en las calles. Sin embargo, esa imagen perfecta era una farsa bien maquillada. El fuerte rumor que los medios siempre desmentían con encuestas fraudulentas, era que vendían a los omegas a aquellos que poseían las influencias suficientes para comprarlos. Un solo fin de semana con la heroína médica omega de moda y la agencia ya cubría todos sus gastos del año. En la UA no se practicaba esa actividad pero más de un egresado de la academia terminaba en moteles de amor fingiendo lo mucho que disfrutaban estar con los "contribuyentes". Mina conocía muy bien ese concepto, más de una vez en secreto le habían ofrecido cuantiosas cantidades de dinero por su primera vez, ella siempre rechazaba las ofertas pero cada uno de ellos les decía que cambiaría de opinión cuando fuera profesional. Que sus meses siendo "pura" estaban contados, Mina cada vez que se veía al espejo observaba el contador sobre su cabeza, cada vez más cerca del cero. Porque eso era lo que ellos querían de ella, nada más. Sin importar lo mucho que estuviera trabajando en tratar de ser la mejor, al momento de decir que era omega, la reducían a ser la perfecta mercancía de los alfas. La imagen sensual de una agencia que buscaba más ingresos a través de la prostitución de sus mismas heroínas, de aquellas que en ningún momento lo desearon pero que conocían las consecuencias de la negación constante. Muchas omegas desaparecían, muchas omegas terminaban en sitios que nunca podrían llamar hogar y muchas otras terminaban sin vida.
Y era aterrador pensarlo.
Mina sabía que Izuku era un Omega. Su olfato estaba por encima de la media superior de alfas, llegando incluso a rivalizar con alfas como Katsuki. No tenía conocimiento si Katsuki lo sabía pero lo intuyó cuando lo vio irse a su habitación y aún más cuando Izuku apareció vistiendo su chaqueta. No le importaba que mintiera sobre su género secundario, lo entendía. Izuku no tenía las proporciones físicas de Aoyama, que en secreto ya había aceptado muchos tratos con alfas que le ofrecían cosas brillantes; él era mucho más alto. Sus músculos eran casi similares a los de un beta de no ser por la leve curva de sus caderas que escondía bien con un cinturón en su traje holgado. Más de alguna vez lo había visto entrar último en los baños de varones alfa/beta, lo había visto esconder su collar porque conocía las expresiones que un Omega podría formular con un collar presionando su glándula para suprimirla. Y cuando lo vio en televisión pelear contra Shigaraki, entendió porqué lo hacía. Todas las noticias decían solo una cosa, un increíble beta envío al villano más infame de los últimos tiempos al Tartarus. También salieron noticias de como Katsuki lo había ayudado con esa ardua tarea que lo dejó en coma por más de dos semanas a finales del segundo año. Pero Katsuki era alfa, todo el mundo lo sabía. La novedad era Izuku que con solo ser un beta, había logrado escapar del concepto estereotipado de los betas; muchos lo llamaban irresponsable por enfrentarse a un alfa más grande que él, otros decían que debió darle el trabajo a Katsuki... Las opiniones estaban divididas, y más aún porque era un beta. Si desde un inicio los medios hubieran sabido sobre su estado de Omega, nadie estaría hablando de él y si fuera así, sólo serían faltas de respeto.
Porque a nadie le importaba que fuera fuerte, solo que fuera alfa.
De cierta manera estaba sorprendida. Luchar contra un alfa podría ser lo más aterrador del mundo y más cuando ese ser era capaz de desintegrar ciudades enteras. Pero él siempre estaba ahí, tratando de dar lo mejor de sí mismo a pesar de que sus rodillas dolían por los temblores de su instinto, ese que siempre le decía con claridad que debía estar arrodillado ante un alfa. Siempre pensó que era un Omega invencible, hasta que su propio cuerpo lo comenzó a frenar. Los meses pasaron ante sus ojos, deseó ayudarlo pero cuando lo intentó... Alguien más había llegado, la noche que Katsuki salió detrás de Izuku, Mina también lo hizo. Los vio sentados en la orilla de concreto y lo único que pudo hacer fue sonreír feliz. Si alguien podía ayudarlo ahí, solo podía hacerlo él.
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Sickness
FanfictionEl extraño comportamiento de Izuku ha desencadenado la curiosidad de Katsuki, que con los terribles acontecimientos del pasado en su mente, está dispuesto a todo con tal de ayudarlo a superarse. Incluso si debe doblegar su orgullo de alfa para logra...